martes, 25 de noviembre de 2014

POLICRONICA

Ayotziglobal...Ahora todo el planeta tierra habla de Ayotzinapa, ¿sabrán  geograficamente que no es un pueblo, sino un rancho-escuela?, lo que sea pero todos #somos Ayotzinapa.


Sigue la mata dando en el movimiento, ya ampliamente social y conocido en todo el país, porque sean devueltos con vida los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, pues incluso se ha vuelto una exigencia en otros países, considerando que estamos globalizados, siendo una piedra en el zapato para el mismo Estado mexicano, en poder por el momento de quienes rigen nuestros destinos en una administración priista. De acuerdo a comentarios de varios de nuestro equipo de investigaciones especiales que andan paseando en algunos estados, se han percatado que este caso de los sucesos violentos, de asesinato y desaparición de normalistas se ha vuelto tema común y preocupante, echándole prácticamente la culpa al Estado mexicano, pues esa desaparición contiene todos los indicios de ser considerado así, aunque ahora se la agrega un ingrediente mortífero, como lo es el narcotráfico, pudiéndose dejar en claro los nexos con todos los alcaldes del estado de Guerrero, aunque muchos se deslinden, que si bien no cedieron pero sí supieron que sus vecinos o amistades, llámese como se llame tenían injerencia. En las marchas multitudinarias que se han estado desarrollando en varios estados del país, que recorren desde el Norte, pasan por el ombligo o sea el “Detritus Federal” hasta los estados cercanos a los países centroamericanos, esta  inconformidad social apoya, simpatiza y exige la presentación con vida de estos 43 que hasta se ha vuelto como un lema, una leyenda, que permite rechazar la violencia que desgarra todo tejido social. No es gratuito que esta simpatía adquiera dimensiones, si se desea épicas en algunos países del orbe, porque observan que esta es una lucha para evitar que en sus propios territorios se instalen estas formas de agresión, es decir pretenden que el espejo no les afecte, aunque varias naciones han transitado en procesos de cambios a mejores espacios de convivencia, con antecedentes en donde el Estado ponía las balas y los pueblos los muertos y las muertas. Y este asunto de la masacre de estudiantes de la Normal de Ayotzinapa en Iguala de la Independencia recibió una solidaridad inusitada, a diferencia del caso Tlatlaya, en el Estado de México, por una sencilla razón, de que esos jóvenes eran estudiantes, a diferencia de lo que se presume en ese otro episodio del México violento, que las personas asesinadas, por la espalda y algunos con el tiro de gracia “eran delincuentes”. Empero, esta inconformidad social en el caso Tlatlaya no pudo remontar el vuelo porque con esa presunción de que los asesinados eran delincuentes muy pocos de sus conciudadanos del Estado de México meterían sus manos al fuego. Lo que molestó a la gente, y otros analistas de ese caso, en donde participaron los militares, es que los hubieran asesinado por la espalda, como una cuestión de cobardía y diversas agravantes contempladas en las leyes que nos rigen en el país. Ésa es pues la gran diferencia entre los asesinatos de normalistas a manos de policías y sicarios del narco, a cargo del ex alcalde José Luis Abarca Velázquez y María de los Ángeles Pineda Villa, la mencionada “Pareja Imperial” de Iguala de la Independencia, aunque nosotros la calificamos como la “Pareja infernal”, quienes sabían y saben (porque no están muertos) cómo mandar, cómo hacer las cosas, y en el caso de este ex funcionario cómo asesinar a sangre fría, según las acusaciones por asesinato que pesan en su contra. Tan fuerte y desequilibrante ha  sido el fenómeno porque aparezcan estos 43 estudiantes normalistas, que por su “culpa” se “apagaron” muchos festejos conmemorativos por el  104 aniversario de la Revolución mexicana, que dio inicio el año de 1010, siendo de acuerdo a una recopilación del diario “El Nacional” lo siguiente: En la última década, la parada con que se celebra el inicio de la Revolución mexicana ha sido suspendida en cinco ocasiones, incluida la del presente año. La intención de conmemorar el inicio de la lucha revolucionaria empezó al año siguiente de que comenzó; no fue sino hasta 1941 cuando se logró formalizar y declararse de forma oficial este acontecimiento. Desde esa fecha, el desfile conmemorativo por el inicio de la lucha armada de 1910 se realizó de manera ininterrumpida hasta 2005. Este año nuevamente se suspenderá, debido a la marcha que se realizara en protesta por los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, la cual terminó en una concentración masiva  en el Zócalo en exigencia de la aparición con vida de los 43 estudiantes normalistas. En 1911, un año después, de ese movimiento armado se hizo una ceremonia. Las oficinas gubernamentales cerraron sus puertas en conmemoración del primer aniversario del inicio de la Revolución. Francisco I. Madero acababa de asumir la Presidencia de la República el 6 de noviembre. Entonces tuvo una cena íntima con sus colaboradores, pero no hubo manifestaciones públicas. La prensa especulaba que el Congreso de la Unión declararía como fecha nacional el 20 de noviembre; no obstante, eso no ocurrió. Para el año 1912, el presidente Francisco I. Madero celebró el Segundo Aniversario de la Revolución solamente con un banquete y una ceremonia de carácter privado, la cual aprovechó para dar un discurso, en el que aludió al libertinaje de la prensa que lo atacaba constantemente, y denunciaba que no estaba apoyando a su gobierno. Meses después sería derrocado. Y en el año de transición, 1913-1914 no se realizó ningún tipo de ceremonia, pero los diarios recordaron la fecha como inicio de la Revolución; en 1915, a los años anteriores, no hubo ceremonias oficiales para conmemorar la fecha. Hay que recordar que Venustiano Carranza, si bien participó en el primer gabinete de Madero en la Casa de Adobe de Ciudad Juárez, no tuvo una buena relación con don Francisco. Carranza pensaba que la verdadera Revolución se había iniciado con el Plan de Guadalupe, en marzo de 1913, por lo que no apoyaba esta conmemoración como una fecha simbólica. Pero ese año sí hubo algunas manifestaciones populares, como en Orizaba, Veracruz. Y 1916, tampoco hubo ceremonia oficial, pero ya la prensa nacional mencionaba la importancia de conmemorar la fecha, e incluso algunos periodistas la equiparaban en importancia con el 5 de mayo, Día de la Batalla de Puebla de 1862, y con el 16 de septiembre, inicio de la lucha de la Independencia de México; en 1917, ya se conmemoró, por vez primera, de manera sencilla y ante la tumba de Madero el inicio de la Revolución. Sin embargo, no se realizó ningún acto de manera oficial. Ante el Congreso de la Unión, legisladores maderistas presentaron la iniciativa de declarar esta fecha como día de fiesta nacional, la cual no tuvo eco porque Carranza no veía con buenos ojos dicha iniciativa. En el año 1919, como un acto informal para conmemorar el inicio de la Revolución, la Cámara de Diputados no sesionó; en 1920, la agrupación Pro Madero es la que se dedica a impulsar esta ceremonia y realizó una velada literaria en honor al inicio de la Revolución; en 1921-1928, en este lapso los que se encargan de la conmemoración eran los integrantes de la asociación Pro Madero, que estaba integrada por antiguos revolucionarios maderistas, alejados por supuesto del gobierno. Dicha ceremonia la aprovecharon para realizar señalamientos contra el gobierno en turno. En 1923, el candidato opositor a la presidencia de la República, Adolfo de la Huerta, asistió al acto organizado por la asociación Pro Madero; 1929, por primera vez se realizó la ceremonia oficial en el Campo Deportivo Militar, inaugurado en Balbuena; se contó con la asistencia del presidente interino Emilio Portes Gil. Para este gran acontecimiento se organizó un desfile con carros alegóricos y la participación de deportistas y obreros militares. Durante el año de 1930, con la intervención de 30 mil atletas, en su mayoría trabajadores al servicio del Estado, se conmemoró el inicio de la lucha armada, se empezaron a sustituir a los militares; en 1936, el Senado aprobó el decreto que declaró Fiesta Nacional el 20 de noviembre, fecha del aniversario de la Revolución mexicana. Por ley, esa fecha se convirtió en día de descanso obligatorio. El decreto entró en vigor a partir de 1937 y hasta 2007, cuando se reformó el artículo 74 de la Ley Federal del Trabajo, en donde se estableció como día de descanso obligatorio el tercer lunes de noviembre en conmemoración del inicio de la Revolución mexicana; a partir de este año el desfile deportivo fue de carácter nacional, es decir, en todos los estados y municipios del país se conmemoraba este acontecimiento; en 1941, por primera vez se declara oficial el desfile conmemorativo del inicio de la Revolución mexicana. De manera ininterrumpida y hasta 2005 se realizó el desfile deportivo. Ya para el año 2006, el presidente Vicente Fox suspendió el desfile conmemorativo debido a las protestas políticas que se presentaron en la Ciudad de México; en los años 2007-2008, el presidente de la República, Felipe Calderón suspendió la realización de la conmemoración; en el 2009, se reanudó el desfile conmemorativo, y mantuvo su carácter militar. Destacó el realizado en 2010, al conmemorarse el centenario del inicio de la Revolución. Este carácter militar se mantuvo en los desfiles de 2011 y 2012; también en 2013, no se llevó a cabo la tradicional parada deportiva; en 2014, o sea el día 20 de noviembre no se llevó a cabo ese tan mentado desfile conmemorativo por la marcha que llegó al Zócalo en protesta por los desaparecidos de Ayotzinapa y de que éstos sean devueltos con vida. Es así que este asunto de los asesinatos de los estudiantes normalistas está sentando un precedente importante en la vida contemporánea del país, siendo la máxima exigencia de que sean encontrados y devueltos con vida a sus padres y sus madres, que se encuentran impotentes ante la magnitud de quienes desean que sean olvidados, pero es el mismo pueblo el que está defendiendo a sus hijos, pues en esta lucha de clases, se observa el grado de corrupción que atacó a las grandes esferas que se coludieron con el narcotráfico, se volvieron parte de, o si acaso aunque es muy dudoso no supieron lo que hacían, lo cierto es que si los jóvenes no aparecen el desgaste será muy fuerte para quienes están en esa exigencia ante la cerrazón y obstinación del Estado mexicano que se encuentra atrofiado por los nexos de corrupción y complicidad, que rayan en lo perverso, ruin y cínico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por leer La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, Realice su comentario.