martes, 5 de mayo de 2015

PRIMERA PLANA

Antes de ejecutar a Ulises Fabián le
preguntaron si conocía El Chaparro 

Ezequiel Flores Contreras.CHILAPA DE ÁLVAREZ, Gro. (apro).- El pasado viernes 1 de mayo el candidato del PRI a la alcaldía, el priista Ulises Fabián Quiroz, y su equipo de campaña circulaban por la carretera federal Chilpancingo-Tlapa, a menos de 10 kilómetros de la cabecera municipal, cuando un grupo armado interceptó a punta de pistola la camioneta en que viajaban –una Tacoma gris– y los obligó a descender y a sentarse en la cuneta de la carretera.

En silencio, Fabián Quiroz y sus compañeros obedecieron la orden. De pronto, uno de los agresores preguntó por los “escoltas” y si conocían a El Chaparro. Todos respondieron negativamente.
Luego, uno de los sicarios se dirigió hasta donde se encontraba el candidato priista y le dijo “tú, vente para acá”. Cuando Ulises le dio la espalda, el sujeto armado le disparó directo a la cabeza. El aspirante a la alcaldía cayó al suelo y los delincuentes lo remataron, según versiones de integrantes del equipo de campaña.
El verdugo portaba uniforme tipo militar, chaleco táctico, botas negras y era el único que se cubría la mitad del rostro. Segundos después advirtió al resto del grupo: “Si no se quieren morir, lléguenle a la verga”.
Inmediatamente, el chofer, un asistente y dos jóvenes que documentaban las actividades del candidato victimado abordaron la Tacoma gris y se retiraron del lugar rumbo a la ciudad de Chilapa.
Estaban a escasos cinco minutos del crucero que conecta con la carretera federal Chilpancingo-Tlapay, a menos de 10 kilómetros de la cabecera.
Lo mismo hizo el resto de la comitiva conformada por otras 15 personas, entre ellas la candidata a diputada local por el distrito 25, Flavia García García, y la candidata a síndico municipal, Elvia Sánchez Caro, hija del escritor Juan Sánchez Andraca, quienes viajaban a bordo de cinco camionetas siempre atrás de la avanzada encabezada por el abanderado priista.
Esta parte del equipo de campaña fue amagada por al menos ocho sicarios que se desplegaron sobre el camino. También los obligaron a descender y mantenerse de espaldas con las manos recargadas sobre las unidades.
Ellos vieron, aterrados, el cuerpo masacrado del exsecretario de Finanzas del actual edil priista, Francisco Javier García González, señalado públicamente de brindar protección al jefe de la célula de Los Rojos, identificado por el gobierno federal como Zenén Nava Sánchez El Chaparro.
Mientras el comando abordó una camioneta negra cerrada y escaparon hacia la comunidad de Atzacoaloya, ubicada en zona indígena de Chilapa controlada por el grupo delictivo Los Ardillos, que dirige Celso y Antonio Ortega Jiménez, hermanos del presidente del Congreso estatal, el diputado local perredista, Bernardo Ortega, refirió una de las fuentes consultadas que pidió el anonimato.
El candidato priista asesinado el viernes 1, dos días después de cumplir 34 años, decidió no utilizar escoltas para resguardarlo durante su campaña que había comenzado apenas seis días antes de su ejecución porque consideraba que no tenía problemas con los grupos que mantienen una brutal confrontación por el control de la plaza de Chilapa.
En otras ocasiones, dijo una de las fuentes, Ulises Fabián ya había sido interceptado por sujetos armados en la zona rural del municipio cuando fungía como funcionario municipal, pero lo dejaban pasar en cuanto se identificaba.
“Yo creo que en esta ocasión pensó lo mismo pero ahora no fue así”, refirió uno de los priistas entrevistados por Apro.
Un día después de la ejecución del abanderado priista, fueron colocadas mantas en distintos puntos de la ciudad de Chilapa en las cuales acusaban al candidato a la alcaldía por el PRD, Miguel Cantorán, del crimen del joven político considerado como el brazo derecho del alcalde Francisco Javier García González.
En los últimos meses, sicarios al servicio de Los Rojos y Los Ardillos mantienen una confrontación por la disputa de las zonas de producción de heroína y mariguana, así como el trasiego de droga de esta franja que conecta la región Montaña con el Centro de la entidad.
Desde hace más de tres años, el gobierno federal tiene informes en los cuales se indica que la célula de la extinta banda de Los Rojos tiene su bastión en la cabecera de Chilapa y el municipio de Zitlala y dirige un sujeto identificado como Zenén Nava Sánchez El Chaparro.
El segundo grupo criminal afincado en el poblado de Tlanicuilulco, municipio de Quechultenango, es liderado por la familia del diputado local perredista, Bernardo Ortega.
La batalla por Chilapa no sólo ha exhibido nexos de políticos con el narco sino también la presunta complicidad o complacencia del Ejército y corporaciones policiacas federales y estatales.
La indolencia gubernamental ha dejado a la sociedad en medio de esta confrontación armada que ha dejado una estela de muerte, dolor y sangre en la levítica ciudad.
Esta situación contrasta con la impunidad de los políticos acusados de apoyar a las bandas criminales y que siguen operando, impusieron candidatos y buscan ganar las próximas elecciones en este funesto escenario que tiene colapsada a la entidad.

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