lunes, 5 de septiembre de 2016

ARTICULO

Plaza Álvarez

Por la N de Don Juan
Cuando llovía y llovía
 Dicen que la lluvia nos deprime, nos pone tristes y melancólicos. Tal vez así sea. La única certeza es que no hay como ver llover y no mojarse. Aunque habremos de confesar que la depresión tropical que se ha abatido por casi 24 horas sobre las costas de Guerrero nos ha traído tal nostalgia que nos ha llevado a revisar fotos. Hemos dado con cuatro joyas de la comunicación pluvial… y política.
¿Existe el lenguaje corporal? ¿Nuestro cuerpo comunica aun sin emitir palabra alguna? Así parece.
El gobernador de Guerrero, Héctor Antonio Astudillo Flores aparece rodeado del consejo estatal de protección civil. Con el entrecejo fruncido.  Parece preocupado y concentrado en lo que se discute. Quienes le escuchan le miran fijamente. Según esto el hombre expresa con su postura concentración, seguridad que se refleja en la atención que le ponen sus interlocutores.

¿Qué decía Astudillo?
a) Que debido al meteoro se han evacuado a 200 habitantes de la comunidad de Laguna Campestre en el puerto de Acapulco, ante la inundación de su comunidad al desbordarse el rio la Sabana.
b) Que en San Jerónimo, en la comunidad de Las Tunas, habría sido afectadas más de 200 casas.
c) Que en El Ciruelar y El Ocotito, de Chilpancingo, hubo inundaciones sin daños ni evacuaciones.
d) Que en Coyuca de Benítez las corrientes de aguas del río de ese lugar han disminuido y que en El Bejuco, comunidad que esta junto a la Barra de Coyuca, hubo viviendas inundadas.
e) Que en Atoyac estuvo en riesgo el puente de Mexcaltepec.
 Los expertos en fotografía han publicado en sus blogs que el cuerpo habla, comunica, expresa, y mucho más de lo que nosotros pensamos. Es cierto que hay muchos estudios sobre este tema, que cada gesto puede significar algo específico y que esto también puede variar en función de la cultura o de la situación. Pero también es cierto que hay determinados gestos, posturas o expresiones corporales que nos transmiten sensaciones sin que seamos expertos en la materia.
La foto en mención fue portada de la revista Proceso. Ilustró un reportaje de Gloria Leticia Díaz llamado “Y llovía y llovía”. Mientras las tormentas Ingrid y Manuel inundaban decenas de poblados, presas y ríos se desbordaban, el entonces gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, departía con diputados, ex gobernadores y amigos cercanos en una fiesta que se prolongó hasta que amaneció. La canción que tocaban los mariachis fue, precisamente, una de Leo Dan: “Hoy compre una flor… y llovía llovía”.
En las imágenes la sonrisa denota mas allá de las apariencias. Lo primero que podemos pensar es que una sonrisa siempre va a trasmitir alegría, pero no siempre es así. Una sonrisa leve, forzada, va a indicar más inseguridad que otra cosa, falta de confianza o incluso timidez. También puede indicar que esconde algo que no quiere compartir con el resto.  Una sonrisa más amplia y natural demostrarán alegría y placer. ¡Cuidado con las sonrisas torcidas pues  sirven para mostrar sarcasmo!
En esa gráfica se aprecian sonrisas forzadas y leves, lo que indicaría que quienes ahi estaban sentían desconfianza aunque hubo una, la del protagonista, que se mostró amplia, aunque retorcida.
 Seguro que alguna vez hemos sabido que alguien cercano no estaba de humor por mucho que nos dijera lo contrario, y seguro que fue sin necesidad de analizar si tenía los brazos en determinada postura o ponía sus manos en determinada zona de la cara, era algo más intuitivo.
Por ejemplo, en éste gráfica los vecinos de la unidad Campestre de la Laguna, de Acapulco, parecen enojados. Las miradas al protagonista son de incredulidad y reto. La pareja en primer plano parecen reclamar al alcalde Evodio Velázquez Aguirre. Él denota inseguridad ante el reto.
Tal vez le preguntaban en dónde estaba su coordinador de asesores, Alberto López Rosas, y su amigo el ambientalista Domitilo Soto, quien anda por Europa estudiando urbanismo,  pues fueron ellos quienes autorizaron construir esas casas en zonas inundables.  Cada año se inundan. Los engañaron. Les defraudaron y nadie les ayuda.
Esta ofensiva fotografía no tiene mayor explicación. Corresponde al ex gobernador Ángel Aguirre con el agua de la inundación de Tixtla hasta el pecho. Indudable es que se muere de frío. La pose populista fue considerada como una burla a quienes fueron damnificados por la inundación y a quienes él quiso usar para auto promoverse como un gobernante querido por la gente. Craso error. 
Por cierto. ¿Notaron el enorme parecido entre las gráficas del alcalde de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre y el ex gobernador Ángel Aguirre Rivero? ¿Y el contraste con Héctor Astudillo? Interesante. Como dijo Juan Gabriel a Loret de Mola: “Lo que se ve no se pregunta”. Cuidado con lo que nuestro cuerpo comunica.

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