ARTÍCULO

¿Qué quiere Margarita?

Apolinar Castrejón Marino
“Los diamantes son los mejores amigos de la mujer”, decía la diva del cine, Marilyn Monroe (Monró). Fue una de las mujeres más hermosas, y fue cortejada por los hombres más prominentes, como el presidente norteamericano John f. Kennedy… pero ella solo quería diamantes.
Por su parte, la también actriz húngara con nacionalidad estadounidense Sári Gábor, ​ conocida en Hollywood como Zsa Zsa Gabor, con su particular concepto del amor, afirmaba que “jamás había odiado a un hombre lo suficiente, como para devolverle los diamantes con los que le había declarado su amor”.
Y también la actriz, modelo, bailarina y activista británica de la época dorada de

Hollywood Audrey Kathleen Ruston cuyo nombre artístico fue Audrey Hepburn, en la película “Desayuno con diamantes”, mencionó que “…aunque no son estrictamente necesarios en la vida, a la mayoría de las mujeres les vuelven locas, la luz y el brillo que irradian, y entonces, son las estrellas más amadas del universo de las alhajas”.
Pero además de los diamantes ¿Qué otra cosa quieren las mujeres? Algunas quieren mucho dinero, otras quieren zapatos, y otras quieren automóviles. Muchas se conforman con casarse con un hombre rico y famoso. Pero nunca hemos sabido de alguna mujer que desee con todo su corazón, ser más inteligente.
¿Y qué quiere Margarita? No, no hablamos de Margarita, La Diosa de la Cumbia, ni de Margarita Gralia Pulido, la actriz, desnudista, y empresaria argentina. Hablamos de Margarita Zavala, la esposa de Felipe Calderón.
Llama la atención de los mexicanos porque tan venerable señora, está empeñada en ser Presidenta de México, como una obsesión que raya en la desesperación y la locura. En lugar de diamantes, la señora quiere todo el poder de México.
Pero no nos confundamos. Ella solo es una marioneta que está manipulando el político michoacano, que llegó a ser presidente de México con las peores prácticas de corrupción. Y como el poder presidencial dura solo 6 años, Felipe cree tener la posibilidad única de volver al poder, a través de su esposa Margarita ¿No es evidente?
En algún lugar indeterminado, se encontraban reunidos los empresarios mexicanos más poderosos, con el Secretario de Gobernación Fernando Francisco Gómez-Mont, para discutir los planes de recuperación económica de Felipe Calderón.
Se sabe que tales “estrategias” presidenciales son planes encubiertos para beneficiar a determinado sector, y no realmente para procurar mejorías al país. Debido a esto, el prominente empresario Dionisio Garza Medina, Director General del Grupo Alfa de Monterrey reclamó a Gómez Mont tenerlos excluidos de tales ventajas.
Remató su reclamo con un recordatorio: “De no haber sido por nosotros en las elecciones de 2006, usted no estaría sentado ahí”. En la mesa se hizo un pesado silencio, porque ninguno quería dejar la impresión de que Garza Medina hablaba a nombre de todos ellos.
El Secretario de Gobernación lo miró enérgicamente, pero evitó el choque frontal. Pudo haberle revirado la insolencia diciéndole que ellos tampoco estarían allí. Así fue la corrupción en el gobierno calderonista.
Pero el reclamo de Garza Medina contenía más que la animosidad de recordarle a Calderón la ilegitimidad de su “mandato”, era la expresión oral del enojo generalizado de los mexicanos, ante la manifiesta incompetencia de ese gobierno, señalada hasta por miembros de su partido.
Y ahora, Margarita Zavala ha renunciado a ese partido, el PAN por dice que le han negado sistemáticamente la oportunidad de competir por los cargos que cree merecer. Asegura que siempre ha trabajado por el bien del país, y que desde donde esté, lo seguirá haciendo.
Es preciso señalar que no vimos ningún trabajo, ni siquiera por controlar un poco al borracho de su marido. Y no tenemos noticia de algo sobresaliente, cuando fue diputada local en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, ni cuando fue diputada federal por representación proporcional en la LIX Legislatura, ni tampoco como subcoordinadora de política social del Grupo Parlamentario del PAN.
Advierta usted que nunca ha competido en una elección, y entonces, ¿Cómo piensa ganar una elección presidencial? Y ¿Cómo dice que “está arriba en las encuestas”? ¡Lástima Margarita!