miércoles, 22 de agosto de 2018

COLUMNA

DH-1-07-18
Tino Gatica
¿Ustedes responden con la misma acción cuando les mandan una oración (religiosa) en las redes sociales, replicándola y dándola por verdadero que si no la mandan a sus amistades, algo malos les pasará, o que se les morirá un ser querido? Puedo considerar cuál será la reacción, siendo nuestro país, extremadamente religioso, aspecto que los medios masivos de comunicación, con singularidad la televisión, han arraigado hasta el hartazgo, mediante programas como “La Rosa de Guadalupe”, o que los mismos ministros de otros cultos menores al catolicismo han promovido. No es casual qu
e en las redes sociales, la ociosidad de algunos “internautas” propaguen frases e imágenes religiosas como una manera de aliviar sus propias angustias y temores ante causas que le son ajenas. Porque el temor y el miedo se alimenta de prejuicios, mitos, ideas, internalizados en nuestro ser, como son los temas sobrenaturales o los externos que tienen su sustento en la realidad que nos lastima inmisericorde, pero que tiene a sus responsables. En ese tenor, están los santos, los ángeles para desear buena suerte u obtener una materialización de un deseo positivo; también no faltan quienes envían duendes, hadas, billetes, tréboles de la suerte, unicornios y demás parafernalia en imágenes para desear buenos augurios, pero lo malo es cuando se hace la advertencia de la muerte de un ser querido. Ignoro si quienes reenvían todas esas imágenes tengan un parámetro para medir el efecto de sus buenos deseos, sin embargo, tampoco veo positivo que en caso de no hacerlo se tenga que renegar de la mala suerte de que algún ser querido fallezca por desobedecer esa instrucción. Por lo anterior, espero que las virgencitas, padrenuestros y otras oraciones no me “salen” por no enviarlos, pero he considerado que uno es quien debe asumir riesgos en su accionar, aunque sean consecuencias negativas. Y los resultados que en ocasiones suelen ser afortunados, valga la expresión, tienen  su dosis en la acción, en las actitudes y comportamientos ante lo que se presenta u ofrece en el presente. Saludos: Bueno, dado que la suerte, es una actitud que uno mismo desee propiciar para considerarla como buena o mala, les informo por si están con el pendiente de estas columnas, que ya un conocido restaurante denominado “Orgullo Calentano” que se encontraba en calle Omiltemi con esquina “5 de Mayo”, sobre la colonia Centro, en su prolongación norte de Chilpancingo, estará cerrando para tener una nueva y dinámica administración, que abrirá sus puertas en breve, en otro sitio, dándoles la noticia próximamente, esto es un adelanto y afirmo que estará de luuuuujjjoooo. Es todo.

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