miércoles, 26 de agosto de 2015

COLUMNA

Perversidad del 
sistema educativo 

Apolinar Castrejón Marino

En la mitología griega, Sísifo tenía un castigo muy horrible: debía en empujar una  enorme piedra por un cerro muy empinado, todo el día. Cuando estaba por llegar a la punta del cerro estaba muy fatigado, y llegaba la noche. Entonces se tomaba un pequeño descanso, pero cuando soltaba la piedra, que rodaba hasta abajo, acabando en segundos, lo que Sísifo había hecho todo el día. 


Al día siguiente Sísifo tenía que empezar de nuevo a rodar la piedra hasta la cúspide del cerro. Todo el día empujando la enorme roca, y cuando estaba por llegar hasta arriba se acababa el día, y completamente fatigado, soltaba un instante la roca, que rodaba hasta el fondo.
Preso de desesperación, Sísifo, maldecía y lloraba, pero al día siguiente tenía que reanudar su tarea. Sísifo fue fundador y rey de Éfira, señorío que después llevaría el nombre de Corinto. Fue promotor de la navegación y el comercio, y fundó los Juegos Ístmicos en honor a Melicertes, cuyo cadaver había encontrado en la playa.
Con tal de hacerse rico, acostumbrava robar y asesinar a los viajeros que encontraba en los caminos. Tuvo una fama contradictoria: se decía que era astuto y sabio, pero también avaro y mentiroso. Sísifo no quería morir, y cuando Tánatos, el rey del inframundo vino por él para llevarlo al mundo de los muertos, lo invitó a divertirse con él, con un juego intercambio de joyas, y en un descuido, Sísifo le puso unas cadenas con grilletes de verdad.
Entonces tuvo que venir Ares, el Dios de la guerra, liberó a Tánatos, y se llevaron al tramposo al bajo mundo. Aun estando entre los muertos, Sísifo urdió otro engaño, le dijo a Hades que había encargado a su esposa que cuando él muriera, ofreciera grandes sacrificios a los Dioses, y sabía que su esposa no estaba cumpliendo con sus encargos.
Convenció a Hades para que le permitiera volver al mundo superior para castigarla. Como al chismoso de Hades le encantaba la violencia entre las parejas, le dio “chance” de volver “un tiempito” a su casa. Pero cuando estuvo de nuevo en Corinto, ya no quiso volver al inframundo. Y se quedó viviendo varios años más, hasta que tuvo que venir Hermes a llevárselo a la fuerza.
Como los Dioses vieron que era tanto su deseo de vivir por siempre, se lo concedieron parcialmente. Viviría eternamente, hasta que pudiera subir una enorme roca hasta la punta de la gran montaña.
El mito de Sísifo queda muy bien para ilustrar la situación que vivimos cada inicio de año lectivo: nos prometen y aseguran que este año así. Los maestros van a cumplir los 200 días de clases, que se va a mejorar la calidad de la educación, y que las escuelas van a ser mejoradas. Y luego viene la realidad:
Los maestros protestan por cualquier cosa, suspenden clases y realizan sus marchas. Proliferan los “programas” y dependencias innecesarias, que solo sirven como refugio de “aviadores” y parásitos, “recomendados” y parientes incómodos. Todos sabemos que el mayor gasto de educación se consume en las nóminas.
De por sí, la función educativa está llena de figuras decorativas y de “jefes”, sin ninguna experiencia, ni conocimiento del entorno de la educación, empezando por el mismo Secretario de Educación en el Estado (de Guerrero). Mucha fama de “luchador Social”, pero ya supimos que todo es mentira, y solo es un grillero, mentiroso, e inútil.
Por cómo van las cosas, nunca se acabarán los privilegios de la burocracia educativa, pues ya ha empezado “la evaluación” de los maestros en Guerrero, aunque no vemos dónde. Los 1500 profesores que el SNTE ha sacado de las aulas, más los 850 que tiene la CNTE agazapados en los ayuntamientos, las cooperativas, las bibliotecas, o de plano, como “aviadores”, ni sudan, ni se acongojan.
Es más, ya los están “preparando” para “la evaluación”, dándoles cursos y haciéndoles prácticas. Y cuando se dice cursos, significa que no den clases, y que les paguen por asistir. Esperan que pase lo mismo que con otros programas “patito”, que se olviden y desaparezcan. 

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