miércoles, 25 de julio de 2018

COLUMNA

COSMOS
Héctor CONTRERAS ORGANISTA
VENERACIÓN A SANTIAGO APÓSTOL EN QUECHULTENANGO
Cada 25 de julio… y después, la celebración del Ocosúchil...-
Allá, en “Quechu”, lo escriben con “x”: Ocoxúchil, por acá, como suena: Ocosúchil.
No importa. El aroma que despide esa yerba nacida al pie del “Volcán Negro”, es la misma.
Antes de tallarla en los ropajes de Santiago, a quien se le localiza en el templo de la cabecera municipal, tiene un aroma, fresco, olor a campo. Después de que los mayordomos tallan los ramos de Ocosúchil tiene otro aroma.
La gente guarda todo el año las ramas que aunque se sequen, sirve para té, y dicen que cura todo tipo de dolores.
La leyenda que de España y de Italia trajeron los misioneros allá por mil 600, hablaba de que cuan
do se enfrentaron los cristianos contra los moros, los primeros la llevaban perdida.
Pero una noche antes de la batalla, en sueños se le apareció Santiago al capitán que iba a dirigir la batalla y le ofreció que estaría con ellos para derrotar a los sarracenos, y así fue.
Después hasta se inventó una tonadilla: “Llegaron los sarracenos y nos tundieron a palos, que Dios está con los buenos cuando son más que los malos”.
Santiago en Quechu, de algún modo vino a sustituir una celebración que antiguamente se hacía la misma fecha en honor de alguna deidad, antes de que llegaran los misioneros católicos.
Por eso es que aún en el interior del templo, el día del Ocosúchil se toca el teponaxtle que era el medio de comunicación a distancia más efectivo de los pueblos mexicanos antiguos. Y para esta celebración, tal vez un modo de comunicarse con sus dioses.
Hoy es día de Santiago, muchas felicidades a quienes lleven ese nombre.

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