COLUMNA

Tiempos y Realidades
Jorge Guzmán Martínez
CUADRILÁTERO POLÍTICO
Mientras que la violencia cobra cada día  más víctimas, resintiéndose este flagelo con más intensidad en el Estado de Guerrero, Acapulco y Chilpancingo ya empiezan a aparecer en las estadísticas como los municipios más violentos del País, siguiéndole  los pasos el otrora Chilapa de Alvarez, la Atenas del sur, a decir de algunos próceres en materia de seguridad.
 Por más que las autoridades quieran suavizar la información de la nota roja, las evidencias son notables y muchas personas las ven al instante, las redes sociales son grandes aliadas para este fin.
Las elecciones para designar a los nuevos gobernantes están a la vuelta de la esquina, las estrategias se  empiezan a aplicar, la renuncia de personajes políticos, la inseguridad, los atentados a miembros ex partidistas, la impunidad, las malas decisiones de los jueces, la corrupción
en todo su esplendor en materia de justicia, son las lecturas que se leen y que a futuro  seguirán siendo el talón de Aquiles del sistema político y social.
Las estructuras sociales afilan ya las garras para sacar raja política, y a cada momento surgen más y nuevas organizaciones que saben perfectamente que si tienen un capital humano considerable, si bien no logran afiliarse como partido, como grupo social lo hacen y se ponen a las órdenes de los posibles entregando anticipadamente hasta el alma para después reponerse con las prebendas.
Los que se andan calentando para la silla edilicia de Chilpancingo, son muchos solo uno llegará, los demás de una u otra manera seguirán en el juego político “alineados” porque si se salen de la fila o se mueven no salen en la foto, seguirán picando piedra, juntando capital humano, muchos serán los sacrificados  aunque enojados, ahí tienen que seguir, es una orden pues, pues vivir fuera de la ubre gubernamental, es la muerte política.
No es de extrañarse en estos tiempos recibir el saludo de muchos calenturientos que cuando ven al conocido de abrazo lo saludan, gentiles y humildes se convierten, andan buscando el caldo de cultivo, su sed para convencer al electorado no tiene límites, son capaces de vender su alma al diablo para conseguir adeptos a su partido y principalmente a su persona.
En las reuniones que realizan en tanto no salga el elegido, seguirán tirando coces bajo la mesa, los piquetes de ojos no se harán esperar, las patadas voladoras estarán al por mayor, las descalificaciones y los descréditos serán el pan de cada día, aun cuando sean de su propio partido. Hasta la próxima.