COLUMNA

Resquicio Político

Hipólito Marbán

SOCORRO SOFIO; EL QUE CON LOBOS ANDA

Guerrero en verdad necesita de un gobernador valiente, que pida para sus representados y no para sí mismo, un gobernante salomónico, que predique su dicho en su vida diaria, que sea ejemplo de rectitud y buena familia, cualidades que carecen los aspirantes del PRD, donde las declinaciones “sospechosas” no se vuelven creíbles, cuando es sabido que Armando Ríos Píter en su calidad de senador no ha velado por los guerrerenses, el costachiquense oaxaqueño Sebastián de la Rosa Peláez solo ha regresado a su lugar de origen para presumir los vehículos sacados del erario

público, dedicado a satisfacer sus mezquinas necesidades personales, viendo solo para sí y para su familia, como el de incrustar al Poder Judicial de Guerrero a su hermano Andrés de la Rosa Peláez, como secretario general del Consejo de la Judicatura de ese poder institucional sin carrera judicial, sin la experiencia cacaraqueada por los magistrados que se rotan la presidencia, hoy con una certificación muy sospechosa, resulta que Andrés el consanguíneo de Sebastián de la Rosa Peláez, de la noche a la mañana flamante juez de Iguala de la Independencia, y hasta ponente del nuevo sistema penal adversarial, ¡por favor!, el “Zorri” como se le conoce al diputado federal perredista por la costa chica, nada ingenuo y consiente de que no realizó nada relevante a favor de sus paisanos, e irse a una contienda interna perdería, por lo que su declinación a favor del senador perredista  Socorro Sofio Ramírez Hernández, fue maquillada bajo el pretexto de ir en unidad a la contienda electoral gubernamental, que conociendo a de la Rosa Peláez seguramente negoció dádivas con el aspirante abanderado del PRD en caso de ser gobernador de Guerrero, el actual senador y presidente de atención y gestión a las regiones marginadas Sofío Ramírez Hernández, no pudo ni ha podido con la presidencia que el senado le confió, pues en Guerrero solo se le conoció como la dama de compañía del exgobernador Angel Heladio Aguirre Rivero, sin que haya gestionado obra, o programas a favor de las comunidades de Guerrero y de otras entidades, un hombre inexperto, inculto e improvisado en la política de Guerrero, que antes de que su padrino llegara a la gubernatura, Socorro Sofio Ramírez Hernández, vivía en el anonimato ósea pues un perfecto desconocido, su arribismo a la política no la supo aprovechar a favor de los guerrerenses, solo se dedicó a saborear las mieles que da el poder, y a realizar comilonas y fiestas, rodeado de personajes de dudosa reputación como el del matrimonio “infernal” conformado por José Luis Abarca y María de los Ángeles Pineda Villa, presos en el penal de máxima seguridad por sus nexos con el crimen organizado según la PGR y la ratificación del auto de formal prisión del juez federal conocedor de la causa, Socorro Sofío Ramírez Hernández, solo se ha dedicado a manifestar que no conocía a la familia demoniaca de Iguala de la Independencia, y que solo fue una invitación de cortesía, entendemos que el senador por Guerrero, no pudo controlar a quien invitaba y a quienes no, en su lista de invitados al salón Cuicalli de esta capital, durante las quince años de su hija Xóchitl el 28 de Junio del 2014, entonces no podría controlar situaciones importantes que salgan de la residencia de Casa Guerrero, o del Palacio de Gobierno, ante la crisis que vive la entidad suriana, los guerrerenses no pueden ser gobernados por un perfecto improvisado, e ignorante en las tareas encomendadas en la figura de Socorro Sofio Ramírez Hernández, quien hace alarde del adagio popular “el que no lobos anda, aullar se enseña” y quien sabe hasta donde ha aprendido Ramírez Hernández de sus “invitados de cortesía”  el PRD de Guerrero, debería de escudriñar con lupa quien debe ser su abanderado, uno que este a la talla del electorado y a la altura de las demandas guerrerenses, la entidad no tiene tiempo de ser laboratorio de experimentos improvisados de desarrollo social, Guerrero necesita de un gobernante con visión y de perfecto conocimiento de los que quiere la mayoría, porque recordemos que se aprende más de las derrotas que de los triunfos.