miércoles, 3 de junio de 2015

ARTICULO

Guerrero: ¿avance
 o retroceso?

Rafael Aréstegui Ruiz
A una semana de que se lleve a cabo una cita electoral extremadamente complicada, cabe preguntarse si estas elecciones traerán como saldo un avance para la democracia y el desarrollo del estado, o por lo contrario, un grave retroceso en la vida política y social del mismo, para responder a esa pregunta, se requiere al menos considerar dos de las cinco dificultades de las que hablaba BertoltBretch, para quién escribe la verdad: la inteligencia para descubrirla y el valor de decirla.

La respuesta debe darse dentro del contexto nacional, porque el federalismo mexicano es más un mito que una realidad, el centralismo se expresa e en la forma en que se asigna el presupuesto, el gobierno federal se reserva alrededor del 70 por ciento, destinando un 20 por ciento de ese reducido presupuesto a los estados y finalmente solo el 10 a los municipios, de tal manera que el rumbo económico de él país y de cada estado lo decide el ejecutivo federal, es decir el presidente en turno, por vía de su empleado: el secretario de hacienda, así ha sido durante los más de setenta años que gobernó el PRI, la docena trágica que gobernó el PAN y la brutal ofensiva neoliberal que el actual régimen del presidencialismo autoritario de Peña Nieto, ha aplicado en contra de la economía popular y a favor del imperialismo y los poderes fácticos.
Aunado a ello, el gobierno federal ha castigado a los gobiernos estatales de oposición reduciéndoles el presupuesto, por lo que el mérito que ha tenido la ciudad de México gobernada por el PRD desde hace 15 años, es el de hacer más con menos, a la fecha sigue pendiente reconocerle a DF el rango de entidad federativa y contar con su propia constitución.
En lo económico, este modelo neoliberal se estableció hace 40 años y ha significado que solo 25 familias concentren el 70 por ciento del país, viendo crecer sus capitales en más del mil %, aportando menos del 10% del PIB, mientras el 90 % de la población ha visto decrecer sus ingresos en más del 70 % en el mismo período, arrojando una desigualdad económica y social mayor que la que se vivió en el porfiriato.
La guerra al crimen organizado de Calderón continúa con Peña Nieto, pero es una gran farsa, ¿puede el narcotráfico controlar un territorio, sin protección oficial del más alto nivel? ¿Acaso no tenía José Luis Abarca acuerdos con el ejército que le donó el terreno de la plaza de los tamarindos? Las divisas que ingresan por este negocio ilícito son ya mayores que las remesas de los braceros y no son intervenidas por el gobierno federal
En lo político, la lucha contra la oligarquía no ha cesado, no olvidemos que 1988 fue el año en que se venció al partido de estado, las elecciones las organizaba la Secretaría de Gobernación y la oposición era testimonial, se llevó a cabo una reforma electoral que dio inicio a un lento proceso de democratización que aún hoy es totalmente insuficiente, la lucha por elecciones libres fue larga y difícil, la izquierda puso las movilizaciones, la sangre y los muertos y la derecha lo capitalizó, la alternancia que llegó al país, favoreció a las fuerzas de derecha, pero por errores de la izquierda, desde entonces la estrategia del poder real ha sido sencilla: Divide y vencerás, y las fuerzas autodefinidas de izquierda, han caído en la trampa, formando partidos minoritarios que se disputan las franquicias electorales y los pequeños reductos de oposición, se carece de vocación de poder y la mayor parte de los antes luchadores sociales, le dan mayor prioridad a la primera regiduría antes que ala conquista de los ayuntamientos, las dirigencias de los partidos se han convertido en parte de las élites políticas que vía acuerdos han propiciado una partidocracia, que niega la esencia de la vida democrática
Los gobernadores se han convertido en virreyes y “el pacto por México” fue burlado por Peña Nieto para doblegar al PRD y lograr que avalará las reformas que cedieron soberanía, propician la concentración mayor del capital y cedieron los recursos energéticos, aún hoy amenazan con privatizar el agua.
En ese contexto nacional, debemos entender que si bien Guerrero, ha sido gobernado en dos ocasiones por el PRD, sus candidatos han sido prestados, el primero Zeferino Torreblanca proveniente de la derecha panista y el segundo Ángel Aguirre, desecho de las pugnas intercaciquiles del PRI, cuyo gobierno pasará a la historia como el gobierno más corrupto del estado de Guerrero, a la fecha el PRD no ha hecho un deslinde claro del cacique por considerar que su capital político le ayudará a conservar la gubernatura.
El escenario se antoja muy complejo, un sector muy alto de la población no asistirá a las urnas por apatía, otro no lo hará por temor, pues se anuncia un boicot, por parte de sectores indignados y con razón más que suficiente, porque a más de ocho meses del secuestro de los estudiantes de Ayotzinapa, no se sabe su paradero y la verdad histórica del gobierno federal, no hace otra cosa que encubrir la participación del gobierno federal y del ejército en los hechos.
La apatía, el miedo, y la indignación son tres factores que anuncian un alto abstencionismo, la guerra de las encuestas, muestra una elección cerrada entre Beatriz Mojica del PRD y Héctor Astudillo del PRI, responsable intelectual de la agresión a Guillermo Sánchez Nava de la cual nunca se recuperó; la candidatura de Luis Walton carece de posibilidades de competir, como producto de la desastrosa gestión que hizo en Acapulco, permitiendo una huelga de más de ocho meses que dejó sin policías al puerto, hoy considerado el más inseguro del mundo por falta de atención al problema de la seguridad y un manejo desaseado de la asignación de obras, misma que dejó a los constructores de Guerrero sin oportunidad de trabajar.
Así las cosas las elecciones serán una contienda que se va a dirimir entre el voto duro de los dos partidos PRD y PRI, el crimen organizado ha tomado partido por el abanderado priista y sus bandas recorren barrios y pueblos amenazando a los ciudadanos con tomar represalias sino votan por el PRI, la democracia despensera también se prepara, para entrar en acción, miles de electrodomésticos están siendo obsequiados para obtener el voto de los ciudadanos y se compran credenciales al por mayor por parte del tricolor.
Soy fundador del PRD, estoy inconforme con el rumbo de mi partido, estoy indignado por el pragmatismo que se vive en su seno, pero a pesar de sus desviaciones de sus dirigentes y corrientes, no olvido que construir una opción de izquierda capaz de disputar el poder al PRI, costó sacrificios y vidas, la solución a los problemas nacionales, requiere evitar caer en la trampa de la oligarquía, de continuar divididos, la izquierda debe volver a sus orígenes que son: luchar siempre con los marginados, con los indígenas que hoy defienden sus tierras contra las mineras, con los normalistas que defienden la educación popular, con los universitarios que defienden la universidad pública, con los jornaleros que son los peor pagados del mundo y con los maestros que han sido estigmatizados por las televisoras que embrutecen a la población.
Por todo ello se requiere evitar que el estado de Guerrero vuelva a ser gobernado por el PRI, el pueblo es sabio y sabe que la consigna de ni un voto al PRI, es correcta, pero más necesaria es: ningún voto dividido, el voto digno del que habla Héctor Popoca debe ser un VOTO POR BETY. Solo así se evitará regresar a los tiempos del pasado, a los tiempos de Aguas Blancas y del Charco y facilitar el dominio de un PRI que ha privatizado el petróleo, encarecido la gasolina, devaluado el peso y pretende privatizar el agua. (Síntesis de Guerrero).

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