jueves, 2 de julio de 2015

COLUMNA

Cosmos

Héctor Contreras Organista

JACOBO SABLUDOWSKY
No es ninguna frase elaborad. Es la apreciación sincera y honesta de lo que se observa en el amplio panorama nacional: Con la mu
erte de Jacobo Sabludowsky, se cierra la última página de la época de oro del periodismo en México.
Esta madrugada del 2 de julio de 2015, a las 2 de la mañana falleció en la ciudad de México el periodista Jacobo Sabludowsy, pionero de la televisión en México en los años 50, del siglo pasado, habiendo sido el primer periodista que estuvo a cargo del primer noticiero de la televisión.

Jacobo nació el 24 de mayo de 1928 en la ciudad de México. Sus padres, David y Raquel, de origen judío, llegaron a México en 1926. 
A los 18 años de edad, en 1946, inició sus actividades en los medios de comunicación. Al parecer, su primer trabajo como locutor lo desempeñó en la  XEQK, la famosa radio “la Cuca” que daba la hora cada minuto, y en ese espacio de tiempo los locutores leían en vivo anuncios comerciales. 
Ahí fue donde Jacobo se desempeñó como anunciador principiante para pasar más tarde a la XEW, con su famoso espacio de “Comentarios a la Noticia”, a las ocho y media de la mañana, donde hizo crítica, editorializó y afianzó su proyección periodística para más tarde ser reportero de Novedades de México, Ovaciones y El Universal y la revista El Redondel, entre otros, culminando como uno de los más importantes articulista de la revista “Siempre! Presencia de México”, que dirigió el gran maestro don José Pagés Llergo, quien se rodeó de las mejores plumas del periodismo mexicano, latinoamericano y de prestigiados colaboradores de diferentes países.
Ahí Jacobo se desempeñó como una de las plumas más leídas de “Siempre!”, siendo muy destacadas sus entrevistas a personajes como Salvador Dalí, Fidel Castro, Salvador Allende y sus incomparables reportajes, publicaciones que alternó con sus programas de televisión y sus noticieros. 
Una entrevista de antología es la que le hizo a Gabriel García Márquez. El escritor colombiano ya famoso por su libro “Cien Años de Soledad”, llegó a México pero no permitía ser entrevistado por nadie. Jacobo, dentro de las travesuras que los periodistas tienen (tenemos) que hacer para lograr objetivos, invitó a comer en un restaurante al escritor. Más no se dio cuenta que estaba rodeado de cámaras de televisión, obviamente ocultas entre las macetas e igual que de micrófonos que Jacobo instaló por abajo alrededor de la mesa del restaurante.
Un domingo por televisión exhibió el documental, y lejos de molestarse el colombiano, felicitó a Jacobo por la travesura y con ella haber logrado una entrevista a la que se negaba, pero llena de detalles de la vida y de las actividades literarias y periodísticas del famoso “Gabo”.
Infinidad de anécdotas son las que a lo largo de su carrera de 69 años logró Sabludowsky, máxime que fue pionero de la televisión en aquellos famosos noticieros “Nescafé” que por Televicentro pasaba a las 7 y media de la noche alternando con otro gran periodista, don Pedro Ferríz Santa Cruz.
Cuando al aire iniciaban el noticiero, los conductores se saludaban con solemnidad: “Buenas Noches, Jacobo. Buenas noches, Pedro”, como tal vez en su tiempo se saludaba los apóstoles de Jesucristo: Pedro y Jacobo, pero estos sonreían por la broma ante el público.
Alguna ocasión, yendo para Acapulco, Jacobo pasó por Chilpancingo solo, manejando su automóvil. Todos los vehículos tenían que pasar por las calles de la ciudad (avenidas Guerrero y Alemán), porque todavía no se había construido el boulevard, en la lateral del río Huacapa. Así que se estacionó frente al taller eléctrico del maestro “Chava”, el padrastro de “Chuchito el eléctrico”, ahí por donde en la actualidad se localiza “electrónica musical”. Se bajó del automóvil, se recargó un rato en él tal vez para descansar, estirar las piernas,  y al reconocerlo, algunos paisanos se acercaron a saludarlo. Y él, amable como fue siempre, y sobre todo demasiado sencillo, agradeció la atención de la gente de Chilpancingo y después, frente a las cámaras de tv, elogió la hospitalidad de Chilpancingo.
Días antes de fallecer, “El Santo. El Enmascarado de Plata”, se quitó la máscara por un instante frente a las cámaras del noticiero de Jacobo. Dicen que así presagió su muerte el famoso luchador Rodolfo Guzmán Huerta, de Tulancingo, Hidalgo. 
Jacobo, junto con Miguel Alemán Velasco y John Smith, tuvieron a su cargo en 1969, la transmisión para la televisión mexicana de la llegada del hombre a la luna. Un acontecimiento histórico del cual hizo un libro. También a él le tocó narrar los funerales de John F. Kennedy, cuyo asesinato ocurrió el 22 de noviembre de 1963, en Dallas, Texas.
En el terremoto del 19 de septiembre de 1985, casi sin recursos técnicos “cubrió” con un dolor inenarrable los trágicos acontecimientos del sismo ocurrido esa mañana. Frente a lo que él llamo “mi casa televisa”, hizo una narración increíble, porque entre los escombros del edificio de la televisora estaban muchos cuerpos de sus compañeros de trabajo. Un dolor que seguramente pocos periodistas han experimentado y queda registrado como un acontecimiento periodístico para la historia.
Sus colaboradores, sean reporteros, fotógrafos o secretarias, locutores o empleados, cuando hablan de él hablan de “una persona maravillosamente sencilla”, y dicen que para la personalidad que fue Jacobo como periodista, su humildad, su trato, su forma de ser no se comparó con nadie.
Fue un hombre muy culto, con sobrada personalidad y por eso mismo fue muy sencillo. Colaboró en su tiempo con dos presidentes de la república, en forma directa como asesor: con Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz, pero sin duda que fue amigo de todos los presidentes de su época. Quizá uno de los personajes que don José Pagés Llergo llegó a apreciar como pocos, fue “al Güero de la Merced”, Jacobo Sabludowsky, entrevistador de Agustín Lara, María Félix, Mario Moreno “Cantinflas” y muchísimos personajes más, tomando el ejemplo de Pagés que entrevistó a Mussolini y a Hitler.
Su segundo apellido fue Kravesky. De sus hijos, Abraham, fue el que siguió sus pasos en televisión.
Fue fundador del noticiero ECO, con cobertura mundial, un proyecto ambicioso que contó con el patrocinio de televisa. Por ello mismo Jacobo como periodista fue reconocido mundialmente, pero insistimos: Jamás abandonó su sencillez. El mismo trato para sus compañeros de intendencia que para las personalidades que entrevistaba. Las puertas de sus oficinas siempre abiertas.
Fue su esposa la señora Sarita quien ha recibido y sigue y seguirá recibiendo todo tipo de condolencias. Los lunes, era obligado leer en El Universal su columna “Bucareli”, y no cesó de trabajar en radio, hasta la semana pasada cuando por deshidratación tuvo que ser internado en un hospital del DF. 
Esta madrugada, a las 2 de la mañana murió en la ciudad de México uno de los periodistas más brillantes y quien entregó toda su vida al servicio de la comunicación. Dio oportunidad a cientos de jóvenes que pretendían ser periodistas y que bajo su guía, lo lograron. Él convirtió en “estelar” el noticiero de televisa de las 22:30 horas.
Han pasado por ahí otros conductores como Guillermo Ortega Ruiz y Joaquín López Dóriga, lamentablemente jamás nadie logrará en este país llegar a ser dueño de una personalidad incomparable, y ni siquiera a poder imitar en capacidad, en personalidad y sencillez a Jacobo Sabludowsky. 
Él comenzó su carrera, cuando a nosotros, colgando del pico de la Cigüeña, llegamos de París a estas tierras. Descanse en Paz don Jacobo Sabludowsky Kravesky. 

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