martes, 3 de febrero de 2015

COLUMNA

Resquicio
Hipólito Marbán

“COMUNITARIOS DEL FUSDEG, DAR CURSOS DE
 INTELIGENCIA A LA GENDARMERIA NACIONAL 
Y EJERCITO MEXICANO”
Ni con todos los cursos especializados en combate al narcotráfico, delincuencia organizada, ni con grupos tácticos de inteligencia, y ni los más temidos Grupos Aeromóviles de Fuerzas Especiales (GAFE), hijo del Curso Único de Patrullas Adiestradas en Combate (CUPAC), que se realizaban en la sierra de Atoyac de Alvarez, donde se formaban a las panteras del ejército mexicano en la década de los ochentas, la marina experta en grupos especiales de anfibios, la nueva gendarmería nacional
con fusiles de fabricación belga mejor conocidos G-3, todos ellos se han convertido en un remedo con los nuevos policías comunitarios del poblado de Petaquillas, municipio de Chilpancingo, quien cansados de ser víctimas constantes de la delincuencia organizada y desorganizada, sufriendo secuestros, extorciones y pago de piso, decidieron organizarse para darse autoseguridad y amparados por el recién creado Frente Unido por la Seguridad y el Desarrollo del Estado de Guerrero (FUSDEG), quienes tienen presencia en el corredor de El Ocotito, similar de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), que con unas cuantas cuaxcleras, rifles .22 de un solo tiro, con huaraches y sin la más mínima preparación policiaca, en menos de veinticuatro horas de haber arribado a esa demarcación comunitaria detuvieron a 18 personas mismo que dejaron en libertad a un menor de edad, porque sus padres se comprometieron en el pueblo que ellos se encargarían de que ya no delinquiría. El sábado treinta y uno de Febrero, integrantes del FUSDEG instalaron un retén en las inmediaciones de la comunidad de Petaquillas que es la comunidad más cercana a la capital con cinco minutos de distancia, detuvieron a un camión de los denominados “guajaoloteros” de la ruta Chilpancingo-Quechultenango, decomisando cuarenta kilos de marihuana, así como tres armas, dos largas y una corta, chaleco antibalas, cartuchos útiles, los diecisiete detenidos, en asamblea se acordó a no entregarlos a la Procuraduría General de la República, por temor a ser liberados, según ellos tienen la percepción que la fuerza del Estado podría estar inmiscuido como el del caso Iguala de la Independencia, lo que llama la atención no es que se hayan formado en policías comunitarios los habitantes de Petaquillas, pues el estado no les ha podido garantizar la libertad de tránsito,  protección a su trabajo y patrimonio plasmado en la propia constitución, que al ser ignorados, optan por reconstruirse en la búsqueda de su misma protección, lo que llama la atención que la capital se encuentra infestada de refuerzos tanto para el ejército mexicano, como para la gendarmería acompañados de la fuerza estatal, quienes solo se pasean en sus patrullas por las diferentes calles de la capital, retenes estériles que solo provocan, estorbo y tráfico vehicular,  ataviados con el mejor armamento que permite la Ley Federal de Armas de Fuego, hombres “capacitados” en los mejores campos de entrenamiento tanto en los desiertos más hostiles del Estado de Sonora, entrenados en la selva lacandona de Chiapas, y en los hechos en Guerrero, nada que presumir, mientras que los comunitarios de Petaquillas sin entrenamiento táctico militar ni policial, sin cursos en el extranjero, sin salario gubernamental, y en un improvisado reten, demostraron que tienen mejor preparación que quienes llegaron a resguardarlos, pues la desesperación de vivir atemorizado, en Petaquillas se aplicó el adagio del que “el valiente vive, hasta que el cobarde quiere”…veremos      

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