jueves, 9 de junio de 2016

COLUMNA

Cosmos

Héctor Contreras Organista



CHILPANCINGO Y EL TOLOACHE 
A la planta del Toloache se le atribuyen, según diversas fuentes informativas, poderes para enamorar con locura a las personas. Produce –según-, un efecto “fuerte” que puede llegar a cambiar la actitud del sexo opuesto hacia nosotros.


“Se dice que el té, con una pequeña cantidad de toloache, puede hacer que el hombre pierda parte de su voluntad, por lo que será más fácil para la mujer influir en sus pensamientos y lograr que sin fuerza de resistencia este la ame, logrando finalmente la conquista”. (Información tomada de internet).
 Desde la muy lejana época juvenil se decía entre la muchachada: “Te dieron toloache” cuando se observaba a algún amigo o amiga que se mostraba muy enamorado o enamorada de alguien. 
Viene a cuento el tema porque pudiera ser que mucha gente que ha llegado de otras tierras a Chilpancingo, le hayan dado toloache y por eso amen tanto como los oriundos, a esta tierra, a pesar de sus múltiples problemas, mismos que día con día aumentan, crecen y no se vislumbra posible solución.
 El ejemplo inmediato y contundente está a la vista, cuando en su primer día de trabajo el, por tercera vez director de CAPACH, don Gerardo Nabor Ojeda de la Peña ha dicho que al menos en la administración municipal de Marco Leyva Mena, no habrá de solucionarse la escasez de agua potable en Chilpancingo.
 Informó que el presidente de México Peña Nieto destinó mil 300 millones de pesos para la solución del problema pero ya 600 millones se han gastado para mejorar los sistemas de captación de agua de Mochitlán y Acahuizotla y se construyeron tanques y otras obras.
 Lo que sorprende es la honestidad y sinceridad del funcionario que, a diferencia de “otros” políticos engañan, mienten, ocultan la verdad en el sentido de que para el problema de la escasez de agua ellos darían la solución.
 Nabor Ojeda, como su señor padre, como su abuelo del mismo nombre, es sincero: “El agua no tiene solución en la capital del estado, porque reparar las tuberías dañadas llevará mucho tiempo y no será en la administración de Marco Leyva cuando se solucione y Chilpancingo está creciendo mucho ahorita”.
 ¿Y entonces, si no hay solución al problema del agua, qué objeto o qué caso tiene que el ayuntamiento “atienda” otros rubros si lo principal, lo que mueve a cualquier pueblo es el agua y si no la hay, qué pasa?
Y, en todo caso ¿qué? ¿Seguimos votando por los candidatos del PRI, del PAN, de Morena, del PRD? ¿De quién? 
¿Quién más podrá, en las futuras campañas políticas venir a decir a Chilpancingo que ¡ahora sí! ellos traerán la solución al problema del agua? ¿Dejarán los chilpancingueños que los políticos les sigan jugando el dedo en la boca con esa paletita que, como queda demostrado no tiene solución?
No hay agua, ni solución al grave problema de la escasez de agua. Todos nos quejamos de la inseguridad, del desorden vial, de los mercados, de los políticos, de las carpas en el jardín central, de la invasión de vendedores ambulantes, de todo, pero aquí estamos y aquí seguimos: Víctimas de Toloache chilpancingueño… 
¿O será del té de toronjil con semita, del pozole, los tamales, el atole, de las fiestas de los barrios, del amor al pendón y al porrazo de tigres, de que los políticos nos engañen un día sí y otro también, de la multiplicación de las urvan, de la hediondez en las calles, de los basureros que todos los días aumentan en las esquinas o… de qué?
Algo tienes Chilpancingo… No hay trabajo, no hay dinero, no hay atención a la ciudadanía, no hay más que violencia, no hay canchas deportivas, no hay bibliotecas ni más universidades, la atención en hospitales es criminal, todos los productos de primera necesidad son más caros que en cualquiera otra parte del país… Algo tienes Chilpancingo… Algo tienes tierra mía…  algo mágico… encierras en tu enorme corazón...
¡Menos agua!

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