martes, 23 de septiembre de 2014

COLUMNA

Lectura Política

Noé Mondragón Norato

 Contradicciones como antesala de la felonía 
La contradicción es parte inherente al discurso político. Un elemento imprescindible para confundir, engañar y desgastar. Por eso se entiende que, en la actual coyuntura de alta competencia política, algunos actores la utilicen como estratagema para sorprender y desconcertar. Meterle ruido por adelantado a la agenda político-electoral. Y de paso, enviar mensajes ficticios de fortaleza. O hasta de felonías. Al menos así se mueve en el escenario de la pugna por alcanzar la candidatura a gobernador en el PRD, Armando Ríos Piter, el senador zeferinista. Asume y actúa como si ya fuera candidato electo. Sobre todo, a raíz del destape operado desde el centro del país y a su favor, por Joaquín López Dóriga, el controversial conductor de Televisa. Y la contradicción volvió  a brotar de manera natural en el legislador federal perredista.

¿JUGAR CON DIOS Y CON EL DIABLO?- Las apuestas en política suelen ser riesgosas. Sobre todo cuando se maneja un doble acuerdo de poder, con tal de ir tejiendo un determinado proyecto. Así le ocurre al senador zeferinista Armando Ríos. El tipo de lenguaje utilizado lo delata con creces: A) Por una parte, aduce apoyar a David Jiménez Rumbo, el dirigente de la tribu Grupo Guerrero (GG) para que se encumbre como dirigente estatal del PRD. Lo hace convencido de que los votos de los Consejeros de su tribu, el Grupo Jaguar (GJ), unidos a los del GG, serán suficientes para lograr tal hazaña. Olvida que en el esquema de los equilibrios políticos, existen otras tribus que también van a pelear esa dirigencia. Y el GG ya la tuvo tres años en su poder con su cuadro Carlos Reyes Torres, quien ha fracasado, al renunciar reiterada y tácitamente, a su condición de dirigente. Aunado a que Jiménez Rumbo ha caído de la gracia de la tribu Nueva Izquierda (NI) en el plano nacional. Y en el local, se ha empeñado en confrontarse con el gobernador Ángel Aguirre. ¿Sería rentable en términos políticos, el arribo de este polémico personaje –David Jiménez- a la dirigencia estatal perredista, cuando ya demostró no tener tablas para el cabildeo político fino y es más dado a la disputa de arrabal? ¿Acaso el senador perredista lo está utilizando para concretar la candidatura perredista a gobernador y luego se desprenderá de él, tal y como ha hecho con otros personajes, entre ellos el ex gobernador Zeferino Torreblanca y el ex jefe de gobierno capitalino, Marcelo Ebrard? B) El senador perredista juega con fuego. Porque sabedor de los distanciamientos políticos existentes entre el gobernador Ángel Aguirre y David Jiménez, apuesta por otro lado al fortalecimiento del proyecto del diputado local Ángel Aguirre Herrera, como aspirante de la tribu Izquierda Progresista de Guerrero (IPG), a la alcaldía de Acapulco. Es decir, quiere estar bien con Dios y con el Diablo. Una posición muy cómoda para adquirir consensos de dos adversarios, con el claro propósito de que al final, ambos converjan en su proyecto. Pero existe un imponderable: en Acapulco el senador zeferinista no tiene una base electoral sólida. De hecho, las clientelas electorales están dividas entre dos actores políticos en concreto. Es decir, aquella que aun conserva el diputado federal tricolor, Manuel Añorve Baños. Y la que mantiene y nutre el actual edil de Acapulco, Luis Walton Aburto. Una negociación política de alto nivel de la tribu IPG, tendría forzosamente que atravesar el acuerdo político con alguno de estos dos personajes. No con Ríos Piter. C) El senador perredista afirma que hubo irregularidades durante la pasada elección interna perredista en las casillas de Tlacotepec y Cutzamala. Y las atribuye a la tribu IPG, para lo cual urge a que se revisen esas casillas. Otra vez asomó el discurso de la contradicción. ¿O es que acaso no apoya Ríos Piter al diputado Aguirre Herrera, para la alcaldía de Acapulco, cuando asume éste último como el líder de IPG? ¿Apoya al aspirante a la alcaldía, pero no a la tribu en que sustenta su proyecto? El punto de todo lo anterior se conecta fácilmente con el escenario de lo que hipotéticamente, vendrá. Porque así como se contradice tempranamente Ríos Piter al interior del PRD, igualmente podría irse a competir por el PRI –aunque hoy lo niegue- si las tribus no le ceden la candidatura a gobernador. Y en esta lógica, le asiste la razón a Marcelo Ebrard cuando afirma que el senador zeferinista “cambia de amigos y de convicciones frecuentemente”. La contradicción como parte inherente de la felonía.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Sin hacer demasiadas olas, el diputado local, Héctor Astudillo, se mueve sigilosamente. Acude lo mismo, al informe del edil capitalino, Mario Moreno Arcos, que al del munícipe de Acapulco, Luis Walton. Le pone fecha a la definición de la candidatura a gobernador en su partido. Diserta sobre diversos temas en los medios de comunicación. Trasciende que esta movilidad está relacionada con un sol referente: a Manuel Añorve lo habrían frenado en seco desde la federación. Y por eso, Astudillo aprovecha.
dragonato@hotmail.com

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