lunes, 5 de enero de 2015

ARTICULO

La fuerza de la razón está en el pueblo

César González Guerrero

Con mis atentos saludos, y mejores deseos, para que este año 2015, sea de éxito para todos los que hacen posible el periódico La Crónica,Vespertino  de Chilpancingo.
 A título personal, y a nombre de la familia González Guerrero y González Arcos, deseamos a los guerrerenses, un Feliz año 2015, próspero y exitoso. 
 Cada año que inicia, es lo mismo, los mejores deseos, los mismos problemas de la cuesta de enero, la misma dinámica del inicio de las jornadas de trabajo, los mismos asuntos que están pendientes de resolver y, como resultado del año anterior, los recuerdos gratos e ingratos. Sin embargo, la vida sigue su curso y, quienes tenemos alguna responsabilidad, en el sector público como privado, tenemos la obligación de cumplirla. México y Guerrero así lo exigen.
No es casualidad el hecho de que, cada año, en todos los pueblos del mundo, los seres humanos, debemos mantener la esperanza en que las cosas mejoren y que, el optimismo, debe ser el motor del desarrollo emocional para alcanzar niveles superiores.
Para lograr un objetivo existen varias vías, pero la más importante, creo yo, es la decisión personal del ser humano para convertir los sueños en realidad. Cada quien es lo que quiere ser. Los pretextos para no hacer las cosas, o simplemente para justificar incapacidades, merecen nuestro respeto pero no se consideran acordes a la realidad. Se requiere, aparte de la decisión, el interés, la preparación y la organización para alcanzarlo. Todo ello es parte de un proceso social que requiere talento y creatividad.
La problemática que surge en la histórica ciudad de Iguala, el pasado mes de septiembre del año próximo pasado, es un ejemplo de lo que significa la teoría de los ciclos políticos, misma que a través del tiempo, nos demuestra que el método dialéctico prevalece y se encarga de ubicar a cada quien en su lugar, de tal manera que, el movimiento que actualmente se vive en nuestro país, y desde luego, que impacta a nivel mundial, debe llegar a un resultado positivo.
Es, precisamente, el resultado positivo el que nos debe interesar, independientemente de los costos sociales que esto implica y, aunque parezca increíble, todos los acontecimientos en el mundo, así lo han experimentado. Desde luego, aunque el derramamiento de sangre, y todas las acciones violentas no son el camino, desafortunadamente así ha sucedido. La historia y sus hechos está escrita y nadie la puede borrar.
El 13 de agosto de 1521, con la conquista de los españoles, al territorio que en ese tiempo se denominaba como la Gran Tenochtitlán, nuestros antepasados fueron masacrados, pero no exterminados, a tal grado que, aun tenemos una rica identidad nacional como herencia de los grupos étnicos de esa época. Gracias a la decidida participación del pueblo, el movimiento iniciado el 16 de septiembre de 1810 y concluido el 27 de septiembre de 1821, el territorio conocido como la Nueva España, logra su independencia y se constituye la República Mexicana. 
Es aquí, en Iguala de la Independencia, municipio ubicado en la región Norte de Guerrero, en donde por primera vez, se menciona este nombre, con la promulgación del histórico Plan de Iguala, como el lugar en donde se confecciona nuestra Bandera Nacional y, por si fuera poco, se le conoce como la cuna de la Independencia Nacional.
El 20 de Noviembre de 1910, precisamente por las circunstancias sociopolíticas desiguales prevalecientes, nuevamente, con la participación de la mayoría del pueblo, surge el movimiento de la Revolución Mexicana que, reivindica las necesidades apremiantes de la época, y es como se promulga, en la ciudad de Querétaro, la Constitución Política de México, el 5 de febrero de 1917, documento que a la fecha es considerado como la carta magna que rige a los mexicanos.
En ambos movimientos, de la Independencia y la Revolución, los campesinos y los obreros fueron quienes se movilizaron y que, desgraciadamente,  murieron millones de mexicanos, a quienes debemos honrar ya que, gracias a ellos, actualmente existen instituciones que son el soporte del Estado Mexicano.
Los problemas actuales requieren de un análisis profundo, en virtud de que las luchas sociales tienen que ver con demandas justas, pero con un fondo político no muy claro.  De tal manera que, las líneas de acción, tienen una diversidad de intereses, pero destacan, por un lado, la lucha magisterial que tiene como objetivo rechazar la Reforma Educativa y, por otro lado, la lucha de los estudiantes que, en un principio, pugnaba por una mejor atención a la educación y desde luego apoyo a sus demandas estrictamente internas como plazas automáticas, etc.
Los acontecimientos del mes de septiembre del año pasado, deben ser tratados y apoyados a nivel federal, en virtud de su trascendencia que ya ha rebasado el ámbito local. 
En Guerrero, las condiciones socioeconómicas necesitan, no solamente de recursos económicos suficientes para fortalecer la infraestructura para un desarrollo integral, sino que también, requiere de nuevos liderazgos capaces de resolver situaciones de crisis y de riesgos, como la que actualmente estamos experimentando. 
El conflicto que existe en nuestro Estado se resolverá no con discursos, sino con el diálogo y respeto recíproco, entre sociedad y gobierno,  con la tolerancia y la implementación de un Programa de Acciones Prioritarias que promuevan el desarrollo económico integral, a través de la industrialización, la creación de  empleos y apoyo al campo.  Estamos a tiempo.

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