viernes, 15 de agosto de 2014

ARTICULO

Guerrero en el tiempo 

Efraín Flores Maldonado.*


 En 1984, iniciando mis estudios de maestría en derecho en la UNAM, en la biblioteca de la Secretaria de Educación y en el Archivo General de la Nación, inicié la compilación de todas las
referencias al estado de Guerrero existentes en tales recintos de la inteligencia y la cultura. Consulté periódicos, revistas y la excelente obra de Manuel Dublan y José María Lozano titulada “Legislación Mexicana” integrada por 76 tomos, de los cuales el más breve tiene 200 páginas solo de “índice” temático. Leí todos los índices de los 76 textos y con los datos que encontré conformé 3 tomos a los que titulé “Historia documental del Estado de Guerrero”, con  fuentes primigenias que algún día  servirían para perfeccionar y depurar la rica historia  de este mosaico suriano. Tiene textos de 1524 a 1918, ávidos de ser devorados por la vista y procesados por el intelecto de los habitantes del sur. Del primer tomo, único editado en 1985, tomé dos referencias al sur que encontré en las cartas de relación de Hernán Cortés; la primera se refiere al Puerto de Zihuatanejo, al que llama “Cehuatán” donde el invasor envió un visitador que a su regreso “me trujo relación de los señores de la provincia, que se afirman mucho a ver una isla toda poblada de mujeres, sin varón ninguno y que en ciertos tiempos van de la tierra firme hombres con los cuales han acceso y las que quedan preñadas, si paren mujeres las guardan y si hombres, los echan de su compañía; dícese mucho que es muy rica en perlas y oro”. Una segunda referencia del peninsular, está relacionada con Taxco, en virtud de que Hernán Cortez buscaba metales para elaborar armas y así nos dice que “tope entre los naturales de una provincia que se dice Tachco, ciertas piecezuelas, a manera de “moneda” muy delgada y procediendo por mi pesquisa encontré que en dicha provincia se trataban por moneda y luego envié herramientas y españoles y di orden de sacar lo que más hubiese necesidad”. Destaco las aseveraciones del invasor solo para recordar que en el México invadido, la moneda circulante era de 4 tipos; mantas, plumas, oro molido en carrizo y cacao. Esto quiere decir y demuestra que en el sur, concretamente en “tachco”, nuestros nativos estaban más adelantados que los gobernantes y habitantes que la metrópoli Tenochtitlán, pues aquí ya se usaban, como dice Cortez piezas de metal delgadas a manera de moneda, lo que implica un rasgo destacado de modernización que de haberse seguido impulsando en el tiempo hubiera creado su propia modernidad… y civilidad. Personalmente me agrada el dato y espero que también guste a mis amables lectore(a)s. Es todo.*Doctorante en Ciencias de la Educación.

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