jueves, 9 de abril de 2015

POLICRÓNICA

    Chikungunya...Las autoridades  de la Secretaría de Salud en Guerrero,  se hacen las occisas, solo simulan que están atacando la epidemia que llegó de Centroamérica Chikungunya, en las últimas semanas se ha convertido en un flagelo para la salud de los surianos.


Hasta donde se sabe  el insecto habría ingresado a través de inmigrantes que vienen de Centroamérica, por el estado de Chiapas y Oaxaca, por ende Guerrero, sería el tercero con mayor número de infectados  de Chikungunya. Hay infinidad de denuncias de todas las regiones, sobre todo de la Costa Grande, Costa Chica, Acapulco y recientemente se suma a la estadística la zona centro, principalmente en el municipio de Chilpancingo, en donde hay por lo menos 43 casos sospechosos de Chikungunya. Los ciudadanos que han tenido este padecimiento viven en la incertidumbre, porque han hecho los reportes a las autoridades de Salud en los municipios y en las oficinas centrales, pero el titular  en Guerrero Edmundo Dantés Escobar Habeica, hace muy poco caso a esa preocupación  generalizada  de la ciudadanía. Tanto que no se sabe qué acciones está haciendo la dependencia, porque todos los días surgen nuevos casos, por lo que es urgente que se establezca una verdadera campaña de fumigación y abatización. Lo único que sabemos hasta ahora que el mosquito transmisor del virus de Chikungunya se desarrolla en zonas costeras debido a las condiciones climatológicas, y es por eso que la regiones de la Costa Grande, Costa Chica y Acapulco es donde más casos se han presentado, sin precisarse las cifras, hay un total ocultamiento, supuestamente para no alarmar a la gente guerrerense. Sin duda que disminuirían los casos si se intensificara la aplicación del abate para controlar la larva y los rociados intradomiciliarios y rociado espacial para matar el insecto adulto.  Tampoco hay recomendaciones de las autoridades sanitarias de Guerrero, ante este mal, que se ha intensificado en los últimos meses. Al parecer no ha cobrado vidas humanas, nada más una epidemia de enfermos, muchos no son atendidos en los hospitales, sino que lo hacen en sus casas particulares. Según la poca información que tenemos en este momento disponible, que cuando una persona ya contrajo el mal de la Chikungunya, entre otros síntomas de la enfermedad son fiebre superior a 39 grados, dolor de articulaciones, nauseas, muscular y de cabeza con intensidad, cansancio intenso, y también puede aparecer sarpullido rojizo. Por ahora no se ve que haya acciones gubernamentales contundentes para atacar esta enfermedad que se ha convertido en viral en Guerrero y está creciendo el número de casos, gracias a la indiferencia de Edmundo Dantés Escobar Habeica, quien está demostrando que el cargo de secretario de Salud lo está ocupando nada más para incrementar su currículo, no para que deje huella de su paso por esa importante dependencia.  La respuesta a todo esto que ofrece Escobar Habeica, es que no hay dinero, no obstante que le tocó proponer en el mes de diciembre las partidas para su dependencia en el presupuesto estatal del 2015 que autorizó la LX legislatura local. Entonces no se vale que venga con ese cuento “chino” de que no tiene dinero para realizar campañas de combate al mosquito transmisor de la Chikungunya que está causado muchos estragos de salud en el territorio estatal suriano. Mientras no se haga alguna acción para combatir el mal, conoceremos muchos casos y lo que menos deseamos es que haya decesos de personas por la irresponsabilidad del secretario de Salud en la entidad, Edmundo Dantés Escobar Habeica quien debiera informar a la opinión que está haciendo, que acciones gubernamentales, cuanto de presupuesto se está erogando, que cifra de enfermos se tienen y lo más importante que medidas recurrentes tienen que adoptar los ciudadanos para no contraer ese mal centroamericano que lo trajeron los migrantes del sur. Creemos que lo sencillo que tienen que hacer la población para prevenir el virus con acciones como: deshacerse de los cacharros, tapar tanques o depósitos que contengan agua y mantener limpia la casa, y usar mallas o mosquiteros en ventanas y puertas. Porque creemos que esa es la recomendación básica,  porque es lo que nos han dicho las autoridades de salud para evitar la enfermedad del dengue clásico y hemorrágico, este mal si ha dejado muertes en la entidad. Es otra enfermedad también que ha sido ocultada soterradamente por las autoridades de salud, pese a los casos frecuentes que se registran en  Guerrero. Por lo que consideramos que los ciudadanos tienen que estar alertas  para no verse inmiscuidos con la Chikungunya,  enfermedad de “moda”. Parece que Edmundo Dantés Escobar Habeica no está entendiendo la magnitud del problema, está ignorando la preocupación ciudadana, que se queja constantemente de todas partes. El servidor público, no está tomando acciones de prevención, sino que está haciendo un “trabajo” testimonial, porque está enterado de que su periodo en la Secretaría de Salud en Guerrero,  depende de la permanencia de su amigo el gobernador sustituto Salvador Rogelio Ortega Martínez, quien a más tardar el 26 de abril, podría ser ratificado o retirado del cargo por los diputados de la LX legislatura local, luego de que está haciendo un mal papel y precisamente una de las dependencias claves para demostrar que hay trabajo, es precisamente el sector salud, pero ahí todo es cero y más cero. Esa parte de la decepción no solo de los legisladores que se siente distantes de Ortega Martínez, sino de la misma sociedad en general...Inhumano…Para no desligarnos mucho del asunto de salud y para que se confirme de que está fallando el gobierno estatal sustituto Orteguista, se puede comprobar. Que también impera la actitud deshumanizada de sus colaboradores y hasta fascistoide, pues resulta que es verdaderamente inhumano el director general del hospital general “Raymundo Abarca Alarcón”, Carlos Juárez Monroy al pretender imponer un reglamento interno fascista contra la población que asiste atenderse de sus diversas enfermedades. Nunca antes un director del hospital general “Raymundo Abarca Alarcón”, había impuesto medidas disque de seguridad  para los familiares de los enfermos, hasta que lo intenta hacer Carlos Juárez Monroy, por sus pistolas, argumentando inseguridad, cuando todo mundo sabe que ese problema no es privativo del lugar. Si realmente necesita seguridad, entonces que renuncie y se vaya a su casa, porque nadie acepta en su sano juicio acciones inhumanas. Por ello ayer miércoles un grupo importante de personas se manifestaron en el exterior del hospital ubicado en el punto conocido como “Tierras Prietas” al norte de Chilpancingo, entre los límites del municipio de Eduardo Neri (Zumpango). Por ello este miércoles, varias decenas de personas que tienen familiares internados en el Hospital General “Raymundo Abarca Alarcón” de Chilpancingo denunciaron tratos indignos por parte del director general, Carlos Juárez Monroy, al no permitirles la entrada al servicio de sanitarios de lugar. No cabe duda que es un verdadero bruto el médico que cobra como director, por lo que la mañana de este miércoles varias personas molestas por el nuevo reglamento interno que pretende imponer. Con pancartas en mano se leían acusaciones en contra del director general de este lugar, por sus medidas fascistas, pues definitivamente está demostrando que está deshumanizado, porque no entiende las necesidades de los familiares de los pacientes. Los inconformes  con pancartas en mano se manifestaron y denunciaron que personal de este nosocomio les impedía la entrada, incluso a la explanada exterior de este lugar.  Además cuestionaron el supuesto nuevo reglamento que Juárez Monroy  está buscando imponer después de los hechos de violencia registrados en las cercanías del inmueble, esto según por motivos de seguridad pues en el lugar se atienden tanto policía como presuntos criminales que resultan heridos en los enfrentamientos. Los quejosos con justa razón  reprocharon al estúpido director “No somos criminales y merecemos un trato digno”. Los manifestantes dijeron que incluso para realizar sus necesidades biológicas tienen que cruzar los carriles de alta velocidad y refugiarse en los montes cercanos, y además se ven obligados a refugiarse en la sombra de escasos árboles que se encuentran a las afueras de este sitio. Los inconformes dicen sentirse inseguros pues tras la valla de este hospital no hay nada que los proteja y con ellos se quedan niños y mujeres jóvenes que podrían ser en algún momento violentados. Como respuesta a la intervención de la Comisión Estatal de Defensa de Derechos Humanos (Coddehum) se les prometió que para el viernes podrían volver a ingresar a la explanada de este sitio bajo la advertencia de que la semana entrante de nueva cuenta se aplicaría el reglamento. En este sentido los manifestantes dijeron que no dejarían la lucha hasta que sea de forma permanente el acceso a esta explanada y que estarían dispuestos a dejarse revisar para conseguir la entrada. Habría que recordarle a este imbécil médico que ahora cobra como director del hospital general “Raymundo Abarca Alarcón”, que los familiares de los pacientes no son delincuentes, ni sicarios, sin embargo del mismo nosocomio no solamente han entrado hombres armados, sino han sacado a pacientes y hasta asesinados en las camas y quirófanos. ¿Por qué no ordena Carlos Juárez Monroy se impida la entrada a estos tipos y evitar más desgracias en el interior de ese lugar? ¿Entonces porque se ensaña contra las familias humildes? y les echa hasta la policía privada de Jobamex y con un estúpido reglamento interno, que no es otra cosa que ahora mismo le está causando problemas. Sin realmente quiere total control, debe comenzar Juárez Monroy con los delincuentes van a rematar o sacar a heridos que están siendo curados o intervenidos quirúrgicamente. Hasta este día, ese imbécil “dictadorcito” ha dicho nada, ni ha protestado de esas irrupciones violentas,  y eso se llama inseguridad no solo para él, sino para todo el personal médico, enfermeras y administrativo y ahora lo trata de hacer con las familias necesitadas  que lo único que quieren saber cómo se desarrollan sus males de sus pacientes y que necesitan. Creemos que ninguno de los familiares de los pacientes va a tomar sol en la explanada como vacaciones, mucho menos dormir en la intemperie por gusto, están por necesidad. Ojalá que este estúpido servidor público de la salud reflexione y entienda que sus medidas son fascistas.

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