POEMA

Crónicas de Amor
Deuda de cariño
Felipe Zurita.
 Y volviste. No sé si más hermosa
o es que aún te amo demasiado.
No importa las historias de tu piel
o es que eres frágil. O más fuerte.
Fuiste centro de  mi vida y sueño
de noche. Estuviste en el deseo
de mi piel como  aire como fuego.
Éramos niños jugando a ser Dioses
sonreías, mientras, yo te daba flores
eras princesa, fantasía para mi vida
no había tiempo no había prisa;
nuestros cuerpos no querían dejar
de ser niños, como tus pechos
 hermosos, como los de Afrodita.
El perfume de tu cuerpo,  el mismo.
La misma sonrisa, la misma pauta
de nuestros  pensamientos al mirar
que sufren y me atormentan, al verte
siento ese mismo deseo de lluvias
 que no dejaba de caer, que te espera.
Eran estrellas que adornaron mi piel,
eran palabras escritas dentro de  tu ser
Era tan sólo el tiempo, era el ayer
creí que eras mi primer amor,
soñé que mis flores de cada sábado
no dejarían que me olvidaras,
que al despertar endulzarías riendo
nuestro amor, nuestros destino
cuántos días juntos, cuántos sueños
juntos, y dónde quedó lo que tanto
deseamos. No había nadie entre
nosotros, sólo esas noches frías
que hilaron nuestros sueños
y escribieron tantos poemas a tu piel;
hoy tengo que confesar el secreto
de lo tanto que te amé. De lo tanto
que tú me amaste y de lo íntimo
que logramos ser ayer 
y lo que pasó y lo que vivimos,
fuiste quien probó mis labios, 
a quien le pedí fuera mi destino,
fuiste mi primer lágrima de amor.
Contigo aprendí el secreto de amar
fuiste quien dijo no a este amor
y el tiempo nos castiga al unirnos,
al vernos todos los días y a ser
secretos de esta deuda de cariño.

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