lunes, 27 de noviembre de 2017

ARTICULO

Marco Leyva, una
historia inconclusa
José Antonio Sotelo
La petición de licencia al cargo de Presidente Municipal de Chilpancingo de Marco Leyva Mena, generó en los corrillos políticos más preguntas que respuestas, algunos consideran era necesario dejara el cargo porque el problema de la inseguridad, la basura y los baches se habían acumulado y representaban una amenaza para el PRI en la elección del 2018; otros se refieren a este hecho como un exceso de autoridad y de rencor ejercido por el priista número uno de Guerrero, aunque  no todos se atreven a decirlo públicamente.
En cualquiera de los dos escenarios está claro que la decisión de la petición de licencia de Marco Leyva, fue tomada desde “arriba” y que aún cuando su retiro lo asumió
de manera disciplinada y con madurez política y partidista, dado que era una orden del ejecutivo estatal, hay señales de que ahora pretenden fincarle responsabilidad administrativa y penal.
Estas señales provienen del alcalde sustituto Jesús Tejeda Vargas, quien primero declaró que en el ayuntamiento capitalino hay un exceso de aviadores, después dijo que hay un faltante de obras en el municipio y que se realizarán auditorías, a pesar de que, de acuerdo al proceso protocolario la entrega recepción de la administración saliente, no está concluida y por tanto, es aventurado hacer este tipo de aseveraciones, sin embargo Tejeda Vargas, “a ojo de buen cubero”  afirma que se harán auditorías, cuando esta determinación no le corresponde hacerla a él, sino a otras instancias de la administración pública.
Estos hechos dejan entrever en la actitud asumida por Jesús Tejeda de que hay una “línea” que lleva por delante la guadaña para borrar del mapa todo lo que tenga que ver con la administración de Marco Leyva, ya que, si todavía no se cumplen los términos legales para llevar a cabo una auditoría, lo que quieren hacer es un juicio adelantado y de esta forma convertir a Marco Leyva en un “chivo expiatorio”.
Sería interesante saber de dónde viene esa “línea”; a qué intereses responde y sí de lo que se trata, es abonarle o restarle bonos al PRI de Chilpancingo donde parece ser que “la caballada está flaca”.
Pues hay que decirlo con todas sus letras, la elección del 2018 será muy competida en Guerrero y sobre todo en Chilpancingo, donde está presente el riesgo de que por vez primera el PRI pierda la capital guerrerense.
La licencia de Marco Leyva, se empezó a ventilar con la propuesta de revocación de mandato que fue realizada en tribuna del Congreso Local por dos diputados del PRD, propuesta a la que ningún legislador prisita, ni de ningún otro partido se opusieron, en clara alusión a que era una indicación de los más altos niveles de quien dirige la política guerrerense.
De esta forma la petición de los bisoños legisladores Rosa Coral Mendoza Falcón y Perfecto Rosas Martínez, salió adelante, representando al final un triunfo del PRD, sustentado en el “fuego amigo” y producto de soterrados acuerdos entre las burocracias partidistas guerrerenses.
Acuerdos que se concretizan en mayores apoyos del ejecutivo estatal para municipios gobernados por el PRD, ejemplo de ello son los 90 millones de pesos que solicitó el alcalde perredista de Tixtla Hussein Nabor, para destinarlos al saneamiento de la Laguna y la introducción de drenaje en Tixtla; así como los más de 20 millones que el gobierno estatal ha canalizado en obras para el municipio de Eduardo Neri, a través de su alcalde del PRD Pablo Higuera.
Apoyos que no le fueron otorgados de igual forma a Marco Leyva y al municipio de Chilpancingo, no obstante que son gobernados por personajes de la misma filiación política.
Pero estos apoyos también han sido en el aspecto político hacia otros municipios como el caso de la Presidenta Municipal de Mártir de Cuilapan del Partido Movimiento Ciudadano, quien a pesar de que ha sido cuestionada por amplios sectores sociales de su municipio, se le otorgó el beneficio de la duda, se le dio entrada al juicio de revocación de mandato en el Congreso Local y el proceso se desarrolló de acuerdo a los tiempos que marca la normatividad legislativa y en pleno apego a sus derechos políticos.
Derechos políticos que no le fueron respetados al alcalde Marco Leyva, que al estilo dictatorial del “cenas y te vas” le dijeron que presentará la licencia al cargo por la vía fast track.
Gobernar sin sujeción a la ley, tratar con dureza a sus subordinados y abusar del poder y de la autoridad que le confiere el cargo, no es nuevo en una entidad como la nuestra donde lamentablemente prevalece la subcultura política.
Esta peculiar forma que tiene la política guerrerense de tratar de resolver los problemas en “barandilla” y no en el acuerdo político, puede estar dinamitando el camino para la elección en Chilpancingo y traer consecuencias negativas en el 2018, pues en la opinión pública prevalece la idea de que en la salida de Marco Leyva hubo un exceso de poder sustentado en actitudes más de manera personal, que en cuestiones políticas o administrativas.
Así lo revela el hecho de que, a mes y medio del cambio de Presidente Municipal, no se han arreglado los temas de la inseguridad, de la basura, de los baches e inclusive en las quincenas que han pasado muchos trabajadores del ayuntamiento se quejan de que, de manera anticonstitucional, les han retenido sus salarios y que estos han llegado 5 días después, una vez que los obligan a llenar formatos, realizar múltiples trámites y  pedir “de favor” que les liberen su pago, de tal forma que en los pasillos del ayuntamiento se comenta que está saliendo “más caro el caldo que las albóndigas”.
Si todavía persisten los problemas por los que se le obligó a Marco Leyva a pedir licencia, cabe la pregunta ¿el problema era él o los egos y rencores personales de quien mandató su salida?.
Por cierto, esta crucifixión política de Marco Leyva, no ha tenido éxito mediático, ni ha reposicionado al partido en el poder; ni ha servido como distractor a los verdaderos problemas que padecemos la mayoría de los guerrerenses que es la inseguridad y que a nivel nacional nos sitúan como el estado donde se han registrado el mayor número de muertes dolosas en lo que va de este 2017, según el  reporte del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Si hablamos de ineficiencias o insuficiencias en el desempeño de las funciones que tanto a un Presidente Municipal como a un Gobernador le toca desempeñar, hay que preguntarse ¿quién está libre de pecado?.
Porque seguramente en el CEN del PRI también están evaluando qué hacer con los gobernadores que no muestran eficiencia y eficacia en sus encargos y el cómo va a abordar mediáticamente este tema en la campaña del próximo Presidente de la República, cuándo estos emblemáticos personajes sean exhibidos como los responsables de que en los estados que gobiernan prevalece la inseguridad, el narcotráfico, las muertes violentas, los feminicidios, crímenes políticos, los desplazados por la violencia y los desaparecidos, amén de que en algunas entidades sus titulares están más avocados a hacer negocios particulares desde el poder y a imponer su particular estilo de gobernar, en vez de realizar el trabajo que les corresponde.
Pero, así como se dio fast track la salida de Marco Leyva, no extrañe que podría solicitar al Congreso su regreso,  ya que, de acuerdo a los preceptos constitucionales, los cargos públicos son irrenunciables y nada le impide hacer uso de sus derechos políticos para notificar al legislativo su retorno a la presidencia municipal.
La de Marco Leyva es una historia que aún no concluye y que, con el proceso electoral en puerta, seguramente dará mucho de qué hablar.
Comentarios: huronpolitico@outlook.es

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