martes, 10 de enero de 2017

COLUMNA

 La verdad del gasolinazo

Apolinar Castrejón Marino
¿Usted vio en la televisión y en Internet el saqueo de tiendas, las marchas, y protestas contra el gasolinazo? Pues déjenos decirle que todo eso es mentira, una simulación y manipulación de la clase gobernante.
¿Que por qué?  Pues porque en México la gasolina y los automóviles son baratos, vea usted cómo cualquier hijo de vecino tiene automóvil. No tendrán casa, pero tienen coche a la puerta, y lo utilizan de manera exagerada: para ir a comprar cigarrillos, para hacer dormir al bebé, y para sacar a pasear al perro.

No harían tal cosa, si la gasolina fuera de verdad cara. Es hasta patético que un individuo salga en su automóvil, y se dirija a alguna unidad deportiva, estacione su vehículo, y se ponga a correr alrededor de la cancha, mejor debería de correr hacia la unidad deportiva ¿No?
Acerca de los comestibles, podemos decir claramente que ni están caros, ni están escasos. Hay bastantes supermercados, “tiendas de conveniencia” y cadenas comerciales en cualquier parte, y están bien surtidos de todo lo que usted busque.
Nada más lo invitamos a hacer un simple ejercicio: concéntrese en lo que usted necesita, y deje de pensar en “los que menos tienen” (eufemismo para designar a los pobres), y verá que no hay ningún problema. Usted tiene un trabajo, y por consiguiente, un sueldo, solo le basta administrarlo es decir, comprar lo que realmente necesita, comprar racionalmente, y comparar precios ¿Es fácil, no?
Otra cosa muy importante es vivir de acuerdo a nuestras posibilidades reales, a nuestro medio, a nuestro entorno y a nuestra clase social. Todos tenemos frescos los recuerdos de las fiestas decembrinas, dispendiosas, onerosas y excesivas.
O diga usted ¿Qué sentido tienen esas fiestas de quinceañeras donde la festejada se pone un vestido de 25 mil pesos al cual le hacen puntadas y pespuntes, ya colocado en el cuerpito de la agasajada, para que le entalle “perfectamente”, y que vestirá una sola ocasión?
¿Serán razonables esas bodas babilónicas en que se gasta en invitaciones, salones de fiestas, y banquetes, tal cantidad de dinero que bien les alcanzaría a los desposados para comprar una casita?
Bautizos, presentaciones y ágapes son causa de gastar cantidades millonarias de dinero, como si de verdad fuésemos ricos, entonces ¿Por qué quejarnos del gasolinazo y de la alza de precios?
En la vida cotidiana, vemos como la gente gasta en tintes, uñas postizas y pedicura, como si fueran millonarias. En fechas recientes hemos sido testigos como los reyes magos obsequiaron a los niños y niñas “que se portan bien” con tabletas electrónicas, teléfonos inteligentes y juegos electrónicos, como si dispusieran un presupuesto mayor al del Instituto Nacional Electoral.
Y es que los niños “de ahora” ya no se conforman con juguetitos de plástico, de superhéroes, o muñecas. La gente vive en un mundo feliz, así las vemos con su cara de enajenación, sonriendo estúpidamente viendo su teléfono celular, y los más fastidiosos escuchando videos a todo volumen en el transporte urbano, o en la oficina, el salón de clases….y hasta en la iglesia.
Y finalmente diremos que cualquier estudiante menor de edad, puede comparar varios litros de gasolina para hacer bombas “molotov”, y la mayor parte de consumidores ordena en la gasolinera “tanque lleno, por favor”.

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