miércoles, 24 de mayo de 2017

COLUMNA

Fuego Político
Enrique González Guerrero
*Resistencia de alcaldes…*Seguridad pública, dolor de cabeza del gobernador.
La resistencia de los alcaldes a la certificación de sus cuerpos de seguridad, dificulta las tareas de seguridad en todos los municipio del estado,  la investigación y combate a las organización del crimen organizado es saboteado por la infiltración de estas en los cuerpos de mando desde el interior, razón que por la cual la estrategia de inhibición y combate tiene un impacto menor al esperado por los estrategas de las diferentes corporaciones de seguridad nacional, Iguala que protegió a los guerreros unidos, Acapulco  hasta que el secretario de gobernación federal declaro que el jefe de esta policía era colaborador del crimen organizado fue despedido y que los propios policías eran miembros de las organizaciones criminales, Chilapa donde también un director  fue señalado como colaborador, Cocula otro municipio con varios policías en la cárcel, Chilpancingo también acusado de omisión en el combate al crimen organizado,  Huitzuco de los Figueroa en el ojo del huracán por la desaparición de los 43 normalistas, Zitlala también sumamente infiltrado, tierra colorada en el mismo problema, en el zona norte municipios que han declarado no tener policía donde se da por hecho la falta de seriedad que le dan los alcaldes al problema de inseguridad que se vive y por ultimo Zihuatanejo que fue la noticia de la semana, municipio donde las fuerzas federales desarmaron a toda la policía y pusieron a disposición del ministerio público federal a 42  policías. Se  puede señalar que todas las corporaciones policiacas  de los municipios están contaminadas de una o de otra forma, su aptitud omisa de lo que pasa en sus territorios  los hace responsables, situación que ha permitido que las organizaciones del crimen organizado generen estructura bélica  y de contención entre la ciudadanía, de la misma forma el robo, secuestro y cobro de piso ha propiciado que se levanten ciudadanos y se constituyan en policías comunitarias que finalmente también venden sus servicios a la comunidad y a quien se los demanden, hoy  un dolor de cabeza para el gobierno del priista Héctor Antonio Astudillo Flores que tiene que andar de mediador en los conflictos entre líderes comunitarios prospectos delincuentes, la impunidad que permiten los alcaldes, secretarios y directores de seguridad hacen que los ejes estratégicos para el combate tenga sus contratiempos, que luego se quejan los mismos presidentes municipales que el gobierno no combate a los delincuentes por la presión ciudadana, cierto la grilla de siempre echarle la culpa al adversario político que ve un rio de sangre,  guerra por todos lados y violación sistemática a los derechos humanos por los cuerpos de seguridad, situación que de alguna forma tiene su impacto en el combate y la aplicación de la ley  a los miembros de la delincuencia organizada. La omisión y complicidad que manifiestan públicamente los líderes de las organizaciones de empresarios, los obispos, sacerdotes y la clase política opositora al gobierno en turno es la parcialidad que le dan a este grave problema, que ocupa de tiempo completo al actual gobernador que más allá de rehuir a su responsabilidad se empeña en dar resultados, quien en honor a su palabra  ha tomado junto a las corporaciones de seguridad nacional el mando de las decisiones de combate al crimen organizado en el estado y ha reconocido que estas tienen una estructura sólida que  dificulta inhibirla y combatirla en los diferentes campos donde tienen presencia, pues estaba metida hasta en la casa, pero que poco a poco le van ganando terreno en todos sus espacios que se había adueñado, los acontecimiento de San Miguel Totolapan y el bloqueo que se dio en toda tierra caliente muestran  la decisión y determinación que ha tomado su gobierno porque no se trata  solo de los que andan armados sino de toda su estructura que usan en  los enfrentamientos que se dan; situación que también nos hace ver que el gobernador y el presidente de la república tienen razón y  que no están equivocados al señalar que los presidentes municipales no son competentes con sus responsabilidades, quienes hasta hora nadan  de muertito.  La aptitud valiente e inteligente del gobernador para tratar este complejo tema de inseguridad  le ha valido el reconocimiento del gobierno federal,  que a pesar de la solicitud que han hecho algunos políticos al presidente de la republica nombre un comisionado que atienda este problema  en el estado, el secretario de gobernación federal ha señalado que no es necesario un comisionado y que mantendrá su apoyo al gobernador que hasta ahora se ha sabido aplicar en las tareas que demanda este grave problema,  que no basta solo de la aplicación del gobernador sino de toda la estructura de los tres niveles donde los presidentes municipales no se han responsabilizado en lo mínimo, que por  ello es necesario el mando único para que las decisiones puedan aplicase de manera vertical y cada quien cumpla con su responsabilidad que le toca, por el hecho en que nadie está en la ruta de renunciar a su presupuesto que tienen para tareas de seguridad ciudadana, recursos que hasta hoy son utilizados para otros fines por los alcaldes, por la información de los propios policías que aseguran  no les compran ni lo necesario para el desempeño de sus actividades de seguridad, mucho menos los mandan a cursos para certificarse, así declararon  algunos de los 42 policías de Zihuatanejo que fueron detenidos esta semana.   este escenario que hoy vive guerrero no es para eximir de responsabilidad al gobierno del estado, pero debemos ser categóricos  que la delincuencia organizada la consienten los presidentes municipales al no ocuparse ni siquiera de proporcionar  información confidencial que facilite las tareas, quienes lo único que han hecho es hacerse  a un lado de todo lo que ocurre siempre buscando no involucrarse, mucho menos enfrentarse alegando no tener competencia en este problema por lo que  no se hacen responsables, de lo que si es cierto que los reclamos de seguridad los hacen incluso de manera grosera y siempre haciéndose victimas cuando también  deben de cargar  con su parte en esta guerra que libran las autoridades y se les debe de exigir al igual que al gobernador cumplan con su deber, para fortalecer los trabajos que lleven a encontrar la paz que todos demandamos.

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