jueves, 8 de febrero de 2018

CRONICAS DE AMOR

Crónicas de Amor
Felipe Zurita
Sisados.
Sobre tu hombro derecho un puñado de sueños
sisados  algunos se escapan al verse atrapados
por el oscuro bonete que delinea tu rostro
donde dos luceros sonríen agasajando los labios.
 
Es como mirar el amanecer en las montañas
como unas elipses delicado de fantasías
afectos vadeando el realce de los hombros
y la inocencia de tu cuerpo intacto.
 
A tu espalda una ventana radiante con luz del sol
se desliza bañando el halo de la desnudez
y haciendo que cada parte de tu piel se vuelva
intensa como tus labios al besar o tus ojos al mirar.
 
Eres el amanecer de la vida, el deseo a la pasión
dejando así al sol tocarte para que se enamore 
pero eres como la luna te escondes en la cama
te ocultas de la luz y regresar a ser travesuras.
 
Eres una diosa blanca nacida en octubre
hermosa, encantadora, inocente, inolvidable
obsesiva como si anhelaran la eternidad
y vuelves a ocultarte de mí y del sol.
 
Mirarte es un placer que se vuelve obsesión
incluso para Dios. En ti hizo la perfección
en nosotros el delirio de mirarte con el corazón
de robarle incluso al tiempo un poco de razón.
 
No hay nada más hermoso que cortejar
a una mujer perfecta que no entienda amar
porque si ama dejara de ser libre como el viento
y será presa de quien lea en ella el tiempo.
 
Comerse con la vista tu belleza es un mangar
que el Sol y Dios se dan el lujo de disfrutar
nadie más que el viento puede tocar
quiero ser  suspiros de tu vida para poder amar.
 
La belleza de tu mirada la sonrisa de tus labios
y esa forma inquiera que tienes al caminar
donde el viento se mese y el tiempo se entretiene
ahí quiero estar aunque sea mirando sin tocar.

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