martes, 14 de julio de 2015

COLUMNA

Bibliotecarios en su día

Apolinar Castrejón Marino

¿Sabe usted que tiene en común el filósofo chino Mao Tse-tung, el patriota mexicano Ignacio Manuel Altamirano, y el escritor Jorge Luis Borges? Bueno, pues que
los 3 fueron bibliotecarios. E igual que ellos, otras personalidades trabajaron como bibliotecarios en alguna parte de su vida:
Hilda Guevara, hija mayor del célebre revolucionario argentino "Ché" Guevara. Fue bibliotecaria de la Casa de las Américas en La Habana (Cuba). El escritor estadounidense Stephen King, es ahora millonario, autor de muchas novelas de gran éxito, con más de 100 millones de libros vendidos, trabajó en la Biblioteca de la Universidad de Maine en los Estados Unidos. Hace un curioso comentario de sus obras. “Mis libros son el equivalente literario a un Big Mac con una gran ración de patatas”. 

 Debido a que son pocas las ocasiones para honrar a los bibliotecarios, que ponen su atención en reunir y organizar los materiales en que se conservan los grandes logros de la humanidad, el Partido Acción Nacional (PAN), y la Asociación Mexicana de Bibliotecarios, A.C. (AMBAC).
El senador Wadi Amar Shabshab, con adhesión de la ABMAC, dirigió una carta a la Secretaría de Gobernación, proponiendo que fuera incluido en el Calendario Cívico Nacional el día 20 de julio como “Día del Bibliotecario”.
Esta fecha es muy significativa, porque el  20 de julio de 1945 se fundó formalmente la Escuela Nacional de Bibliotecarios y Archivistas, aprobada por el Presidente de la República, General de División Manuel Ávila Camacho y  con sede en el magno recinto del Palacio de Bellas Artes.
Para estas fechas, todos sabemos que existen las bibliotecas, pero con el paso del tiempo, y debido a las transformaciones de la sociedad, han ido transformando su razón de ser. En una pretendida modernidad, las bibliotecas cuentan ahora con internet gratuito.
Y las gentes deseosas de obtener todo gratis, se vuelcan sobre la biblioteca, pero solo por el servicio de Wi-Fi y de computadoras. Muy “nice” llegan con su Lap-Top, y se pasan horas y horas molestando a la gente que si va a leer, con sus alarmas y avisos de “chat” escuchando videos y música como si estuvieran en su casa o el antro.
No les interesan para nada las estupendas colecciones literarias, ni históricas, ni artísticas. Y solo son consumidores de lo que viaja a través de Internet, muy pocos son los que realmente crean presentaciones electrónicas, videos y música. Tampoco les interesan los contenidos educativos, solo el entretenimiento.
Y sucede que de tanto modernizarse y “adaptarse a los requerimientos de la población”, la biblioteca ha llegado a pervertir su utilidad. Encontramos bibliotecarias que con tal de satisfacer a la población se encuentran organizando talleres de elaboración de tamales ¡Háganos el favor!
¿Sabe porque lo consideramos improcedente? Pues porque los bibliotecarios ya no hablan de los grandes autores, ni de las grandes obras. Sus pláticas son burdas repeticiones de los noticiarios, de las telenovelas, y de “La Grilla”.
Y luego, se les ofrece a algunos ciudadanos algún dato importante de su localidad, y acude a la biblioteca, y pregunta por la hemeroteca, y nadie sabe si la hay o lo que es eso. Y cuando encuentran el depósito de periódicos y revistas, resulta que están todo revueltos, y nadie le puede ayudar en su búsqueda, porque los bibliotecarios están organizando cursos de papel picado o de bisutería.
Este 20 de julio, acudamos a felicitar a los bibliotecarios que aún se interesan por la cultura y la lectura, esos bibliotecarios que son buenos charlistas, y que saben escoger una cita literaria para documentar una conversación, y mostremos nuestro desprecio a las autoridades que han colocado en puestos directivos a gente mediocre, en función solo de parentesco, amiguismo y compadrazgo.  
En El Salvador celebran el Día del Bibliotecario el 25 de mayo,  en Cuba el 7 de junio, y  en Chile, el 10 de julio. En Argentina, el día del bibliotecario es el 13 de septiembre; en España, el 24 de octubre, y en Paraguay, el 16 de octubre. En Bolivia el 23 de julio, en Venezuela, el 27 de julio. 

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