martes, 5 de enero de 2016

COLUMNA

Mexicanos en retorno 

Apolinar Castrejón Marino
¿Y cómo va la trayectoria política de Donal Trump? Pues en su carrera por la presidencia de los Estados Unidos, ha sido rebasado por la candidata demócrata esposa del Presidente Clinton.
Los que tienen un conocimiento mínimo de la política norteamericana, saben que el Partido Republicano, no va a ganar las elecciones. Es como aquí en México, con el Partido Acción Nacional (PAN) cuyos candidatos y candidotes, se entusiasman con participar en las elecciones del 2018, aunque todos sabemos que no tienen la menor oportunidad de ganar ¿Acaso Anaya y Margara Zavala no lo sabrán?

Regresando al magnate que se ganó el odio de algunos mexicanos, diremos que es un supermillonario, con una fortuna calculada en 4 mil millones de dólares, con cuya cantidad tiene asegurado el resto de su vida. Mientras, en México, más de la mitad de la población, sobrevive con sueldos raquíticos, sin patrimonio para sus hijos, atenidos a los servicios médicos como el Imss, el Issste, y el seguro popular.
Muchos desean que pierda en la contienda por la presidencia, como si Hilary fuera la Madre Teresa de Calcuta. No toman en cuenta lo que han hecho los últimos presidentes “demócratas”, malditos asesinos como los Bush, y Obama.
Ciertamente que Dios no cumple antojos de burros, pero suponiendo que a Donald Trump le cayeran todos los males terrenales y divinos, y que desapareciera de la faz de la tierra ¿Creé que los mexicanos serían apreciados en los Estados Unidos, y que les encargarían trabajos dignos?
Mire, le vamos a decir un secreto: en los Estados Unidos, ni los mexicanos quieren a los mexicanos. Hay una lucha feroz por conseguir trabajo. Cuando un mexicano se acerca a otro para pedirle ayuda, sabe que todo le cobrará, al doble de su valor: si un paisano duerme en la casa de un mexicano ya radicado, le cobrará por cada noche que vaya, y a las 6 de la mañana, lo sacará de su casa.
Si le da “raid” en su coche, tendrá que pagarle, no es de gratis. Ningún paisano le ofrecerá agua para que lave su ropa. Obviamente nadie le ofrecerá un taco o un vaso de agua, como se hace en México.
En estas fechas de diciembre, más de un millón de regresarán a su tierra para visitar a sus familiares durante las fiestas navideñas. En las regiones rurales, la visita del familiar que se fue "para el norte" es más apreciada. Lo reciben con fiestas y brindis, su comida favorita y saludos de los vecinos. Muchos se disputan para hacerlos compadres. Son objeto de miradas de admiración, cobre todo si traen camionetas y cajas de regalos de juguetes, electrodomésticos, televisores y bicicletas. 
En las zonas urbanas se convierten en un fastidio, porque vienen a su tierra a beber. Pero no lo hacen en los bares. Se apostan en cualquier calle con su camioneta, con sus cajas de cerveza y sus “sabritas”, abren las portezuelas de su “troca” y ponen su estéreo tocando narco corridos a todo volumen. Esto es a cualquier hora del día y de la noche, sin importarles que incomoden a sus vecinos, a quienes desvelan e impiden el paso. Como en Estados Unidos hay sanciones severas por alterar el orden, viene a desquitarse a nuestro país.
¿Usted sabe de alguno de estos migrantes que haya mejorado socialmente? Parece que no, pues no han aprendido inglés, ni han incrementado su cultura, ni siquiera traen dólares. Es más, son unos parásitos que vienen a mantenerse de lo que pueda ofrecerles su familia. Y también son unos “gorrones”, que solo invitan las primeras cervezas a sus “amigos” y luego hacen a ellos que sigan invitando.
Sus pláticas son de lo más estúpido, y hablan a gritos y se ríen a carcajadas. En verdad son un fastidio.
Finalmente, hemos de precisar que la mitad de estos migrantes, ya no regresará a los Estados Unidos, y no por Donald Trump. Se quedarán en “su tierra”, aunque no tienen casa, ni trabajo, y son unos viciosos. Ojalá no haya de estos en su familia.

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