martes, 14 de julio de 2015

COLUMNA

 Cosmos

Héctor Contreras Organista


HUGO, PACO Y  LUIS
Decía, y decía bien don Rubén Figueroa Fi
gueroa, que “el poder no se comparte”.
Y agregó: “En Guerrero no va a haber tres gobernadores: Uno en la sierra (Lucio Cabañas), otro en Acapulco (Israel Nogueda Otero) y yo en Chilpancingo”.

Figueroa como pudo, y con el apoyo de su compadre Echeverría, el presidente, echó de la silla gubernamental a Israel Nogueda Otero y por poco lo mete a la cárcel.
Durante tres meses fue gobernador Xavier Olea Muñoz de quien el hombre de Huitzuco recibió el poder Ejecutivo de Guerrero.
Lucio Cabañas, cayó abatido por el ejército  en El Otatal, en la sierra, mientras que “el tigre de Huitzuco” escapaba de su secuestro junto con su secretaria, su primo Febronio y otros más.
En efecto, de 1975 a 1981 no hubo tres gobernadores de Guerrero, lo fue solamente Rubén Figueroa Figueroa.
Pero, antes de él, siempre en Guerrero ha habido la intentona de que haya dos o tres gobernadores. Ninguno se ha dejado ver la oreja y por lo mismo han caído administraciones y hombres como Alejandro Gómez Maganda, por ejemplo.
Ha habido estatura política, dignidad, respeto a la investidura y sobrado valor y personalidad en cada caso en que los gobernadores han pretendido ser copados o dominados por intereses bastardos venidos de políticos ambiciosos, ladrones y lagartos.
Nunca, en Guerrero, al menos de los gobernantes de los cuales tenemos noticia, el poder se ha compartido con nadie: ¡El que manda, manda, y punto!
¿Cómo se habría de ver que el gobernador en turno sólo fuera una figura decorativa y quienes manejen la política y el dinero sean otros? ¿Qué familia guerrerense va a aceptar tener a gobernador que sólo lo sea de nombre o un títere?
Sin embargo, los intereses políticos y económicos que se ponen en juego para ganar una gubernatura, son compromisos y se tienen que pagar cuando “se gana”. Es el riego.
Porque inclusive, meten las manos en “el triunfo” gente ajena a los partidos políticos que llevaron en las manos la bandera para ganar. Y esos advenedizos, al final, son los ganones y se quieren quedar con el pastel total.
Eso de “compartir”, sólo se ve en las caricaturas de Walt Disney con los patos Hugo, Paco y Luis y con su tío, el Pato Donald… ¿Pero en Guerrero, alguien en su sano juicio lo aceptaría? 
¿Manuel, René y Héctor serían los nuevos nietos de Rico Mac Pato?

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