miércoles, 23 de septiembre de 2015

COLUMNA

Cosmos

Héctor Contreras Organista

A SUS 77 AÑOS DE EDAD, DOÑA MARY CORRE, CORRE Y CO
RRE…
Es doña María Valadez Valle a quien tuvimos la oportunidad de saludar esta mañana del 20 de septiembre de 2015 en el jardín del barrio de san Mateo y platicar con ella mientras comenzaba la Carrera Atlética donde participó.
Tenemos la dicha de conocerla desde hace mucho tiempo, porque fuimos vecinos en la calle Altamirano. 

Ella trabajó en casa de algunas familias cercanas a nuestro domicilio y en la actualidad cuenta con 77 años de edad.
Es madre de tres hijos: María del Carmen Domínguez Valadez, quien radica desde hace muchos años en los Estados Unidos de Norteamérica y trabaja como ejecutiva en una empresa; el licenciado Juan de los mismos apellidos radicado en gringolandia y María del Socorro.
Doña María estudió en la escuela Primaria “Primer Congreso de Anáhuac”. Fueron sus padres don Francisco Valadez y doña Isaura Valle, el señor originario de Mochitlán y la mamá de Chilpancingo.
Fueron sus hijos quienes hace muchos años la iniciaron en el deporte. Los hijos mayores iban a la pista e invitaban a la mamá, y por complacerlos y acompañarlos se iba con ellos a la pista de la universidad. Ahí le tomó amor al deporte y por años siguió corriendo… y sigue corriendo.
“Mis hijos también me motivaron para que leyera muchos libros, y en la actualidad me mandan libros muy interesantes y los he leído todos y sigo corriendo, soy dueña de mi tiempo”, dice.
Lo que más le agrada, aparte de la lectura y el deporte es cultivar plantas, se ha dedicado a una actividad muy bonita, regar diariamente los limoneros que sembró en su patio.
 Éstos producen alguna cantidad de limones al año, son limones sin semilla, aclara, y ya tiene clientes a quienes se los entrega periódicamente.
No lleva la cuenta de en cuántas carreras atléticas ha participado, “pero conservo las playeras de todas” y así, como ocultando en el anonimato su gran capacidad competitiva, dice que en 2015 “solamente” ha ganado en cinco carreras…. ”¡Solamente!”, ¿eh?
El padre de sus queridos hijos fue don Leobardo Domínguez Jiménez, cuyo trabajo fue el campo, pero desafortunadamente falleció hace años.
Su charla, es la de una mujer muy trabajadora pero demasiado modesta. Es dueña de una sonrisa agradable y permanente pero dibuja su rostro una trayectoria de esfuerzo y de sacrificios que sin duda fueron bastiones para educar y preparar para enfrentar la vida a unos hijos exitosos cuyos logros están allende las fronteras, y quienes le han dado, hasta la fecha, diez nietos, que radican en los Estados Unidos de Norteamérica, y una en Chilpancingo.
“Mis nietos me enseñan a hablar inglés y ahora están interesados en que yo aprenda todo lo que se pueda de la computadora”.
Su domicilio se sitúa en la colonia “San Rafael Oriente” a donde se fue a vivir cuando sólo había cuatro casitas.
En cierta ocasión se encontró con el gobernador Alejandro Cervantes Delgado y la saludó con el afecto de siempre, “muy sencillo el señor gobernador. Me dijo: Hola amiguita, ¿cómo estás? Y le platiqué cómo estaba nuestra colonia. Teníamos buena amistad desde hacía muchos años con él porque habíamos sido vecinos con su familia.
Nos pidió que nos organizáramos para apoyarnos y nos dio su gran apoyo, por eso la colonia cuenta con varios servicios muy importantes y a partir de ahí creció. 
-Yo fui presidenta del comité de la colonia y estamos muy agradecidos con don Alejandro Cervantes Delgado, hombre sencillo, atento y que cumplió su palabra, la palabra que él nos dio junto con todo su apoyo”.
Doña Mary, a sus 77 años de edad (que de ningún modo los representa), sigue corriendo en las pistas de Chilpancingo. Acude a ellas con disciplina ya sea por las mañanas o por las tardes. 
Se mantiene como lo que es, una mujer de trabajo domestico que ha oficiado toda su vida y que al haber contraído nupcias con un hombre bueno, campesino responsable pero que falleció hace muchos años, le dejó la carga y la responsabilidad de la educación y crianza de los hijos.
Éstos, honrados y trabajadores, se dedicaron a tres cosas: A estudiar, a trabajar y al deporte. Y en esas condiciones, ¿qué más se puede esperar de la vida si se tiene lo mejor, que es la salud?
Nuestro respeto, admiración y afecto para una chilpanchingona ejemplar, doña María Valadez Valle.

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