lunes, 26 de junio de 2017

ARTÍCULO

Requiem por Eva Lidia
Juan López
La muerte es ese agujero negro insondable donde el infinito se paraliza sin ninguna explicación. Nos Resistimos a aceptar una fulminante determinación del destino porque creemos que los riesgos son sólo para quienes ingresan a peligros con dedicatoria de epitafios. Quien va a la guerra seguro recibirá un balazo en el inesperado momento de su víspera, como quien lidia un toro o se sube por los vidrios a un rascacielos en Nueva York, sólo para la práctica de un deporte exultante
de adrenalina. Pero…
Cuando la víctima es Eva Lidia con su divino tesoro -la juventud-, que irradia todos los entusiasmos de que es la vida moza recipiente, entonces debemos someternos al suplicio de no entender la pregunta del poeta: “Dónde estaba Dios cuando te fuiste”.
Cadete de la Escuela Naval, heroica institución desde José Azueta, igual que Eva Lidia, acapulqueña-mártir-héroe-adalid de una generación que no expira. El ritmo universal de las olas de Veracruz y la pleamar del océano Índico son y serán un mismo estribillo natural de esa armonía marina que sumerge en sus  aguas a los mejores hijos de esta Patria Suave, alacena y pajarera. 
No hay en la memoria ni en la historia un sacramento que reconforte a unos padres que pierden a Eva Lidia: espiga, flor, amanecer y sortilegio, esperanza que se nutre con la vitalidad de unos verdes y floridos veinte años, tan llenos de hidrógeno y purificación, a una edad en que no se puede ser pecadora ni profana: alma virgen, destino tierno, muchacha de espíritu y aliento.
Nos dejaste Eva Lidia para integrarte al firmamento heroico de tu sacrificio. No soy yo ni tus entrañables dolientes. Es México sí, tu Patria Suave; permite que te envuelva en la más honda música de selva: Es hora para el réquiem, la mar está de luto, el duelo se extiende por el océano imperturbable, lejano de tus sueños, tu familia, tu tierra, tus amores, tu juventud, adiós.
PD: “Eva Lidia, como el Ave María, eres toda llena de gracia”: Oración.

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