lunes, 29 de enero de 2018

ARTÍCULO

Pensar, pensar...
Edilberto Nava García
De saber este pensamiento tiene ya muchos años, que de tantos, no logro fijar en mi mente exactamente cuántos. Y pese a las décadas transcurridas, quienes promueven la lectura -ya por deber porque hay un programa gubernamental, o por iniciativa propia en familia-, no lo aprovechan, siendo fundamental para invitar, para inducir a muchos a la lectura, pues es lamentable que se lea poco en este país.
Intentamos integrar un círculo de lectura en Apango. Por
ello, entre quienes se sienten lectores, varonas y varones, para evitar un gran número, pondremos dos requisitos simples para ser parte. Se deben dar referencias de dos textos. El primero es:
“Hay quienes no pueden imaginar un mundo sin pájaros; hay quienes no pueden imaginar un mundo sin agua; en lo que a mí se refiere, soy incapaz de imaginar un mundo sin libros. A lo largo de la historia el hombre ha soñado y forjado un sin fin de instrumentos. Ha creado la llave, una barrita de metal que permite que alguien penetre a un vasto palacio. Ha creado la espada y el arado, prolongaciones del brazo del hombre que los usa. Ha creado el telescopio, que ha permitido indagar el alto firmamento. Ha creado el libro, que es una extensión secular de su imaginación y de su memoria.
A partir de los Vedas y de las Biblias hemos acogido la noción de libros sagrados. En cierto modo todo libro lo es. En las páginas iniciales del Quijote, Cervantes dejó escrito que solía recoger y leer cualquier pedazo de papel impreso que encontraba en la calle. Cualquier papel que encierra una palabra es el mensaje que un espíritu manda a otro espíritu. Ahora, como siempre, el inestable y precioso mundo puede perderse. Sólo el libro puede salvarlo. , ,”
Enviar el nombre del autor y su nacionalidad.

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