miércoles, 4 de marzo de 2015

PRIMERA PLANA

Testimonio de niños con dibujos
sobre el violento desalojo del 24

Ezequiel Flores Contreras (apro).- Los trazos reflejan la pesadilla que vivieron a su corta edad durante la noche del martes 24 cuando policías federales desalojaron violentamente a miembros del magisterio y organizaciones sociales que protestaban en el puerto de Acapulco para exigir certeza laboral y justicia por el caso Ayotzinapa.

Al menos una decena de niños entre 10 y 4 años acompañó ese día a sus madres a la protesta reprimida por la policía y donde la dirigencia del magisterio disidente ha denunciado que fue asesinado el profesor jubilado Claudio Castillo Peña, aparte de que cuatro mujeres fueron abusadas sexualmente por los federales.
Los menores vivieron directamente el trágico momento y observaron cómo los uniformados arremetieron a golpes contra los manifestantes.
A través de dibujos, los menores hacen referencia al “muro” de mujeres que estaba frente al cerco policiaco, así como el autobús que embistió a los federales y desató el caos.
En los trazos prevalecen los colores negros y el rojo de la sangre que brota de los cuerpos de mujeres y hombres que son recordados con rostros de angustia y llorando, en contraste con la faz agresiva de los federales.
Los pequeños también recuerdan los lugares donde se refugiaron con sus padres ante el caos que se vivió esa noche.
A una semana de este hecho violento minimizado por el gobernador Rogelio Ortega Martínez y autoridades federales, el testimonio de los menores plasmados en dibujos se vuelve implacable y refleja un problema al que tampoco se la he dado la atención adecuada.
Se trata de la prevalencia del fenómeno psicológico denominado trastorno por estrés postraumático (TEPT) infantil por la exposición de menores a la violencia social y del Estado.
Lo anterior es señalado por académicos que durante estos días realizaron dinámicas con los hijos de docentes y activistas que se encuentran en el plantón que mantienen miembros del magisterio disidente en la plaza central del primer Congreso de Anáhuac en esta ciudad.
Los docentes pretenden analizar el grado de afectación que provocó el desalojo en los niños que estuvieron presentes en los hechos, situación que exige la intervención inmediata de especialistas para evitar que los problemas de salud pública sigan destruyendo el tejido social ante los niveles de impunidad y violencia que persisten en Guerrero, indicaron.
Con la autorización de los padres y el grupo de académicos, se difunden algunos de los dibujos realizados por los niños y jóvenes del plantón, quienes participan en el movimiento que mantiene a la entidad hundida en una crisis social y política desde hace más de cinco meses, luego de la masacre y desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa.
Un niño de 10 años describe el desalojo con una imagen central donde varios policías rodean a un grupo de manifestantes y uno los agentes se encuentra golpeando a una mujer lanzando un reproche: “No que el Sancho talla y talla”. Lo anterior en referencia a una consigna de los manifestantes de mofa en contra de los federales.
También muestra que algunos de los activistas lanzan piedras con sus resorteras en contra de los uniformados.
En la parte superior, el menor dibuja a tres personas con los brazos en alto y los etiqueta con la palabra “nosotros” y se refiere a las detenciones masivas, después que se reportaran 106 detenidos, aunque según testigos la cifra fue mayor.
Una pequeña de ocho años dibujó una valla de mujeres con colores naranja, rojo y morado frente a un bloque de federales negros y, como imagen central, el autobús que salió de la parte trasera de la protesta y embistió a los uniformados.
En la parte lateral derecha, la niña plasma lo que parece ser una alcantarilla donde se refugió con su madre.
Otra menor de 11 años se plasma acompañando a su papá y otros manifestantes portando palos y rodeados por federales, donde se muestra a niñas y mujeres en medio de sangre.
Un dibujo más es el de una jovencita de 18 años, estudiante universitaria que participa en el movimiento porque dos de sus compañeros de infancia son parte de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa.
Ella narra su historia entre trazos negros y rojos, donde sobresalen federales golpeando a hombres y mujeres por igual.
“Esa es la imagen que tengo en la mente antes de echar a correr porque los federales eran unas bestias”, compartió.
De esta forma, los niños del plantón reflejaron la forma como vivieron este trágico momento que a la fecha los mantiene con problemas de ansiedad y pánico, indicaron los padres de estas víctimas de la brutalidad policiaca.

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