jueves, 4 de enero de 2018

ARTÍCULO

Libertad de Expresión
Apolinar Castrejón Marino
El lenguaje ha evolucionado, con el fin de tener un mayor entendimiento, porque después de que el hombre le puso nombre a todas las cosas, quiso ir más adelante, e inventó algunas formas de hablar en sentido figurado.
Las palabras comunican nuestros sentimientos y deseos, y los tropos pueden comunicar nuestras intenciones, creencias y hasta nuestros temores.
Cuando decimos “tengo hambre” comunicamos nuestro deseo de comer, pero cuando decimos “tengo hambre de ti” podemos dar a entender muchas otras cosas.
Este es un tropo, una manera figurada de hablar, una manera distinta de decir algo. Es la sustitución de una expresión por otra, cuyo sentido es figurado. Los tropos más
utilizados son: la metáfora, la sinécdoque y la alegoría.
Recurrimos a la metáfora cuando sustituimos un término real por otro imaginario: “La nieve de sus sienes” es una frase figurativa que sustituye a la frase real: “Las canas de su cabeza”. “Los luceros de tu rostro” es la frase figurativa: “Los ojos de tu cara”.
La sinécdoque es una forma de hablar mencionando una parte en lugar del todo, o viceversa; la parte por el todo; o el continente por el contenido. Los “puristas” reclaman que decir “Un vaso de agua” es incorrecto, el vaso, que puede ser de vidrio, de metal o de barro.
Sin embargo, la sinécdoque nos permite referirnos al continente, que es el vaso y llamarlo por su contenido, que puede ser agua o vino; y es correcto.
Cuando decimos que tenemos “3 bocas que alimentar”, podemos referimos a nuestros hijos, nombrando aquella parte por donde entra la comida. Es una forma convencional de hablar, porque todos la entendemos; esto es un tropo.
Por otro lado, la alegoría consiste en representar un objeto o una idea abstracta, dándole forma humana: una mujer ciega con una balanza en la mano, es la alegoría de la justicia, y un esqueleto sosteniendo una guadaña es alegoría de la muerte.
Entonces, los tropos son la habilidad para encontrar la mejor manera de comunicarnos, según nuestros propósitos, y según con quien nos estemos comunicando. Pero.
También hay personas con muy mal criterio a la hora de elegir un tropo, y terminan comunicando otras cosas diferentes, o poniendo a sus interlocutores en una situación insultante.
Por ejemplo, un político que esté hablando de cosas muy serias como la seguridad social o la deuda pública, y escoja un ejemplo de la parafernalia del futbol. El creerá que consigue mayor entendimiento,  pero la verdad es una falsa analogía, entre un tema vital, y una afición, donde los niveles de importancia son completamente diferentes.
La hipérbole, la metonimia, la alegoría, la antonomasia, y la ironía, son otras formas figuradas de hablar, que dejamos pendiente para describírselas en otra ocasión. Y lo que en esta ocasión hemos querido destacar es la libertad que gozamos para expresarnos, y que todos o hacemos.
Y también recalcamos que muchas personas abusan de esta libertad, con lo cual caen en el ridículo, especialmente los políticos, quienes se supone, están versados en las artes de la retórica ¿O usted qué creé?

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