viernes, 29 de junio de 2018

NOTA CON FOTO

Descubren en la CDMX 26 fosas
con restos humanos y municiones
CIUDAD DE MÉXICO.--Veintiséis fosas de los periodos Formativo Medio (700 a 400 a.C.) y Formativo Tardío (400 a 200 a.C.) fueron descubiertas en el terreno del Callejón La Otra Banda, donde los expertos encontraron restos del cuidado perinatal, tumbas y hasta municio
nes de una batalla entre carrancistas contra zapatistas.
Apoyados por un equipo de trabajadores, Antonio Balcorta Yépez y Montserrat Alavez Ortúzar, expertos de la Dirección de Salvamento Arqueológico (DSA) del INAH, han invertido cuatro meses de trabajo en la excavación en un predio donde se desarrollará un proyecto inmobiliario.
“De esta manera conservamos los contextos completos. Hasta el momento hemos detectado cuatro etapas ocupacionales, cuatro épocas históricas vinculadas con el inicio del siglo XX, el Porfiriato, el México Independiente y la época prehispánica”, informó Antonio Balcorta.
Explica que en el estrato más superficial se registraron los restos de una casa de tipo rural de fines del siglo XIX e inicios del XX, hecha con bloques de adobe y tepezil, techos de ladrillo y viguería, y pisos de ladrillo.
Otro aspecto interesante, es que en el terreno se encontraron desperdigados restos de municiones de una batalla que en 1914 libraron carrancistas parapetados en la antigua fábrica de papel, contra zapatistas que se hallaban justo en la ribera sur del río Magdalena, a un lado del panteón San Rafael.
En un nivel inferior permanecían los cimientos de tezontle y basalto de habitaciones del siglo XIX, en asociación con cerámica llamada Oaxaca policromo que se elaboró entre 1800 y 1900.
En el estrato prehispánico de ambas fases, se ubicaron vestigios de muros que definían cuartos, empedrados y apisonados. Los arqueólogos decidieron registrar tridimensionalmente cada uno de estos elementos para continuar con la excavación que ha dado lugar a la localización de 26 fosas, once de ellas en forma de cono truncado.
“Desde entonces hemos tenido una serie de hallazgos que nos han revolucionado los conocimientos que teníamos sobre las fosas del periodo Formativo o Preclásico. Los contextos nos sugieren que estamos ante una aldea donde se realizaban actividades especializadas. La altura, la posición geográfica y estratégica, nos señala que la gente de esta loma pudo tener un control mayor sobre ciertos recursos, en comparación con la aldea de Copilco”, informó el especialista.
En el lugar también han sido descubiertas más de 130 figurillas que en su mayoría representan a mujeres embarazadas (e infantes en menor medida). Estas piezas lucen pigmentación roja, amarilla y negra en el rostro, cuello, vientre, ombligo, manos y piernas.
“Aunque no se trata de un espacio dedicado exclusivamente al cuidado perinatal, es probable que estuviera asignado a las mujeres y administrado por ellas mismas. El Preclásico o Formativo es un periodo en que las sociedades se vuelven más complejas y empieza la especialización del trabajo, por eso no es de extrañar que la mujer esté jugando un papel fundamental”, precisó.
La arqueóloga Montserrat Alavez Ortúzar detalló que fueron encontrados entierros ofrendados (fase Zacatenco) de un par de niños de un año de edad, aproximadamente. El primero de ellos fue colocado como parte del tapón de la fosa; en tanto, al interior de la misma estaba el entierro del otro infante, al que se dispuso una cuenta de piedra verde en la boca.
También de la fase Zacatenco, se localizó un entierro primario (en relación anatómica) de un adulto femenino que presenta deformidad craneal tabular oblicua y objetos asociados, como cajetes y vasijas.
Entre ambos contextos, el del granero y el entierro del individuo adulto, dentro de una pequeña fosa rectangular y bajo un cajete que fue roto como parte de un ritual, se hallaron los restos de un perro que debió ser destazado antes de ser depositado en la fosa.
Otro entierro femenino, pero de la fase Ticomán (400-200 a.C.), ha sido localizado en una oquedad más, asociado con un cajete, herramientas para la molienda, un metate y artefactos de sílex, entre otros materiales.
Sobre el destino de las fosas, el arqueólogo Antonio Balcorta Yépez indica que, al estar realizadas en una capa de arcilla limosa, la intemperie facilita su colapso. A modo de una parábola del trabajo arqueológico, dice, “una vez que comenzamos a excavar las fosas conservadas por 2,700 años, las trajimos de nuevo a la vida, pero al mismo tiempo comenzaron a morir”. (proceso.com.mx).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por leer La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, Realice su comentario.