ARTÍCULO

Los matones del gobierno

Apolinar Castrejón Marino
Los ídolos del pueblo, generalmente son creados desde el gobierno, con el sano propósito de que funcionen como una válvula de escape, para el descontento social.
El Chante feliz paseaba por las calles de Acapulco,
le ha tocado la de malas que mataran al “Barajas”,
la culpa se la achacaron porque el gobierno lo odiaba.
Para darte credibilidad, el “ídolo” insulta al gobierno en público, pero juntos se ríen en priv

ado, en sus lujosas mansiones, mientras se reparten el dinero del erario.
Era Celestino Luna hombre de resolución.
Por las costas de Guerrero rifaba su gran valor,
sus amigos le pusieron “El Chante” de corazón.
Este corrido sirvió para difundir la imagen de un hombre valiente, que se oponía al gobierno infame y traicionero. La gente aún lo canta con mucho entusiasmo, y lo utiliza como un reto a la autoridad.
Lo llevaron al palacio lo quisieron desarmar,
le pidieron su pistola él no la quiso entregar,
Martínez le aseguraba que nada le iba a pasar.
Este mito estuvo tan bien construido, que mucha gente de solido criterio, considera al “Chante Luna”, un icono de la oposición. Pero todos sus amigos tenían apodos de matones; porque él también era un matón… de esos a los que ahora llaman sicarios.
Constancio Hernández, El zanatón; Gregorio Chávez, El animal; Eduardo Radilla, El niño, y los hermanos Gonzalo, Demetrio, Luis e Isabel Gallardo Solís, eran pistoleros al servicio del gobierno de Raymundo Abarca Alarcón.
Cuando estaban en palacio “El Chante” a Manuel le dijo
me llama el gobernador, quiero que vayas conmigo
pero él no se imaginaba que lo llevaban cautivo.
Félix radilla le dice Chante tu solo no vas
yo tengo el presentimiento que algo te puede pasar
Chante no te vayas solo te vamos a acompañar.
La Coprera estaba ubicada en la avenida Ejido de la Colonia Bella Vista en Acapulco. Era la Unión Regional de Productores de Copra del Estado de Guerrero, afiliada a la Confederación Nacional Campesina (CNC).
En el año de 1967, el kilo de copra se compraba a los productores a 50 centavos, y pedían un aumento de 3 centavos por kilo; este fue el origen de la protesta. La copra era considerada el oro de las costas, y ni a los caciques, ni al gobierno les convenía perder el control de este producto.
El control de la coprera lo tenía el cacique Rosendo Ríos Rodríguez, hasta que Jesús Flores Guerrero resultó electo como presidente de la organización con 1,964 votos, de un padrón de 15 mil socios.
El movimiento era liderado por Julio Berdeja Guzmán, el diputado César del Ángel, y el maestro rural Florencio Encarnación, originario de Tixtla, quien trabajaba en una escuela del municipio de Coyuca de Benítez
Desde su toma de posesión como gobernador, Abarca Alarcón había mandado traer pistoleros del Estado de Jalisco y de Michoacán “Pa’ lo que se eofreciera”.
Así llegó al Estado de Guerrero todo el bestiario que nombramos anteriormente.
Para liquidar el asunto de La Coprera, los judiciales llegaron a abastecer a los carniceros, de sus herramientas: 70 rifles M1 y varios M2; seis escopetas de diversos calibres, 22 pistolas 380 y otras 30 calibre 38 súper y decenas de ametralladoras tipo Mendoza. La consigna, liquidar a los inconformes de La Coprera de Acapulco.
Los matones se colocaron en la azotea y las ventanas del edificio de La coprera, y cuando los manifestantes se acercaban, sin ningún miramiento dispararon contra ellos. Y la coprera fue “liberada” a un costo de 38 personas muertas y más de 100 heridos. Esos eran los servicios que prestaba “El Chante” al gobierno. Hasta que la gente se cansó de sus abusos y le reclamaron al gobernador.
Entonces recordó el conocido refrán que dice que “muerto el perro, se acabó la rabia”, y mandó deshacerse del Chante.
…el chante “iba caminando” y al llegar a Mazatlán
ya lo estaban esperando, 72 federales se lo estaban disputando.
Mario Martínez les dice aquí los voy a bajar
las ordenes que yo traigo, que aquí los debo entregar
ahora son los federales los que los van a llevar.
El chante se hizo pa’atrás y su pistola sacó
del cuello agarró a Martínez, 5 balazos le dió
también a Nico González la cara le atravesó.
Sonó la ametralladora y el chante se le enfrentó
Peleándoles desde el carro donde “El Patotas” cayó
también al chante mataron porque el parque le faltó.