martes, 23 de enero de 2018

COLUMNA

COSMOS
Héctor CONTRERAS ORGANISTA
Ingeniero Manuel Reynoso Téllez
-Futbolista-

Sentado en un mullido sillón en la sala de su domicilio del centro de la ciudad de Chilpancingo, encontramos al señor ingeniero don Manuel Reynoso Téllez, toda una leyenda deportiva en las páginas del futbol en Guerrero. Al darle a conocer el motivo de nuestra visita, nos pidió le esperáramos diez minutos, que era el tiempo que falta para que terminara el encuentro de futbol que estaba viendo por televisión.
 “En el medio tiempo platicamos”, nos dijo. Y nos sentamos en uno de los sillones de la sala a acompañarlo en su entretenimiento. En su hogar se encontraban su gentil esposa y su hija. Un nietecito suyo pateaba una pelota de plástico por la sala. Observamos la sobriedad de la casa y el excelente gusto en el decorado. Casi junto al aparato televisor está una fotografía de su esposa, bellísima, y seguramente de la época cuando fueron novios.
 Por fin, vimos en la televisión cuando el árbitro del encuentro dio el silbatazo, y ahora sí, sin levantarse del sillón nuestro anfitrión preguntó los motivos de nuestra
visita, y tras la explicación, generosamente y con buen humor accedió a la entrevista.
 -Señor ingeniero Manuel Reynoso Téllez, le agradezco su hospitalidad. ¿Cuándo nació usted?
 “Nací aquí en Chilpancingo el 26 de abril de 1926”.
 -Sus padres, ¿quiénes fueron?
 “Don Gregorio Reynoso Peralta y Paula Téllez Pastor”.
 -¿Y sus hermanos?
 “Fuimos siete hermanos, yo soy el menor de la familia: Mis hermanos Graciela, Ezequiel, Enrique, Leonardo, Natividad, Gloria y su servidor”.
 -¿Cómo es que usted se hace partidario del futbol y luego llega a ser un gran futbolista?
 “Mi afición nació porque los últimos años de Primaria los estudié en el Colegio Cervantes, en México, un Colegio de españoles, ahí trabajaba mi hermano Leonardo como maestro y entonces tuve la oportunidad de estar ahí; ahí terminé la Primaria y, pues, me aficioné al futbol. Los españoles aquí los estamos viendo: Toros y futbol son su alimento diario”.
 -¿Cuál fue el primer equipo en el que usted comenzó a jugar?
 “Ya regresando a Chilpancingo estuve en la Secundaria, eran los inicios del futbol aquí en Chilpancingo. Había un equipo que dirigía un maestro Torreblanca, que era de Educación Física, y jugaban en él Manuel Vega, chilpancingueños conocidos: Pedro Guadarrama, Armando Escobar, el profesor Francisco Escobar. Y los que estábamos en Primero de Secundaria formamos la Tercera, por decir así, la Infantil. Ahí estuvimos Alejandro Cervantes Delgado, Luis Arcos, Salvador Enríquez, varios, yo tengo una foto que le voy a mostrar, muy bonita, donde estamos ahí previo a un partido”.
 -Gracias, Ingeniero. Ese equipo, ¿cómo se llamó?
 “Escuela Secundaria y Normal, así era”.
 -¿De qué año estamos hablando?
 “De 1939”.
 -¿Y cómo es que va usted escalando, a través de cuáles equipos hasta llegar a conformar el equipo mayor?
 “Ahí mismo. Ya cuando estuvimos en tercer año, ya varios de los grandes se habían graduado de maestros, se fueron; otros ya no jugaron. Entonces nosotros representamos, por decir así, la Primera, de la misma Secundaria y Normal”.
-En esa época tenían seguramente nombres los diversos equipos, ¿cuáles eran?
 “No, nada más, era el único equipo”.
 -Entonces, ¿contra quién se enfrentaban?
 “Llegamos a jugar contra Iguala. Eran partidos, digamos amistosos, entre comillas, porque siempre salíamos de pleito, pero no había Liga. Aquí en Chilpancingo no había Liga. Eran partidos que se concertaban con Iguala, con Acapulco y después me tocó el Servicio Militar. Estuve encuadrado un año. Ahí en el Servicio estuve medio año en Guadalajara y medio año en Sarabia, Guanajuato. En Sarabia había equipo de futbol representativo del Cuartel, del Décimo Regimiento. Cuando yo llegué ahí les dije que yo jugaba, me hicieron prueba y me quedé en el equipo. Ya cuando regresé a Chilpancingo ya era Colegio del Estado, y ya había un equipo representativo del Colegio del Estado en donde jugaban el Güero Mundo, Toño García Morlet, había varios jugadores. Yo tengo fotografías ahí y ahí los conocemos bien. Ahorita no recuerdo muchos nombres, de manera que ahí ya se fueron iniciando otras fuerzas, en el Colegio del Estado”.
 -Antes de que regresara, ¿dónde jugaban futbol?
 “En el Campo Figueroa. Ya existía”.
 -Ese campo, ¿desde cuándo existe? ¿Quién lo construyó?
 “Eso sí no sé. Lo que sí sé es que las tribunas se construyeron en tiempo del gobernador Catalán Calvo, y también parte del General Leyva Mancilla. El General mucho nos alentó, nos acompañó en varios partidos”.
 -¿Llegó a ser seleccionado?
 “Solamente a la Selección Guerrero. Ya cuando formamos el equipo de la ‘Escuadra Roja’, dentro del Colegio del Estado, se formó también el Campeonato Estatal con un representativo de la Liga Mayor de Futbol, entonces ya nos enfrentamos con Acapulco y con Iguala. Posteriormente a mí me tocó, pero ya en la dirección, con Taxco, también. Y ya el asunto era más formal, de manera que por el año 46 o 47 a Toño Infante y a mí nos seleccionaron para la Selección Estatal, que ya fuimos al Nacional de eliminatoria, ahí nos eliminó Morelos, pero ya estábamos en Liga”.
 -¿Qué lugar ocupó en el equipo?
“Varias posiciones. Al principio la Portería. Jugué la Defensa. Y en aquellos tiempos, en que eran otro tipo de formación, el Centro Medio que era, por decirlo así, el eje, alrededor de él giraba el juego. Esos eran los puestos. Posteriormente, cuando estuve en el Servicio Militar me encontré con gente que ya jugaba futbol más moderno. Incluso me dijeron: Tú todavía juegas a la antigüa, pero me adapté. Me dijeron: Aquí hay que jugar de este modo, y yo le busqué la forma de adaptarme, y cuando regresé ya también traía mis ideas que les di a conocer, nuevas técnicas, y ya posteriormente, usted se acuerda, me tocó dirigir a la Selección de la Universidad Autónoma de Guerrero, cuando estaba como rector el Doctor Virgilio Gómez. Terminando la huelga, la dirigimos juntos con el profesor Heriberto Vélez Bello. El me invitó para acompañarlo y juntos dirigimos a la Selección”.
 -Muchos paisanos hablan de un equipo al que usted perteneció: El Escuadra Roja.
 “Fue un equipo que formamos dentro del Colegio del Estado, yo ya no estaba en la universidad, ya trabajaba, pero me conocían aquí, había regresado del Servicio Militar, me invitaron y formamos La Escuadra Roja. Nunca fuimos campeones pero sí un equipo que jugó bastante bien, era un equipo respetado y sobre todo en Chilpancingo muy querido, porque éramos chilpancingueños, éramos los que dábamos la cara por el futbol. Fue un equipo muy aguerrido”.
 -¿Cuándo se casó usted y con quién?
 “Me casé en el año 61. Mi esposa es Leopoldina Dueñas Rivera. Tenemos dos hijos: Manuel y María Eugenia. Los más traviesos de la familia son dos, uno de mi hijo y uno de mi hija. Para mí fue un gusto jugar al futbol, y aquí está usted viendo que todavía, nada más en la televisión, pero lo seguimos viendo. A quien le guste el futbol debe entregarse con devoción y saber que es un juego, y que no se dejen de lado otras cosas. El futbol da buenas amistades, ahora hay más oportunidades que antes, de entrar al profesionalismo en donde se está bien pagado, y hay que ponerle entusiasmo para poder llegar. Mi equipo es el Guadalajara, por ser cien por ciento mexicanos. Anteriormente me gustó mucho el Atlante porque fue un equipo que salió del llano. Cuando surgió, ya estaban los equipos España y Asturias que tenían más dinero y en cierto modo despreciaban a los jugadores mexicanos. Por eso me hice partidario del Atlante”.
 Don Manuel Reynoso Téllez estudió la carrera de Ingeniero Topógrafo en el Colegio del Estado de Guerrero y fue el primer director de la Escuela de Ingeniería Civil, de la Universidad Autónoma de Guerrero.
 -Muchas gracias, señor ingeniero por su atención.
 “Muchas gracias a usted”.

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