miércoles, 16 de mayo de 2018

COLUMNA

COSMOS
Héctor Contreras Organista
RENE VALENCIA FERIA
Impulsor de Cine en la capital guerrerense
Don René Valencia Feria fue un empresario que hace años llegó a Chilpancingo para a participar muy activamente en los adelantos de exhibición de películas cuando se hizo cargo de la gerencia del céntrico y cómodo Cine Guerrero. Hace ya mucho tiempo lo entrevistamos. Hoy recordamos esa charla, cuando el cordial señor Valencia partió hacia las avenidas de la eternidad.
-¿Cuándo llegó a Chilpancingo?
“Llegué a Chilpancingo en julio de 1963, a invitación del señor José A. Quiroga del Val, dueño del Complejo del que formaba parte el cine Guerrero para que yo lo administrara. El señor Quiroga murió cuando se pusieron de mo
da los secuestros en Acapulco, lo asesinaron el 13 de septiembre de 1977. Seguí trabajando con ellos, y cuando abrieron Plaza Guerrero, Julio Quiroga me invitó nuevamente a colaborar”.
-¿Dónde estaba usted antes?
“Estaba en la ciudad de México, trabajé en la Compañía de Películas Nacionales como interventor. Cada ocho días estaba en diferentes partes de la república, porque me mandaban a checar boletaje, y el señor Quiroga me dijo: Te invito para que administres mi cine; y con mucho gusto me vine a Chilpancingo; ya lo había visitado antes, me agradaba, me gustó el pueblo y gracias a Dios estoy contento con mi familia y seguimos”.
-Cuando llegó, ¿en qué condiciones encontró el cine Guerrero?
“El cine Guerrero se encontraba en buenas condiciones, todo lo que era el edificio, lo que eran aparatos de proyección, lo que eran las salas y algo muy importante que quiero decir, es que la parte de enfrente de la entrada del cine no estaba pavimentado; estaba en terracería. Después que llegué, como al año, pavimentaron la calle; pero así encontré el cine; estaba automáticamente virgen”.
-¿La programación cómo se elaboraba?
“Yo iba a la ciudad de México cada dos meses y hacía mi programación, incluyendo la de los sábados populares, tres películas por un peso. En esos sábados entraban Nosotros los Pobres; Ustedes los Ricos; Pepe el Toro. Y como ejemplo, traíamos las otras películas de Gastón Santos y todas las de El Águila Negra, y todo eso gustaba y eso le dábamos a la gente y muy barato”
-Sí, porque luneta costaba dos pesos y gayola un peso...
“Sí... entonces la gente de Chilpancingo cuando recuerdan al cine Guerrero lo recuerdan con mucho cariño porque dicen: vivimos momentos muy bonitos ahí. Entramos con las tortas, los tacos y cosas por el estilo que ahora no les dejan entrar en El Jacarandas”
-Por cierto, frente al cine Guerrero había muchos negocios o puestos donde se vendían tortas de huevo, de chorizo, de papa, tostadas, tacos, aguas frescas... el cine Guerrero dio trabajo a muchas familias...
“Dio de comer a muchas familias, sí”.
-¿Cuántos eran los trabajadores del cine Guerrero?
“Eran como ocho o diez personas; eran pocos, a pesar de que eran dos salas muy fuertes, lo que era luneta y balcón. Se llenaban tanto las salas que al otro día ¿te imaginas cómo amanecían los sanitarios? Eran bastantes, eso sí y teníamos mucha agua, porque siempre ha habido un pozo de agua; por regla general nunca nos faltaba el agua”.
-El señor Quiroga quiso darle a Chilpancingo un cine de lujo...
“Pues, más que de lujo quiso darle un cine que albergara al pueblo. Siempre nosotros nos dirigimos al pueblo, aunque había sus diferencias, que luneta era abajo y el balcón arriba. Los del balcón les tiraban cosas a los de la luneta”.
-Recuerdo que cierta ocasión puso usted en exhibición, a la entrada del cine, una pila de colchones rotos, asientos de las butacas que estaban deteriorados, ofreciendo una recompensa para quien denunciara a los destructores...
“Sí, pusimos las sillas como ejemplo de que ya no nos hicieran eso, y se paró un poquito. La gente para mí en Chilpancingo ha sido muy respetuosa”.
-¿Me puede platicar alguna anécdota del cine Guerrero?
“Una anécdota netamente política es que ahí se hizo la convención en que declararon candidato electo a gobernador del estado a don Rubén Figueroa Figueroa, cuando estaba secuestrado por Lucio Cabañas. Vino Jesús Reyes Heroles, que era el presidente del partido a nivel nacional y demás gentes que conforman toda la situación política y ese día aquí en el cine lo declararon candidato a gobernador, en ausencia, esa es una de las anécdotas que yo recuerdo”.
-¿Y entre los artistas?
“Venían buenas estrellas, la Irma Serrano estuvo aquí con su obra teatral Naná; estuvo aquí El Santo dando exhibiciones de escapismo y de lucha libre, y artistas de primera magnitud, y se juntaban artistas que ahora no se pueden juntar y los manejaba, en paz descanse, un señor Vallejo, que ahora su esposa y su hija han seguido en esta onda; estas personas están atrás de la obra teatral Aventurera”.
-Aquí se presentó la obra Los Supermachos, de Rius, ¿recuerda?
“Sí, y fue un éxito. Todo lo que llegaba al cine Guerrero; había comodidad, mucho espacio y la gente disfrutó mucho ese cine Guerrero, el pueblo de Chilpancingo lo recuerda con mucho cariño”.
-¿Cuántos años manejó el cine manteniéndolo en primer lugar?
“Pues, pudiéramos decir que veinte años, porque yo me retiré cuando tenía veinticinco años. La decadencia de este negocio empezó como en el ochenta y cinco, ochenta y seis, cuando aparecen las videocasseteras, las antenas parabólicas y demás cosas. Este negocio del cine comenzó a bajar cuando entró la televisión. Iban allá con el señor Gómez a comprarle una tele y decía la familia: ahora ya no vamos a ir al cine porque vamos a estar pagando la tele, y de ahí empezó un poquito a decaer la asistencia a las funciones del cine”.
-¿Alguna anécdota especial sobre parejitas, los novios que van al cine no precisamente a ver las películas?
“De esas tenemos muchas experiencias, amigo. En la parte alta del cine, ahí se iban las parejas, y se acariciaban y se hacían todo lo que podían hacerse, hasta donde el límite del amor lo permitía; estaba un poco oscuro todo lo que era balcón”.
-Pero usted, imagino que no sancionaba a las parejas.
“Les llamábamos la atención”.
-¿Pero no le remordía la conciencia?
“Bueno, no me remordía tanto porque teníamos que cuidar la función”
-¿O le daba tentación?
“Eso, sí. Yo creo que sí jajaja, pero tratábamos de conservar el orden”.
-Era entonces usted muy joven, don René.
“Sí, gracias a Dios”
-Y sigue siendo joven, ¿no?
“Bueno... tratamos de conservarnos porque somos muy metódicos en todo, gracias a Dios nos ha conservado a pesar de que yo ya llevo dos infartos”.
-El cine Guerrero tenía una competencia natural que era cine Colonial, por antigüedad, inclusive...
“Pues, sí. Pero nosotros controlábamos a toda la gente, porque a la gente siempre le gustó el material mexicano, e inclusive hubo un tiempo que el cine Colonial dejó afuera el material extranjero y se fue con las películas mexicanas, y ganaban más ellos con las películas mexicanas que con las extranjeras, pero nosotros, ganó la empresa mucho dinero con las películas mexicanas porque el pueblo las asimilaba muy bien”.
-¿Cuáles son las películas de mayor calidad que usted trajo a Chilpancingo?
“Afortunadamente trajimos muy buenas películas tanto del cine mexicano como el cine extranjero. Trajimos Los Caños de Navarone, Puente sobre el Río Kwai, Lawrence de Arabia que es un peliculón; Los Diez Mandamientos. En las películas mexicanas trajimos lo mejor: Viento Negro, Tarahumara y mucho título que se escapan, porque sí, se manejaron muchos títulos de todo ese material mexicano que sí también había muy buenas películas”.
-¿El cine en la actualidad ha retomado su fuerza o la gente sigue ante la indiferencia que mostró cuando llegaron las videocasseteras o las parabólicas?
“La gente sigue acudiendo a los cines y tan es así que se empezaron a hacer complejos, ya no salas grandes si no complejos con ocho, diez, doce y quince salas para hacer más en el negocio del cine. Por ejemplo, nosotros, la ventaja de Jacarandas es que tiene dos salas grandes. Cuando traemos un título fuerte se llena la Sala Uno, y son mil butacas. Traemos un título fuerte a la Dos y también se logra llenar porque son quinientas butacas y sí, sigue funcionando el cine, porque siguen haciendo más complejos en toda la república mexicana, porque tiene la gente una diversión sana no muy cara”.
-¿Se escribió de parte suya alguna historia del cine en Chilpancingo?
“No, fíjate que no. Hemos descuidado ese punto, pero yo tengo la idea de escribir un libro para los muchachos, para las nuevas generaciones”.
-El cine Guerrero se estrenó exhibiendo las películas Pulgarcito y El Monstruo, fueron dos películas... ¿Qué fecha fue cuando se inauguró?
“En 1959 se inauguró el cine Guerrero”.
-¿Lo inauguró Caballero Aburto?
“Lo inauguró Caballero Aburto, porque inclusive el pueblo y los estudiantes decían que era de Raúl Caballero Aburto, pero no; el dueño del cine Guerrero se llamó José A. Quiroga del Val”.
-¿El cine Jacarandas se inauguró con la película Tiburón?
“No. Se inauguró con King Kong; nosotros queríamos la película, la pedimos. Nos dijeron que sí nos la daban y a la hora de la hora solamente se la dieron al Jacarandas, porque inauguraba”.
-A lo mejor yo estoy mal en mi dato, pero yo sé que la inauguración del Jacarandas fue con la película Tiburón.
“Nos lo dejamos de tarea los dos”.
-¿Cuál es el futuro del cine en Chilpancingo?
“El futuro del cine en Chilpancingo es muy bueno, tan bueno que ya por ahí andan proyectando otras salas; ya por ahí anda un runrún de que van a hacer otras salas, quiere decir que sí deja; un ejemplo vivo de este asunto, lo que es el cine, podemos referirnos cuando inauguraron Comercial Mexicana. Pensaron los dueños que la plaza no daba, y se quedaron sorprendidos porque  sus ingresos han sido superiores inclusive en comparación a las que tienen en Acapulco”.
-Eso es noticia...
“Es un buen dato porque lo sabemos; allá anda Wal-Mar y andan otras tiendas grandes con la intención de instalarse en Chilpancingo y se van a instalar, creo yo, porque todas las cosas cambian, pero el cine seguirá siendo bueno y un espectáculo muy sano que nos da cultura, nos instruye y nos da cosas diferentes, nos divierte, nos informa, hay cosas bonitas, a todo lo que te pueda gustar te lo proyectamos ahí”.
-¿Dónde y cuando nació usted?
“Nací en un lugar de Oaxaca que se llama Pochutla, está entre Huatulco y Puerto Escondido, ahí está mi ombligo, ahí está mi tierra. Y del año ¿qué te diré?
-¿Ya se le olvidó?
“Jajajaja, ponle cuarenta y tantos...”
-¿Cuál es su edad?
“Sesenta y cuatro años”

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por leer La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, Realice su comentario.