martes, 3 de marzo de 2015

COLUMNA

Lectura Política

Noé Mondragón Norato

¿Colapso electoral para el 7 de junio?
Los partidos políticos entraron de lleno, en el proceso de selección de sus candidatos a diputados locales, federales y alcaldes. Pero la competencia que se avecina estará marcada por varios factores que, hasta cierto punto, podrían tornarse impredecibles. No solo por la ausencia de operación política del gobernador sustituto Salvador Rogelio Ortega Martínez, sino porque el clima de violencia, inseguridad y la intervención en los bloqueos del magisterio disidente, parecen convertirse en factores que podrían alterar sensiblemente el proceso electoral en puerta. Hay algunos escenarios que estarían construyéndose a partir de todo lo anterior.

CLIMA SOCIAL VULNERABLE.- A los partidos políticos se les hizo fácil designar a sus candidatos a los distintos cargos de elección popular. Pero lo que subyace de fondo, podría alterar sus planes. Hay puntos muy escondidos al respecto: 1.- Alterar la elección del próximo 7 de junio, sentaría un precedente político negativo  en la entidad. Porque hasta hoy, ninguna elección se ha cancelado por la inconformidad social. Y los grupos radicales como el magisterio disidente de la Ceteg y hasta los normalistas de Ayotzinapa, podrían traspasar dicho escenario. Atizarle al conflicto como forma de abortarlo. Meter miedo en la población para que no salga a votar. En cierto modo, implementar la estrategia del terror como forma de inhibir la participación ciudadana. 2.- El abstencionismo podría proyectar un incremento sustancial. Y todo por una elocuente razón: el agresivo desgaste que padecieron prácticamente todos los partidos políticos, a partir de los eventos sangrientos de Iguala, ocurridos el pasado 26 y 27 de septiembre. Es una factura que todavía no ha sido cobrada por los votantes. Y en ese carril, es obvio que han aumentado progresivamente dos elementos al respecto: la desconfianza y la credibilidad hacia dichos institutos políticos. En suma: no existen argumentos realmente convincentes como para que los ciudadanos salgan a votar. 3.- La violencia y la inseguridad no cesan. Los grupos delictivos continúan disputándose las plazas y eso se traduce en el incremento de los muertos. El ciudadano común ya no está seguro. Se sobresalta con la estadística criminal. Es un factor que inhibe quiérase o no, la participación en las urnas. El problema es que ni el gobierno federal ni el estatal, se involucran demasiado con el problema. 4.- El discurso de los aspirantes a cargos de elección popular es el mismo. De hecho, muchos son personajes reciclados. Porque de alcaldes pasarán a diputados locales o federales. Esa pantomima ya no aguanta el peso de las evidencias. Todos asumen que cambiarán el entorno y lo único que cambia es su situación patrimonial. Es decir, se convierten en los nuevos ricos. La democracia se ha distorsionado de su concepción original y se utiliza ya con fines meramente discursivos y mercantiles. Porque hasta el proceso de selección interno de los candidatos a cargos de elección, es antidemocrático. Y se venden las candidaturas. De ahí que su estancamiento sea por demás, evidente. 5.- Un posible fracaso de la elección del 7 de junio, alentaría la hipótesis de que pudiera designarse otro gobernador interino, una vez que Salvador Rogelio Ortega Martínez concluya con su actual enmienda. Por el periodo que sea necesario y cuando las condiciones sociales y la presión pública aminoren. De hecho, a dicho escenario le apostarían otros actores políticos. Como el senador perredista, Armando Ríos Piter, quien se alejó de la competencia interna por la candidatura perredista a gobernador, justo en el momento en que las encuestas lo ubicaban como el puntero. Llevaba la delantera a todos los demás. Pero de forma inexplicable, se salió de la competencia. Y se entiende: en el equipo de Ríos Piter asumirían que podrían saltar de nuevo a la competencia electoral, cuando el río deje de arrastrar tanta agua sucia y los escombros sean menos. De esta forma, las condiciones para realizar campaña electoral y para buscar el triunfo, serían otras. Como sea, los partidos políticos confían en que sí habrá elección. Defienden la constitucionalidad y la ley, para condenar a quienes se oponen a ella. Pero son ellos quienes las han violado reiteradamente. Los indicadores no son alentadores al respecto. Y así, la elección del 7 de junio continúa tambaleándose.
HOJEADAS DE PÁGINAS…En el contexto de la fragmentación de los partidos de izquierda rumbo a la próxima contienda electoral, no se descarta una posible alianza soterrada entre el partido Morena de López Obrador y el Movimiento Ciudadano (MC). Porque el PRD ya agarró su propio camino. Y desde luego, se alejó de todo atisbo democrático y de entendimientos con los demás.
dragonato@hotmail.com

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