martes, 3 de abril de 2018

COLUMNA

COSMOS
Héctor CONTRERAS ORGANISTA
(Tema Publicado el 21 de junio de 2006)
¡Adiós, Gil!
¿Y cómo no lo vamos a extrañar si era la sal y pimienta del Grupo de “Los Pájaros Caídos” que diariamente nos sentamos en el zócalo de Chilpancingo, a un ladito del kiosco, a platicar, y casi siempre a cantar?
Diariamente llegaba bien vestido y calzando botines blancos de medio tacón, bien asentados en su rostro moreno sus inseparables lentes oscuros, y peinado casi a la manera de aquellos famosos “tarzanes” del DF de años idos.
Casi al mediodía Gil llegaba con su guitarra al hombro.
No la sabía tocar pero la llevaba para que otros le acompañaran las canciones de su predilección. De esas había dos que casi lo hacían llorar cuando las cantaba: “Mar, llegaste a la orilla que Dios te señaló”, de José Alfredo Jiménez y el tango “Caminito”.
Lo conocí hace muchos años, cuando el señor tiempo aún no lo vencía (y a mi tampoco). Fue hermano de “El Zanca”, un señor que vendía mariscos
en la calle República de El Salvador de Chilpancingo. El mismo Gil se dedicó por años a esa actividad.
Además de tener buena voz para cantar era dicharachero, alegre, pícaro y alburero porque le arrancaba carcajadas a todo cuanto platicábamos entre canción y canción.
Cuando pasaba una muchacha frente a nosotros, de esas Venus muy lindas que a diario perfuman con “la rosa morena de sus cuerpos”, dijera Manuel S. Leyva, el zócalo capitalino, el buen amigo Gil no perdía la oportunidad de echarles un piropo “de esos bien costeños” y atrevidos:
¡Mujeres habían de ser para mantener un flojo, darle de comer temprano y cumplirle sus antojos!...
Cómo disfrutaba sus expresiones.
Nacido en Tierra Colorada, municipio de Juan R. Escudero, desde muy joven se trasladó a Chilpancingo donde cultivó muchas buenas amistades y uno que otro amigo pícaro como él.
Cuando alguno de sus cuates cometía algún error involuntario, el buen Gil no se mordía los labios, ¡Qué va!, se lo reprochaba con su voz costeña y grave:… ¡Teniaj que salir con tu pendejada!, les decía y todos reíamos.
Hizo dueto con don Hermilo García Palacios, que fuera requinto del Trío de Pepe Castañón. Alguna vez los presenté en el Programa “Recuerdos y Actualidades” de XEUAG, se hacían llamar “El Dueto Tierra Colorada”, y se acoplaban muy bien.
Ayer por la tarde, al pasar por el zócalo, uno de los muchos amigos con los que nos reunimos con frecuencia me dio la amarga noticia: Falleció nuestro amigo Gil, en Taxco.
Le rogué a mi compadre Luis Locena Muñoz, con quien junto con Gil compartimos desde hace años buena amistad, me confirmara la noticia. A eso de las 8 de la noche me explicó por teléfono que en efecto, nuestro amigo Gil, Gilberto Alcaraz Adame, falleció en la ciudad de Taxco, ayer en la madrugada, según lo informó uno de sus hijos que es Médico, vive en Taxco y a quien Gil fue a visitar.
El cuerpo de nuestro estimado y valioso amigo fue trasladado a su natal Tierra Colorada donde este día será sepultado.
Mucho te vamos a extrañar, estimado Gil. Gracias por tu amistad sincera y cálida y por ahí nos encontraremos para seguir cantando… “Mar, llegaste hasta la orilla que Dios me señaló” (Héctor Contreras Organista).
El Chilpancingueño
La Voz del Guerrerense
Hace presente su más sentido pésame a la respetable familia de nuestro gran amigo
Don Gilberto Alcaraz Adame
Quien falleció ayer en la ciudad de Taxco de Alarcón y será sepultado este día en su natal Tierra Colorada.
Descanse en paz el gran amigo, artista del pueblo y buen ciudadano.
Chilpancingo, Gro., a 22 de junio de 2006

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