ARTÍCULO

Políticos al Reciclaje

Apolinar Castrejón Marino

Los políticos de todos los partidos andan como bueyes agusanados, brincando y corriendo, ante la comezón que les causa el oscuro panorama, con el cual llegarán a las elecciones del próximo año.
Algunos como Ivonne Ortega –ex gobernadora de Yucatán–, dicen estar dispuestos hasta a pedir perdón a los electores, mientras otros, como Manlio Saurio Beltrones _conocido capo di capi–, “admiten” que los ciudadanos, están decepcionados de los gobernantes.
También están los que se entusiasman con la “segunda vuelta”, como las estrategias más a propósito, para seguir pegados a la ubre del poder, chupando el delicioso jugo del presupuesto. Pero casi todos están

convencidos de que la solución a sus tribulaciones, serán las “alianzas”.
Vanas son sus preocupaciones, pues el sistema presidencialista tiene todo “fríamente calculado” para proteger con su manto sagrado, a su grey. Digámoslo claro: aunque presuman ser panistas, perredistas y morenistas, al final de cuentas todos son hijos de la misma familia. Todos son hijos del poder, y su padrastro actual se llama Enrique Peña Nieto.
Aunque sean delincuentes, aunque no tengan aprobadas sus cuentas públicas, aunque hayan perdido las elecciones, y tengan o no un cargo, todos están incluid@s en las nóminas (ocultas) les encargan el manejo de “programas sociales”, y son ocupados como asesores, consultores, delegados, y cualquier otra distinción. En el paraíso caben mil hijos y entenados.
Nuestros informantes por ejemplo, nos aseguran que en el ayuntamiento de Chilpancingo, hay 300 miembros distinguidos del PRI que cobran puntualmente, jugosos sueldos, sin realizar ningún trabajo: entre ellos hay expresidentes del PRI, expresidentes municipales, ex regidores, ex síndic@s, y hasta ex priistas, que navegan con bandera de perredistas. Saludos Toño.
Por eso nadie está engañado, todos tenemos por seguro que en las próximas elecciones veremos lo de siempre: tráfico de favores,  compra de voluntades y, “maiceada” de la caballada. Pero también habrá cosas realmente graves, como los kilogramos de narcobilletes, que las mafias deslizarán –otra vez– para las campañas, o para conseguir tal o cual candidatura.
Lo único seguro es que quienes lleguen a las anheladas candidaturas, serán los más tramposos, los más corruptos, y los más cínicos. Margarita Zavala, Rafael Moreno y Ricardo Anaya, son de lo peorcito del PAN; Osorio Chong, Aurelio Nuño, y Luis Videgaray, son los más inútiles del PRI, pero también son los más ambiciosos y ruines. El Peje es lagarto mayor, sin lugar a dudas.
Estos bribones no solo aspiran, sino que exigen y se agandallan las candidaturas de sus respectivas pandillas, con el mayor descaro. Aquí cabe mencionar el gran fracaso de la “ciencia política”, que nos asegura que las formas de gobierno son la monarquía, la tiranía, y la oligarquía.
Porque el gobierno nos asegura que vivimos en una democracia, pero ellos mismos nos dicen que se pretende que sean los mejores hombres y mujeres quienes nos gobiernen, algo no cuadra, pues esta forma de gobierno se llama aristocracia, entonces ¿de qué forma de qué estamos hablando?
Teóricamente, vivimos en una democracia, en donde el gobierno es de las mayorías; existe el pluripartidismo político e ideológico; y se realizan elecciones periódicamente, libres e informadas. También se supone la utilización de métodos pacíficos en la solución de los conflictos; que hay un alto grado de participación ciudadana, y que vivimos en un estado de derecho.
Y ¿Cuál es la realidad? Pues que nuestro sistema político es una monarquía, en la cual nos gobierna un rey “por mandato divino”, y se comporta como una diva del olimpo. Al igual que en las casas de la realeza europea, está rodeado de su corte de nobles (parásitos y zánganos), y disfrutan del poder desmedido en sus palacios.
Mientras, el resto de la población padece pobreza, inseguridad, y retorcida distribución de la riqueza. Porque los mexicanos pudimos ser ricos cuando se descubrieron los grandes yacimientos de oro y plata, o los veneros de petróleo, pero solo sirvieron para que se enriquecieran los gobernantes y los dirigentes políticos ¿O, no?