viernes, 12 de febrero de 2016

PRIMERA PLANA

 Después de tres meses
inhuman cuerpo de Julio

A tres meses de su exhumación, para que peritos del Equipo Argentino de Antropólogos Forenses (EAAF) realizaran nuevos estudios, este día fue inhumado el cuerpo del normalista Julio César Mondragón Fontes, en su natal Tenancingo, Tecomatlán Estado de México.

Julio César es uno de los tres estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, que fueron asesinados la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre de 2014 en la ciudad de Iguala de la Independencia, a manos de la Policía Municipal en complicidad con el grupo delincuencial “Guerreros Unidos”.
Su cuerpo fue hallado el día 27 por la mañana en las inmediaciones de la colonia “Industrial” a aproximadamente 2 kilómetros de distancia de donde ocurrió el ataque que dejó dos estudiantes muertos, su rostro había sido desprendido completamente.
La autopsia original, que realizó la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), respecto a su muerte, fue que el rostro había sido devorado por la fauna silvestre, el cuerpo fue sepultado días después a pesar de la inconformidad de la familia, quien calificó dicho peritaje.
Fue hasta la llegada del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) que surgió la polémica y determinaron que la primera autopsia tenía inconsistencias y contradicciones, por lo que recomendaron realizar nuevos estudios al cuerpo de Julio César.
El joven normalista murió a los 22 años de edad, estaba casado y en ese entonces su hija tenía dos meses.
Para esta nueva inhumación, su esposa Marisa, adquirió un nuevo féretro “donde será colocado para su eterno descanso su cuerpo, testimonio que nos mostró la tortura que sufrió” se lee en una de las paginas oficiales donde se anunció este evento.
Detallan, que el cuerpo de Julio César “El Chilango” como era conocido entre sus compañeros, será vestido con prendas nuevas que están guardadas desde noviembre de 2015, cuando exhumado.
También le será colocada una medalla en forma de corazón; sus compañeros de la Normal de Ayotzinapa le regalaron una chamarra roja con las insignias de la escuela, así como cuadros e imágenes religiosas para su último viaje.
Exponen que por fin Julio César tendrá un funeral como merece “Nos deja la tranquilidad de conciencia de que hemos caminado mucho para hacerle justicia, pero también la herida abierta de rabia y dolor por la que no perdonaremos jamás” expresa dicho mensaje escrito por sus amigos.
El cortejo fúnebre, salió a las 08:00 horas de la mañana de la Coordinación General de los Servicios Periciales de la PGR en su natal Tenancingo para llegar al panteón en San Miguel Tecomatlán, a las 11:00 horas para darle el último adiós.
En el lugar se escribió un libro de condolencias, donde familiares y amigos le expresaron sus últimas palabras a Julio César Mondragón, que serán publicadas posteriormente. (API).

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