viernes, 18 de agosto de 2017

ARTÍCULO

Apango, hace una centuria
Edilberto Nava García
Hace cien años, en Apango despachaba los asuntos municipales don Nicolás Inés, personaje que no caminaba mucho para llegar al estrado donde atendía los asuntos de su incumbencia, pues sólo atravesaba la calle, hoy Corregidora, pues habitaba en esa casa donde hoy están la tienda de ropa de doña Chelina, la papelería de Bello Rivera y la taquería “El More”. Nicolás Inés fue de tez blanca y ojos azules; procedía de Chilapa y se casó en Apango con doña Carmen, cuyos apellidos no recuerdo. Tuvo
tres hijas, Guadalupe, Heladia y María Marcos de apellidos Inés. No tuvo hijos varones, pero de sus hijas, fue Guadalupe, que también fue güera y bisabuela mía, a quien conocí muy bien, porque falleció en 1959. Ella tuvo dos hijas, Juanita y Laura Iglesias Inés, la segunda mi abuela por ser la mamá de mi mamá. Tanto mi abuelita como Juanita Iglesias Inés tenían los ojos azules. En fin, el caso es que don Nicolás Inés fue alcalde hace cien años, en ese ayuntamiento cuando no había dinero ni para pagar al secretario municipal, pues los alcaldes lo pagaban de su bolsa. Él tuvo como secretario a don Marciano Camacho, papá de don Calixto Camacho, pero también a don Ignacio Lara, quien sirvió con igual responsabilidad al coronel zapatista Victoriano Mermejo, apangueño de pura cepa.

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