lunes, 19 de septiembre de 2016

PRIMERA PLANA

Resguardan 3 corporaciones
las entradas del hospital RAA 


Javier Francisco Reyes.—El hospital general “Raymundo Abarca Alarcón” de la capital, está resguardado por tres distintas corporaciones policiacas en sus tres accesos; los responsables se coordinan y trabajan  para que el personal de seguridad sea más eficiente y evitar cualquier incidente como ocurrido el 10 de septiembre pasado en la que un médico fue amenazado verbalmente por un familiar de una enferma Guillain-Barré.

La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, realizó un recorrido la mañana de hoy acompañado del director general del hospital, Víctor Hugo Garzón Barrientos, junto con los responsables de la seguridad privada, la auxiliar y la estatal, encargados garantizar la seguridad del nosocomio.
El comandante de turno de los elementos del  Instituto de la Policía Auxiliar del Estado de Guerrero (IPAEG), Octavio Martínez Pérez, informó que tiene cuatro elementos, dos en la entrada principal y dos más en el acceso del estacionamiento, todos ellos armados.
Existe por lo menos ocho recomendaciones que cumplen sus elementos, entre ellos respetar a todos los que llegan a visitar el nosocomio, se realizan revisiones para evitar que introduzcan armas y otros objetos.
En su momento  la comandante de la Policía Estatal, Juana Pérez Cruz, confirmó que se encargan de resguardar la entrada del área de urgencias del hospital, cuenta con tres elementos y con armamento de grueso calibre, pero en el momento de la visita no la tenía a la vista, aclarando que las guardan para evitar “espanto” a los que ingresan al lugar.
Por su parte Jesús Martínez Uribe, inspector de la empresa de seguridad  Jobamex, informó que en todo el centro hospitalario cuenta con 16 elementos por turno, todos ellos desarmados, en las tres entradas la principal, estacionamiento, urgencias inclusive en el interior en algunas áreas.
Los tres jefes policiacos coincidieron en confirmar el incidente ocurrido el sábado 10 de septiembre al mediodía en la que el esposo amenazó al médico internista Díaz, pero fue verbal, nunca sacó un arma de fuego como se desinformó.
Coincidieron en señalar que el caso no pasó a mayores, porque el presunto agresor posteriormente reconoció que había cometido un exceso, por lo tanto se disculpó, inclusive antes de ello, se le sometió a una revisión.
El mismo médico agraviado confirmó que no hubo una pistola que se le apuntara, pero si hubo un altercado, con el esposo de la señora enferma de Guillain-Barré.
Todos ellos indicaron que están coordinados en el servicio de seguridad, sin embargo también reconocieron que por el área—fuera del hospital---se han registrado balaceras, pero no se ha puesto en riesgo la integridad del personal del nosocomio, ni de los familiares que asisten.

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