miércoles, 6 de septiembre de 2017

ARTÍCULO

Barbacoa de Borrego
Apolinar Castrejón Marino
Noticia del día: usted no existe ¿Cómo es eso? Así es, en México el ciudadano es un concepto que solo tiene vigencia durante los procesos electorales. El resto del tiempo, tooodo lo que pasa en nuestro país es decidido por una casta divina, que todo lo gobierna y todo lo decide.
Esa casta divina se compone de presidentes, gobernadores y diputados. Aunque se agrupan en distintos partidos políticos, todos se encuentran colocados estratégicamente en las presidencias municipales, las gubernaturas de los estados, los congresos, y la presidencia de la república. 
A la hora de buscar sus propósitos, todos son uno mismo, como ha quedado demostrado con los hechos más recientes, de unirse y separarse de sus partidos: priistas, panistas, y perredistas, comen en el mismo plato. Y entonces, todos se unen para que la estructura del poder permanezca bajo su dominio, por los siglos de los siglos.
Al glosario de la corrupción se suma un nuevo concepto: diputados sandía. Tal designación se aplica a los “legisladores” que son verdes por fuera y rojos por dentro. La cuestión fue así.
En el Congreso de la Unión, la fracción del PVEM contaba con 40 diputados, y la fracción de Morena con 46 integrantes, con las adhesiones de “legisladores” que venían huyendo del PRD. Como sea, según la aritmética, Morena se había convertido en la cuarta fuerza política, lo cual le daba derecho de reclamar la 4ª vicepresidencia de la Mesa Directiva.
Ante tal circunstancia el pastor mayor de la borregada, decidió que la fracción del PRI le prestara al PVEM ocho diputados, como si fuera ganado. Y así, sin más, los diputados Miguel Ángel Ramírez Ponce, María Guadalupe Alcántara Rojas, Juan Antonio Meléndez Ortega, Alex Le Barón González, Pablo Elizondo García, Fidel Cristóbal Serrato, Victorino Cruz Campos y Elvia Graciela Palomares Ramírez, se cambiaron de establo.
Y aun así, con la mayor desvergüenza y cinismo, el coordinador de los diputados del PVEM, Jesús Sesma, dijo que el PRI y el verde tienen la mayoría en la Cámara de Diputados, “…así está conformada desde su origen y así seguiremos, que nos vean como una familia, somos grupos parlamentarios que tenemos clara la ideología y compromiso”.
Y para documentar el optimismo de nuestros atarantados compatriotas, nos vamos a referir también, al caso del panista Ernesto Cordero, quien haciendo honor a su apellido, cedió a los requerimientos del operador político estrella de todos los presidentes de la república para hacer el trabajo más sucio y denigrante.
Emilio Gamboa Patrón, coordinador de la bancada priista “se arregló en lo oscurito” para que el Cordero de Dios “aceptara” ser presidente del Senado para el período 2017-2018. Esto significa que presidirá las sesiones en las cuales se tratará el delicado asunto de la aprobación de que el titular de la Procuraduría General de la República, Raúl Cervantes Andrade se convierta en automático en Fiscal General de la Nación.
Ese puesto tendrá duración hasta el año 2026, con lo cual quedaría asegurado que nadie persiga penalmente las tropelías que está cometiendo enrique Peña Nieto en contra de los mexicanos. Y así también los casos más repudiados del sexenio como los 43 normalistas desaparecidos, los periodistas asesinados, los asesinatos de Palmarito, Puebla, y una docena más, seguirían durmiendo el sueño de los justos.
Los cuatro panistas más descarados, apoyaron la conducta traidora de Cordero: Roberto Gil Zuarth, Salvador Vega Casillas y Jorge Luis Lavalle buscando justificando su proceder, acusan al dirigente nacional de su partido Ricardo Anaya de provocar el exterminio de sus correligionarios.
De último momento. Trascendió que no les gusta la barbacoa de cordero.

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