viernes, 25 de septiembre de 2015

PRIMERA PLANA

Un año en coma 
Aldo Gutiérrez

Por Melissa del Pozo.MEXICO, D.F.--Aldo Gutiérrez ha estado en coma desde hace casi un año, debido a que una bala le perforó el cráneo la noche del 26 de septiembre de 2014.

Esa noche, él estaba entre un grupo de aproximadamente 100 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, quienes fueron atacados por policías municipales de Iguala, Guerrero. Al día siguiente, como ya es sabido, 43 estudiantes desaparecieron.
Desde entonces, el número 43 se ha convertido en un ícono de la violencia estatal y la impunidad en México, y ha desencadenado un movimiento global por justicia.
Sin embargo, en el transcurso de este año después de lo ocurrido, poco se ha dicho de las seis víctimas que murieron esa noche, incluyendo a Julio César Mondragón, el estudiante que fue encontrado con el rostro mutilado. Y casi no se menciona nada acerca de Gutiérrez, quien sigue en un hospital, no revelado, en la Ciudad de México.
“Es como un sueño del que ya quiere despertar”, dijo el hermano de Aldo Ulises Gutiérrez esta semana acerca de la condición de su hermano. ”A ratos nos da esas señales, pero no despierta”.
Aldo fue uno de los primeros jóvenes que se bajaron del segundo autobús que iba sobre la calle Juan N. Álvarez en Iguala la noche del 26 de septiembre, justo después de que los policías abrieran fuego contra éste.
“Aldo se bajó rápido, estaba nervioso”, recordó recientemente Oscar Mendoza, de 20 años, otro estudiante que sobrevivió al ataque. ”Después de eso ya no lo vi; yo corrí sobre la calle en dirección contraria de los autos para que no me llevaran”.
Según Mendoza, los sonidos de los disparos estaban por todas partes. “No sabíamos de donde provenían ni por qué, pero nos bajamos para saber qué pasaba. Yo creo que Aldo nunca pensó que le pasaría eso”.
A la familia de Aldo se le notificó del ataque la mañana del 27 de septiembre. El estudiante, entonces de 19 años de edad, fue llevado primero al hospital general de Iguala, donde permaneció durante un mes. Después de eso, tras ponerlo en un coma inducido, el personal del hospital solicitó permiso para trasladar a Gutiérrez a la Ciudad de México.
Desde entonces, ha estado internado en un hospital que su familia pidió no se revelara, pero que VICE pudo visitar el domingo. La familia también se negó a dejar que se tomaran fotografías, de cualquier tipo, del joven que ahora tiene 20 años.
Alrededor del 70 por ciento del cuerpo de Aldo está totalmente paralizado.
“Aun si despertara estaría incapacitado para hablar, moverse o si quiera comer. Eso no nos quita la esperanza”, dijo Ulises Gutiérrez. ” Ya llevamos un año así”.
Antes de los ataques del 26 de septiembre contra él y sus compañeros, Aldo Gutiérrez se graduó de una secundaria en Tutepec, un pequeño pueblo situado en el municipio de Ayutla de los Libres, en el estado de Guerrero.
Leonel Gutiérrez, padre de Aldo, habló conmigo por teléfono celular desde Tutepec hace unas semanas. Tiene 13 hijos, entre ellos Aldo, y todavía vive con ocho de ellos.
Leonel, quien cosecha ”maíz, frijol y lo que pueda”, calcula que gana unos 3 mil pesos al mes para alimentar a su familia. Su esposa, y la madre de Aldo, se negó a ser entrevistada.
“No he podido ir (a ver a Aldo), pero mis hijos me ayudan a cuidarlo, no puedo dejar de trabajar”, dijo Leonel.
El padre describe a Aldo como un joven aventurado: “Siempre estaba haciendo ejercicio o ayudando a sus hermanos”, y que nunca le dio problemas a sus padres. Aldo rechazó la teoría —planteada en algunas hipótesis sobre lo que pasó esa noche— de que los estudiantes de Ayotzinapa podrían haber tenido algo que ver con el narcotráfico o con algún grupo criminal.
 “Yo soy campesino. Mi hijo me ayudaba, qué iba a estar haciendo el mal como dice el gobierno? Él se fue de aquí para sacar un dinerito como maestro, porque le gustaba la escuela y quería ayudar”, dijo Leonel Gutiérrez a VICE.
La familia ha recibido apoyo económico del gobierno para la hospitalización de Aldo, pero ese dinero no cubre los gastos de traslado a la Ciudad de México.
“Viajamos en lo que podemos. Prácticamente hemos estado trabajando para venir acá a cuidarlo”, dijo Ulises Gutiérrez en el hospital. “Tenemos una libreta en donde anotamos lo que tenemos que saber sobre su condición”.
Los nombres de Ayutla y Ayotzinapa provienen de la raíz náhuatl “Ayot”, que significa tortuga. La tortuga es el símbolo oficial de la Escuela Normal.
“Aldo siempre se sintió conectado con ese animal, quizá por eso está esperando”, me dijo Ulises. “Él volverá lento, seguro, como las tortugas”. ((SinEmbargo/VICE Media).

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