lunes, 11 de septiembre de 2017

COLUMNA

Descubriendo...
Bersabeth Azabay Ortíz
LA SENSIBILIDAD HUMANA
Ayer… noche dolorosa, estrepitosa, de jóvenes acelerados conduciendo su auto, eufóricos, bebidos y sin nada que les importe más que disfrutar las sensaciones que llevaban consigo.
Nada importó, nada… atropellando a un ser que tuvo el infortunio de cruzarse al paso de éstos.
Después de oír el sonido de su vehículo pasando a gran velocidad, se escucharon los fuertes gemidos de dolor… lo atropellaron… Pero a ellos “les valió”, iban “felices”… Mientras
tanto gemía y gemía de dolor ese ser indefenso, aquellos humanos despiadados no tuvieron cuidado, menos compasión.
En la calle, aullidos de varios perritos que en cuanto oyeron los gemidos del agredido, se unieron a él como con lloriqueos ante la desgracia del amigo, como un reproche a esos humanos despiadados.
Los perritos sintieron y compartieron su dolor… Da tristeza que el ser más beneficiado por la naturaleza, dotado de razón llamado “HUMANO”, al que es singularizado por pensar, amar, reflexionar, interactuar, crear etcétera, sea capaz de cometer barbarie.
¿A dónde vamos? ¿Qué hacemos del mundo que habitamos? ¿Será que hay que aprender la sensibilidad de los animalitos ante el dolor de su igual, aprender la compasión por el amigo…?
“No quiero ver un día manifestando
por la paz en el mundo a los animales.
Cómo me reiría ese loco día,
ellos manifestándose por la vida.
y nosotros apenas sobreviviendo…sobreviviendo”
Víctor Heredia

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