lunes, 6 de abril de 2015

PRINCIPAL DE PRIMERA PLANA

 Cruel marginación en
Costa Chica y Montaña


Texto y fotos: Jonathan Cuevas.MARQUELIA, GRO.- La zona colindante entre la Costa Chica y Montaña del Estado de Guerrero, sigue siendo una de las más rezagadas en cuanto a desarrollo. La pobreza es palpable con solo transitar entre los pueblos y carreteras. Ahí, el abandono gubernamental hace ver cada vez más jodidos a los indígenas amuzgos y tlapanecos, y, las reformas estructurales en nada han ayudado a las familias. 

Es la zona más aguerrida. En la mayoría de los pueblos hay mantas instaladas con mensajes en respaldo al movimiento social surgido por la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa, en Iguala de la Independencia, el 26 de septiembre del año pasado. 
Un paseo por la Costa y la Montaña… 
En la zona confluyen los paisajes más hermosos entre el mar y las montañas. Las playas vírgenes abundan y en ellas, las puestas de sol maravillan todo en derredor. 
En contraste, ahí se captan las imágenes más crueles cuando las ancianas cargan montones de leña sobre sus espaldas y, los niños duermen y comen sobre los suelos de tierra, junto a los perros hambrientos y sarnosos. 
Los ríos más cristalinos cruzan entre los poblados más necesitados. Aquellos donde abundan las chozas de adobe y los suelos de tierra. Es el mismo lugar donde niños y adultos carecen de zapatos; las mujeres usan huipiles que tejen con sus propias manos y los hombres su tradicional calzón de manta hasta el tobillo. 
En las playas de la Costa Chica, la brisa del mar abraza cálidamente todo a su alrededor. Por las noches, el golpeteo de las olas con el suelo arenoso es ensordecedor.   
Y en las montañas, unos kilómetros cuesta arriba, abundan todavía los animales más codiciados para los cazadores. El venado es el principal objetivo para muchos, aunque dicen los pobladores que aún existe en esa zona el jaguar, que es aún más codiciado. 
Santa Cruz del Rincón… 
En Santa Cruz del Rincón, municipio de Malinaltepec, las carencias en obra pública muestran el abandono gubernamental del que han sido objetos los habitantes. 
Un enorme letrero junto a la carretera que cruza por el poblado, presume una supuesta ampliación de la red de Agua Potable. El gobierno federal lo instaló afuera de la comisaría, pero hoy sobresalen en el anuncio, las letras marcadas con aerosol que forman las palabras: pobreza, despojo y desaparición. “Todos somos Ayotzinapa, nos faltan 43”; escribieron en color rojo. 
La iglesia de este poblado está en el centro, sobre el monte más alto. Su estructura opaca las casas de adobe con techos de lámina. Sus colores azul y blanco destacan entre el café de los suelos y paredes. Entre las calles de las pocas colonias, el polvo se levanta con la más pequeña corriente de aire.
San José Vista Hermosa… 
San José Vista Hermosa es un pueblo de Iliatenco, en la Montaña de Guerrero. Aquí también abundan las familias en pobreza y pobreza extrema. Hay damnificados de la tormenta Manuel, ocurrida en 2013, que aún no reciben algún tipo de ayuda del gobierno para levantar sus casas. 
Al menos 6 familias lo perdieron todo, pero a casi dos años después, están dispuestos a construir por cuenta propia sus hogares. Las familias damnificadas viven hoy “de arrimados”, en casas de familiares o vecinos. 
Pero aquí, entre la marginación que los rodea, los ciudadanos se muestran orgullosos al decir que no tienen problemas de inseguridad, gracias a la presencia de la Policía Comunitaria. Las muertes que se registran son naturales, no por violencias como en las grandes ciudades. 
Sobre el camino de San José Vista Hermosa a la cabecera municipal, Iliatenco, se pueden observar jóvenes arriando burros cargados de leña. Niños con uniformes de secundaria y huaraches, caminando rumbo a la escuela abrazando petates de palma.   
Iliatenco… 
Entrando a Iliatenco tampoco se logra notar el desarrollo y la modernidad. Las tiendas del pueblo anuncian en grandes lonas la venta de “gramoxone”, sustancia para curar maíz prohibida en varias partes del mundo, que se ha convertido en una de las principales causas de muerte en la Montaña de Guerrero, pues en la mayoría de los casos, los indígenas lo usan para suicidarse.  
La calle que da acceso al pueblo ni siquiera está pavimentada. Lo primero que se ve es una primaria carente de infraestructura. 
La escuela primaria Emperador Cuauhtémoc está cercada con malla ciclónica. Al timbre de la hora de salida, los niños corren entre el lodo y la tierra desde sus salones de madera y cartón, hasta la salida que carece de puerta. Parecen alegres al cruzar frente a la lona que anuncia el nombre y clave de su escuela. Es como si los tan cantados beneficios de la reforma educativa, no llegaran hasta esta escuela.
Aquí hay otra iglesia azul con blanco, pero mucho más grande. Sus dos torres lucen entre el cielo nublado cuando la gente mira hacia arriba. Frente a la gran puerta de madera barnizada, duerme un borrachín recargado sobre un poste. Unos metros más adelante, una lujosa casa sobresale entre las demás. Es la comisaría ejidal.    
En Iliatenco también cuelga en la entrada, una lona donde se muestra el respaldo a la lucha de Ayotzinapa. 
De regreso a Marquelia, municipio de la Costa Chica, sobresalen en la carretera varios letreros en rechazo a las mineras canadienses que pretenden explotar las tierras de los indígenas guerrerenses. 
Cerca de la carretera hay poblados que parecen fantasmas. De acuerdo a los pobladores son lugares en donde la gente solo vive en temporada de siembra y cosecha. En algunos otros casos, se trata de pueblos donde los ciudadanos migran a los Estados Unidos, o al norte del país para tener oportunidades de empleo. 
Pueblo Hidalgo… 
Pueblo Hidalgo es una comunidad enorme que también está marcada por la pobreza. Hay cientos de casas de adobe, cartón, lámina o madera. Las únicas calles pavimentadas son en el centro y, los infantes caminan entre las piedras descalzos. 
Se trata de un pueblo perteneciente a San Luis Acatlán donde abunda la propaganda política de Luis Walton Aburto, candidato a la gubernatura del Estado que dejó junto al priista Manuel Añorve Baños, en la quiebra al puerto de Acapulco. 
Sobre la calle que da acceso a la comunidad hay una pequeña casa de adobe. En su fachada hay un mensaje que dice: “Ayotzi vive, la lucha sigue”. Al otro lado de la puerta de madera vieja, hay una lona anaranjada con la imagen de Walton, en la que se lee: “Volvamos a creer en Guerrero”. 
Desde lo alto del centro se observan los techos de teja de todas las humildes casas. Es territorio comunitario de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), según los anuncios que se observan en varios domicilios. 
Colonia Renovación (desplazados de Iliatenco)… 
Siguiendo el camino de San Luis Acatlán hacia Marquelia, se pueden observar una colonia de personas desplazadas de la comunidad de San José Vista Hermosa, de Iliatenco. 
Es un terreno árido donde se hicieron casas de láminas de cartón, madera y varas de bambú. Le denominaron “Colonia Renovación”. 
Aunque las personas que ahí se encontraban se negaron a informar el motivo por el que fueron desplazados de su pueblo, por archivos periodísticos se pudo saber que salieron de su pueblo San José Vista Hermosa por un conflicto religioso. 
Se trata de 114 familias que decidieron no participar en las celebraciones del pueblo vinculadas a la religión católica, y ante las diferencias con el resto de los ciudadanos decidieron salir y conformar su propia colonia que hoy se ubica entre San Luis Acatlán y Marquelia. 
Los conflictos religiosos son otros constantes en las zonas indígenas del Estado de Guerrero, donde el gobierno en la mayoría de los casos, es incapaz de fungir como mediador entre las partes involucradas. 
Azoyú… 
Al sureste de Marquelia está Azoyú, una de las zonas consideradas como más inseguras de la Costa Chica. Es el lugar donde menos se recomienda visitar a los turistas. 
Y la advertencia parece tener fundamento cuando sobre la carretera que conecta a Juchitán con Azoyú, se observa una caseta en la desviación hacia el pueblo “Lomas del Vidal”, totalmente pintarrajeada con signos desconocidos y la leyenda: “sicarios”. 
Pero el recorrido de día se hace ameno al observar junto a la carretera gente trabajadora, que va o viene del campo, arreando sus bestias y llevando pastizales o leña. 
Arcelia del Progreso… 
Unos 20 minutos (en vehículo) delante de esa cabecera municipal, está un poblado que se llama Arcelia del Progreso.  Ahí hay más casas de ladrillo que de adobe, pero también es zona indígena. 
Los niños sin playera juegan en las calles bajo los intensos rayos del sol. Los hombre montados en burro con huaraches y sobrero, andan entre los campos y los caminos rurales. En la entrada del pueblo hay unas 10 casas (junto a la carretera) que parecen ser las más precarias. Afuera de una de las viviendas de madera y cartón, caminan descalzos sobre la tierra dos pequeños de aproximadamente 9 años. 
Uno que porta uniforme escolar con el pantalón arremangado, sube una vereda llevando en su hombro izquierdo un garrafón cargado con 20 litros de agua. Apenas lo aguanta pero no para ni un instante. La perspectiva desde la que se le vio, no dejó ver su rostro.
Detrás de él, el otro menor semi calvo y de piel morena, llevaba sobre sus hombros un tronco de madera del que colgaba un lazo de cada extremo. También llevaba agua en dos medianas cubetas sujetadas a las cuerdas. 
La Reforma… 
Más hacia el sureste, cerca de Oaxaca se encuentra Ometepec. Antes está la desviación hacia un pueblo que se llama La Reforma. 
El acceso a esta comunidad es totalmente de terracería. Aquí se siembra el maíz y abunda el ganado de chivos y vacas. Sobre esta vía se observan a niños, jóvenes y adultos, caminando o a caballo, guiando manadas de chivos hasta sus parcelas. Los sacan al campo para que coman.
Tepatahuac…   
La Reforma pertenece al municipio de Igualapa y tiene conexión por un camino rural con Tepatahuac, un pequeño poblado en el que solo hay una pequeña calle pavimentada. Hay una comisaría cerrada y, la mayor obra en este poblado parece ser la cancha techada. 
La gente parece bastante pobre y la vegetación está seca en su mayoría. Hay marranos que andan entre las calles y afuera de las viviendas que, también aquí son de madera, lámina o cartón. Son contadas las casas de tabique. 
Hay dos accesos para automóviles. Uno viene de La Reforma entre voladeros y empinadas veredas, y el otro viene de Igualapa entre huertos de mango y arroyos. 
Igualapa… 
En la cabecera municipal de Igualapa parece que hay más desarrollo. Su centro en color amarillo y las casas de concreto y hoteles, son muestra de que hay un poco más de modernidad. Pero aquí también es zona indígena y no dejan de aparecer los niños descalzos, los hombres en burro acarreando leña, las calles sin pavimentar y las adolecentes embarazadas. 
En este pueblo grande hay desigualdad social. Una casa lujosa de dos pisos se ubica junto a otra de 9 metros cuadrados, hecha de madera y lámina galvanizada. A la primera casa entró un niño bien peinado, limpio y con tenis de colores, mientras que de la otra salió una mujer con reboso cargando un bebé entre sus brazos, sucio y desnutrido.
Zacualpan…  
Delante de Ometepec está Zacualpan, la puerta de la zona indígena amuzga. Ahí se teje el huipil. Las mujeres usan sus ropas tradicionales igual que los hombres. 
Es otro pueblo grande con varias comunidades anexas, donde la tormenta Manuel de hace año y medio también dejó estragos. 
Solo la calle principal está pavimentada, porque forma parte de la carretera Ometepec Xochistlahuaca. El resto del poblado está en completo abandono. Hace falta drenaje, tubería de agua y obras de impacto. 
Aquí se pueden captar otras de las imágenes más crueles; niños durmiendo sobre costales entre la tierra, mujeres caminando descalzas entre los suelos calientes y, adolecentes o jóvenes asombrados con las tecnologías celulares que sí llegan hasta allá, a diferencia de los programas asistenciales del gobierno. 
Decenas de menores desnutridos juegan entre la tierra y los arroyos, junto a perros desnutridos y sarnosos. Es en este poblado donde el 97 por ciento de la población conserva la lengua materna. 
Xochistlahuaca…
Otra zona indígena con graves problemas de rezago social y, donde existe otro fuerte problema como el caciquismo, es Xochistlahuaca. 
Las niñas regresan de la escuela con enormes mochilas cargando sobre sus hombros. Algunas llevan huaraches y otras tenis deportivos. 
En esta comunidad hay un gran contraste entre el zócalo recién remodelado y las demás colonias donde abunda la miseria.  El pequeño centro es hermoso, pintado de amarillo huevo, con un grande Ayuntamiento en cuya fachada hay letras que parecen plateadas. Frente a éste edificio hay un quiosco sobre una especie de alberca diseñada como río de agua cristalina, que conecta a varias fuentes que simulan enormes rocas. 
También hay un gimnasio al aire libre y, un área de juegos infantiles donde pequeños indígenas que hablan la lengua amuzga, se divierten plenamente. Parece ser un paraíso para los infantes entre toda la pobreza y marginación que los rodea. El pasto en esa área está perfectamente podado y verde a más no poder. 
Alrededor abundan las casas con techo de teja y viejas estructuras que están derribándose poco a poco. Más alejadas están las calles lodosas y las casas entre barrancas, en riesgo de colapso. 
Aquí, en Tlacoachistlahuaca y Ometepec, abunda la propaganda política de “Rosa Coral”, una mujer perredista que aspira a una curul en el Congreso del Estado. 
Las playas… 
La pobreza en toda esta zona es evidente pero, las montañas son realmente hermosas. Desde lo alto se notan los pueblos y las laderas entre los árboles verdes. Las flores no faltan junto a los caminos y, las riveras son majestuosas. En Xochistlahuaca cruza un río donde el agua pasa entre gigantescas rocas; una imagen que no en cualquier lado se puede ver. 
Y cuesta abajo están las playas de la Costa Chica. Las más hermosas están en Marquelia y Copala. Hay zonas donde se juntan las lagunas con el mar y junto a las carreteras el pastizal es enorme. El ocaso se pinta en color rojo y amarillo. El sol se hunde entre las aguas del mar si se aprecia la puesta desde alguna de las playas. 
La gente costeña es humilde y gentil con los visitantes, como es también en la Montaña. El humor de las personas y la maravilla de los paisajes, hace olvidar por momentos que están en una de las zonas más marginadas del Estado, o incluso del país.     
En la mayoría de los pueblos de la Costa Chica y Montaña, se tienen lonas, pancartas o pintas entre los anuncios viales, a través de los cuales la gente exige la presentación con vida de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos el 26 de septiembre pasado.    
Estadísticas de pobreza…   
De acuerdo a las estadísticas del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), los índices de pobreza en el estado de Guerrero hasta el año 2012 (lo más reciente que se tiene en estadísticas), llegaban hasta el 69.7 por ciento, lo que significa que más de 2 millones 442 mil guerrerenses, viven en ésta situación. Esto eso, 7 de cada 10 habitantes. 
Un 38 por ciento de ciudadanos estaban en pobreza moderada mientras que el 31.7 en pobreza extrema. 
La población vulnerable por carencias sociales es del 21. 7 por ciento y, por ingresos el 2.3. solamente el 6.4 de los guerrerenses son considerados no pobres o no vulnerables. Esto significa una reducción de la gente con estabilidad económica considerada como “no pobre” a comparación del 2010, cuando el estatus marcaba un 7.5 por ciento. (API).

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