miércoles, 10 de enero de 2018

COLUMNA

COSMOS
Héctor CONTRERAS ORGANISTA
ASÍ NACIÓ LA ESCUELA DE CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE GUERRERO.
Hoy es Facultad de Comunicación y Mercadotecnia, de la UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE GUERRERO.
Qué bueno que sea así, se oye más bonito, rimbombante y elegante y de seguro es más interesante ser alumno en esos niveles.
En los años ochenta del siglo pasado, la verdad, no aspirábamos a tanto. Lo que nuestra corta visión anhelaba era que Guerrero, el estado, contara con una Escuela de Periodismo, nada más.
-¿Por qué?
Porque los reporteros éramos muy pocos, y para ser periodista en esos lejanos entonces teníamos que cubrir un requisito: Ser borrachos, porque ser periodista era sinónimo de
alcohólico.
Alberto Elías Nava Rosendo fue una especie de alumno de la generación en la que se distinguieron los viejos periodistas Paco Treppiedi, Pepe Rubí, Roberto García Infante, Humberto Ochoa Campos, Amadeo García Pastor y Hermilo Castorena Noriega, entre otros.
Pero al egresar como abogado de la Universidad Autónoma de Guerrero dejó la corresponsalía del “Trópico de Acapulco” y se fue como Juez al municipio de La Unión, en la Costa Grande.
La estación de radio XELI de Chilpancingo, seleccionó entonces al reportero Ángel Chávez Navarrete como responsable de sus dos noticieros, de las 8:36 y de las 15:36, en tanto que la radiodifusora de Tixtla, la XEPI invitó al reportero Juan González Torres a cubrir la información a las tres y media de la tarde, en la voz del locutor don Andrés Peyrón.
En la década de los 60, propiamente en 1963 vino de Acapulco a Chilpancingo, con todo y maquinaria para imprimir su periódico, don Reemberto Valdez Ortega: “El Sol de Chilpancingo” que salía a circulación de vez en vez bajo el patrocinio del gobierno del estado que encabezaba el Dr. Raymundo Abarca Alarcón.
Había otros dos o tres semanarios elaborados por aficionados al periodismo como Hugo Pérez Bautista quien al titularse como abogado se olvidó de la actividad informativa. En la Secundaria Diurna circuló algunas veces un periódico estudiantil, pero nunca llegó a lo profesional.
Hubo una publicación irregular con maquinaria propiedad de un señor de apellido Lezama que instaló su taller en Zapata 27, pero estaba arrumbada.
Héctor García Cantú, quien al final de los años cuarenta había sido linotipista de los talleres gráficos del gobierno del estado y le tocó hacer material para el Diario de Guerrero bajo la dirección del periodista Humberto Ochoa Campos, fundador del diarismo en Guerrero, un buen día se encontraron en la terminal de la Flecha Roja en Acapulco, se saludaron y fue ahí, después de veinte años en que el Diario de Guerrero había permanecido olvidado, que Héctor solicitó a Ochoa Campos, le cediera “la cabeza” del diario para él volver a hacerlo circular. Don Humberto aprobó la petición. Tal vez improvisadamente le firmó en la misma terminal un documento y fue así que García Cantú con sus hijos se trasladaron a Chilpancingo. A su tío, el señor Lezama, dueño de la maquinaria arrumbada en Zapata 27 le compró linotipo y prensa donde se elaboraba el periódico “Mundo del Sur”, la hizo funcionar; y en 1969 reapareció el Diario de Guerrero por las calles de Chilpancingo.
El atractivo del periódico fue que en cada edición se exhibía a los funcionarios del gobierno como ineptos o ladrones y pronto alcanzó la importancia de un periódico crítico que fue bienvenido en la capital guerrerense.
El periódico fue fundado por Humberto Ochoa Campos el 7 de agosto de 1947 y patrocinado por el gobernador, general Baltazar R. Leyva Mancilla. Circuló con información oficial de 1947 a 1949. Terminado el periodo gubernamental del general Leyva Mancilla, desapareció y retomó su segundo aire, veinte años después.
En esas dos décadas, la Delegación 17 del Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa se mantuvo solamente como recuerdo de una época del periodismo romántico, sin estructura y bajo la responsabilidad de nadie.
Se hacían reuniones de los viejos periodistas en el domicilio del apreciado médico Roberto García Infante para tratar algunos temas de actualidad, pero éstas terminaban en tertulias de amigos y paisanos y asomaba tal vez algún interés por revivir la actividad periodística, contando para ello con corresponsales de periódicos nacionales como El Universal, La Prensa o El Heraldo de México o periódicos acapulqueños donde destacaban los corresponsales J. Lamberto Cervantes, Alberto Elías Nava Rosendo, Jesús Salgado o don Jesús Salmerón (fotógrafo) que durante años fue corresponsal de Excélsior, así como don Amando Salmerón Sr., y otros personajes de la bella época.
En 1969, año en que se reactivó el Diario de Guerrero y ya El Sol de Chilpancingo formalizaba su circulación, es cuando entra el nuevo auge del periodismo capitalino y surge ahí el reportero Ángel Chávez Navarrete, tanto como reportero radiofónico en la XELI y como corresponsal del periódico “Revolución”, de Acapulco, propiedad de don Pedro Huerta Castillo.
“El Correo de Iguala”, editado por Raúl Velasco Vázquez entra con mucha fuerza a circular en todo el estado en los años 60, y en la propia ciudad de Iguala aparece el diario “Actualidades”, siendo Rafael Rodríguez Sánchez su gran promotor, en tanto que en Taxco, el periodista Jorge Quinto Martínez eleva la circulación del semanario “El Platero”.
Es el Diario de Guerrero, en Chilpancingo, quien abre las puertas a incipientes reporteros y columnistas. Jóvenes amantes de la fotografía como Pablito Barrera, o columnistas como Guillermo Angón Martínez, Rafael Ledezma Moreno y profesionales del periodismo como Alberto Ruz Guevara llegan a engrosar las filas del llamado “Cuarto Poder”, en tanto que otros jovencitos como Pedro Julio Valdez Vilchis, Eulalio Espinosa Marmolejo, Juan Cervantes Gómez y Javier Francisco Reyes inician una actividad en la que años más tarde se convertirían en los hacedores del periodismo guerrerense.
Éramos muy contados los reporteros que en la práctica fuimos conociendo los “Géneros Periodísticos”, sin preparación alguna, redactores improvisados pero con muchas ganas de hacer periodismo.
Fue entonces cuando nos sobrevino la inquietud al preguntarnos quiénes habrían de ser, después de nosotros, los periodistas que habrían de asumir la responsabilidad de informar.
Ya estaban naciendo otros periódicos como “Avance Guerrero”, dirigido por Juan González Torres y donde Anselmo Espíritu Hernández, de Tixtla, sorprendía con sus columnas “Panorama Guerrerense”.
Llega entonces Hugo Mendoza Rickalde, amigo y compañero de trabajo de Héctor García Cantú, en el periódico “Zócalo” de la ciudad de México, y es Hugo quien vino a darle un giro cien por ciento profesional al diarismo.
García Cantú, contando con el apoyo del gobernador Caritino Maldonado Pérez asume la iniciativa de formar “La Rosa de los Vientos” del periodismo suriano, pretendiendo fundar talleres y redacción en los cuatro puntos cardinales de Guerrero habiendo iniciado con “Diario de Guerrero/Informador de la Costa Grande”, con sede en Zihuatanejo, siendo el propio gobernante quien el día 2 de enero de 1971 inauguró el periódico en Zihuatanejo, en Pedro Ascencio Alquisiras número 13, del llamado “Puerto de las Maravillas”.
El 4 de marzo de 1983 en un salón del Conjunto Jacarandas de Chilpancingo se eligió a la nueva mesa directiva de la Delegación 17 del Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa.
Participamos cuatro planillas: La Roja, encabezada por el periodista don Arturo Mundo Catalán; la Azul, encabezada por José Luis Nava Landa; la Blanca, de Héctor García Cantú y la Verde, encabeza por Héctor Contreras Organista, ganando esta última por un solo voto a la planilla Roja.
La forma de trabajo de la nueva dirigencia se basó en la democracia ya que a partir de entonces dejó de hacerse lo que el secretario general sugería.
Cualquier planteamiento de trabajo se proponía ante la Asamblea y por votación, ésta decidía qué hacerse o qué no aprobarse.
Las acciones acometidas llamaron poderosamente la atención del comité nacional quien frecuentemente nos visitaba y trajeron a convivir con nosotros a un grupo de periodistas norcoreanos y nos conectaron directamente con la Federación Latinoamericana del Periodistas, la famosa FELAP, de fuerza continental y tomamos el acuerdo de solicitar en una visita que nos hizo el compañero Vera, solicitar a la Universidad Autónoma de Guerrero que se creara una Escuela de Periodismo.
El señor rector don Ramón Reyes Carreto, en esa reunión que tuvimos en CU, en la escuela de ingeniería contestó que no solamente sería una escuela de Periodismo sino una Escuela de Ciencias de la Comunicación, lo que nos llenó de contento, habida cuenta que nosotros nos anticipamos, ya que tiempo atrás, contando con el apoyo del gobernador del estado, Alejandro Cervantes Delgado, habíamos logrado realizar un Taller de Periodismo en convenio con la Universidad Autónoma de México, y cada semana, maestros de Filosofía y Letras de la UNAM vinieron a Chilpancingo a impartir sus conocimientos y a orientarnos sobre las actividades de la prensa en todas sus facetas. Para lograr ese convenio solicitamos el apoyo de compañeros como Arturo Soto Gómez, Silvia Polanco Añorve, Ila Kuri y su esposo José María Mendiola, Roccato y otros queridos compañeros que escapan a la memoria, pero fue un logro histórico y en el que ya intervino de manera directa el compañero Juan Cervantes Gómez, como nuevo dirigente de la Delegación 17 del SNRP, porque nuestro periodo en la directiva cubrió del 4 de marzo de 1983 al 4 de marzo de 1987.
Participamos con celo en nuestras tareas porque sabemos que la Delegación 17 del SNRP desde sus inicios estuvo integrada por periodistas que hicieron historia en Guerrero y en el ámbito nacional.
Una acción que conservamos con mucho orgullo como guerrerenses, fue nuestra participación en una asamblea nacional realizada en Campeche, donde exigimos y logramos que se respetaran los principios del SNRP evitando se hiciera la elección de la dirigencia nacional a espaldas de las bases.
Lo que siguió en 1987 con el compañero periodista Juan Cervantes Gómez y más tarde con el compañero Javier Francisco Reyes y quienes nos han sucedido, ha sido el desempeño laboral que de un modo u otro ha favorecido el quehacer de un periodismo profesional, diferente y bien fincado que supimos plantear en bien del periodismo suriano y del cual ahora, ustedes, queridos compañeros universitarios, son responsables.

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