martes, 4 de septiembre de 2018

ARTÍCULO

Hugo Nolasco
Bajo Palabra es un periódico de periodistas. Fue pensado como una herramienta puesta al servicio de la sociedad civil y así seguirá siendo, nunca como un negocio o empresa particular. El máximo órgano de gobierno es la Mesa de Redacción, como indican nuestros documentos básicos, y el Consejo Editorial constituido por destacados escritores y periodistas.
En Bajo Palabra, por principio democrático y ético, hemos anulado la figura de director general o director fundador, como otros medios lo hacen. No tenemos aquí ese tipo de desordenes, ni ansiedad de figurar en nada. La tarea de coordinar, es una responsabilidad colectiva que recae rotativamente en alguno de los miembros del Consejo Editorial, apoyado por la representación legal y administrativa. Desde hace un año, esa responsabilidad le fue encargada a un servidor: Hugo Alberto Nolasco Luna.
Ahora bien, en Bajo Palabra creemos y practicamos los principios éticos básicos que deben normar el ejercicio periodístico. Esto es, no mentir; no usar el periodismo para dirimir asuntos personales, ni chantajear; cotejar la veracidad y autenticidad de las fuentes informativas; buscar siempre una segunda versión del hecho; no usar el periodismo como un
a herramienta para la extorsión o sacar ganancias; lo hemos hecho así, porque todo esto que se menciona aquí, y lo hemos prohibido, es la práctica común del periodismo en Guerrero.
Aclarado qué somos y qué no somos, responderé como coordinador de la Mesa de Redacción de Bajo Palabra, a los ataques lanzados por un delincuente, que simula ser reportero, expulsado hace más de un año de esta empresa por quebrantar las reglas que nos rigen.
Durante más de un año de ataques e infamias, a las que se han sumado medios y reporteros irresponsables y ruines que nunca han buscado siquiera la otra versión de los hechos, y solo se han sumado a una campaña de infamia y difamación, hemos sido tolerantes y prudentes, sin embargo, ante la insistencia por causarnos daño y descrédito infundado debemos defendernos.
El delincuente, que se hace pasar por reportero, Jorge Luis Montes de Oca Morales, fue echado a finales del 2016 de Bajo Palabra por usar el medio para extorsionar y chantajear a las fuentes informativas, una práctica que aún continua haciendo, ahora desde un sitio de facebook, uno de los tantos que usan ese mismo recurso, alimentados por la ignorancia de quienes los sostienen.
A este hecho se le suma, la averiguación JA01/452/2011, que se le activó por el asesinato de la anciana Leobarda Fonseca Rodríguez, en Jantetelco, Morelos, un hecho del que está prófugo desde el 2011; en el lugar dejó abandonado un auto Cabrio negro como el que actualmente usa y sus huellas. A estas conductas delictivas, se le agrega también, que en mayo de este año fue detenido por soldados de la Marina frente al parque Papagayo cuando transportaba una mochila con distintos tipos de drogas, alegó, sin probar nada, que no eran suyas, y la Fiscalía de Guerrero lo dejó sospechosamente en libertad.
Así, tras ser echado y descubierto su crimen, Montes de Oca Morales, no tuvo escrúpulos para usar un trastorno senil de su anciana madre y usarlo para configurar su venganza contra uno de los cinco periodistas fundadores de Bajo Palabra, el maestro Jeremías Marquines, a cargo entonces de la coordinación, junto con otros dos periodistas más.
De algún modo, convenció a su senil madre y la guió para presentar una denuncia absurda por abuso sexual con el fin de evitar que solicitáramos la reactivación de la investigación por su crimen, vengarse, y exigir un pago de indemnización, a nada de eso se accedió. Antes de estar en Bajo Palabra, Montes de Oca no tenía ninguna otra ocupación, había sido echado de sus anteriores empleos por irresponsable y problemático, incluso, cuando trabajó en RTG, fue recomendado por el maestro Marquines.
Entonces, la denuncia fue presentada el 11 de enero de 2017. Seis días después de los supuestos hechos. La declaración inicial fue hecha por la supuesta víctima sin prisas y meditada. En esa declaración, no hay ninguna afirmación contundente del supuesto hecho, es más, ni siquiera menciona que se le impuso cópula alguna. Lo que menciona son divagaciones y suposiciones improbables. Por tal razón, la MP no le da curso, pues no hay sustento, pero un mes después, presionada por el fiscal Xavier Olea, uno de los tantos enemigos de este medio, altera la carpeta de investigación e inventan, dos meses después (el 8 de marzo), una nueva declaración que anexan. Allí agregan terribles y fantasiosos hechos, como que fue golpeada y ultrajada por ambas vías, entre otros actos de violencia para justificar una solicitud de orden de aprehensión. El 10 de marzo de 2017, la jueza de control, se da cuenta de la falsedad de la acusación y niega la orden de aprehensión.
A la declaración inventada, agregan un dictamen pericial alterado, contradictorio y hecho a modo. El informe médico de la región vulvar y anal concluye dogmática y contradictoriamente que “no presenta huellas de cópula vaginal reciente”; como había dicho en la declaración falsa; “no presenta huellas de violencia física y/o huellas de lesiones visibles en su superficie corporal, reciente visibles”, como dice en la segunda declaración falsa de que fue golpeada, la mujer tiene diabetes tipo III y usa insulina constantemente, de haber sido real el hecho en el mundo fáctico, debió presentar múltiples huellas de violencia, pero no tiene ni un rasguño, sin embargo, pese a toda esa evidencia que echa abajo la acusación, el perito le agrega forzadamente que presenta huellas de coito anal reciente, y no presenta ningún otro síntoma. Una huella aislada.
Ahora bien, para justificar la supuesta huella de coito anal reciente, el perito Juan Bello Mejía, que no es ni coloproctólogo, se saca de la manga una lesión inexistente en el mundo real, dice que ve “un desgarro mínimo con costra color café”, del que no presenta evidencia alguna, fotografía o algo más para hacerlo real, solo es su dicho, su mención.
Distintos especialistas consultados y hasta el médico más ignorante sabe que el área perianal es una mucosa y que las heridas en mucosa es imposible que costrifiquen, nunca cicatriza una herida en zona perianal con costra color café, allí jamás saldrá costra porque es zona de humedad y de limpieza constante. Es como si en la lengua pudiera salir una costra. Los tratados médicos describen las cicatrices a nivel anal como zonas lisas, blancas “nacaradas”, “si el desgarro se encuentra en proceso de cicatrización, presentará signos inflamatorios o signos vitales perilesionales en resolución, depósitos de fibrina en los bordes del desgarro, etc., pero nunca una costra”. (Texto de Medicina Legal, por Eduardo Vargas Alvarado, Año 1999, Pág.: 258 y 259). La supuesta herida es una burda invención de un perito ignorante, por esa razón ya fue demandado.
Sin embargo, como si todo esto no fuera suficiente para dar por cerrada esta retorcida infamia, hay un dato extra. El mismo día, pero unas horas antes de que el perito Juan Bello Mejía hiciera su informe fantasioso, él lo fecha a las cinco de la tarde, la denunciante, es enviada al CAPS de la colonia Progreso para que le hagan una evaluación médica, se lo hacen a la una de la tarde en la Unidad de Médicos Sin Fronteras. Este dictamen lo tienen en su poder los reporteros que cubrieron la conferencia de prensa que la supuesta víctima y su hijo delincuente, hicieron en febrero de 2016. Sin leer, lo que decía, ellos mismos lo distribuyeron con la intención de causar daño moral. Los reporteros mal intencionados tampoco lo leyeron, ni quisieron entenderlo.
La falsedad del informe médico legista se comprueba con los dos exámenes previos que se realizó la supuesta víctima en su intento de justificar su acusación, y en ambos no hay referencia a la lesión anal que señala el fantasioso legista, y que pudiera suponer un acto contranatura.
Como elemento de prueba están el diagnóstico que le emite un médico particular y que la supuesta víctima menciona en su declaración: “El día de ayer 10 de enero del 2017, acudí con un ginecólogo para que me revisara”… el diagnóstico fechado el 10 de enero, de este médico es que encuentra que la supuesta víctima tiene útero y vagina atrófica, y refiere resequedad vaginal, algo común en mujeres mayores. En cuanto a la exploración anal, indica: “lesiones abrasivas leves en piel circular a región anal”. Lo cual no es un signo de abuso, pues está presente en otras etiologías, padecimientos relacionados con la hemorroidectomía que se le practicó un año antes, y que es causa de diversas afectaciones anorectales, pero que interpretado con ignorancia y dolo puede suponer muchas cosas.
A este análisis, se le suma otro más realizado un día después, el 11 de enero, a las 13: 00 horas, cinco horas antes que el realizado por el perito de la Fiscalía, en la Clínica Avanzada de Atención Primaria a la Salud (CAAPS) de la colonia Progreso, realizada por la unidad de México sin Fronteras. El dictamen firmado por la doctora Violeta Chapela Trillo con número de cédula profesional 08733164, de médico cirujano, egresada de la UNAM, refiere en la parte del EXAMEN ANAL: SIN ALTERACIONES. Este certificado médico fue ocultado deliberadamente por la supuesta víctima y su hijo, pues no cuadraba con su historia. Una copia la tienen los reporteros que cubrieron esa conferencia. Al final de esta nota se puede revisar.
Ahora bien, aparte de una declaración inventada por el MP, dos meses después de los hechos, el 8 de marzo, que incluso reconocen que así fue “por recomendación de su abogado”, una declaración con hechos falsos que el mismo pericial desmiente, como ya se demostró arriba, pues nunca existió ninguna huella de violencia física, ni moral, pues no existe dato de prueba químico o toxicológico que pudiera corroborar que haya sido sedada como fantasiosamente dijo. Pues bien, aparte de una declaración que reconocen inventada y un pericial demostrado exhaustivamente que es falso, la acusación es insostenible por irreal y fantasiosa, la ley adjetiva señala que para tener por demostrado un hecho delictuoso y atribuírselo a otra persona, este se encuentra en relación directa a la solidez y veracidad de los medios de prueba que se aporten, “ello es así, porque si no se allegaron o no existen estas pruebas, ello solo puede obedecer a que el hecho nunca existió”.
En conclusión, la acusación contra el maestro Marquines es burda y falsa. Fue realiza con el fin de causarle el mayor daño moral a su persona, familia trayectoria y bienes. No existe a lo largo de su vida pública un solo antecedente, ni siquiera de acoso o alguna otra situación similar, probada o improbada, por lo contrario, ha sido un formador y educador de periodistas y escritores y escritoras durante 25 años en distintas partes del país. Si no fueran cobardes y convenencieros, muchos y muchas de las que formó y apoyó pudieran dar testimonio y saben que es imposible y absurdo que un hecho como el denunciado pudiera ser real.
La acusación en su contra fue utilizada como pretexto para despojarlo de bienes y familia. El daño que le han causado es irreparable. A pesar de las pruebas presentadas de que el señalamiento es burdo y falso, personas muy allegadas a él, siguen utilizando esta ruindad para justificarse, victimizarse falsamente y seguir difamándolo. No tienen el valor para aceptar su equivocación y falacia, pues se han beneficiado de esta infamia.
Próximamente, el tribunal colegiado que tiene asignado el caso concluirá con el asunto y seguramente, pues así está demostrado con pruebas reales, no por periciales legales, cerrará el caso, pues la acusación es burda e improbable, a ello se debe que el delincuente que orquestó todo este daño por venganza, insista en la difamación en redes sociales, involucrando además a este medio, del cual el maestro Marquines ya no está a cargo.
Por tal razón, los representantes legales de Bajo Palabra presentarán la próxima semana una demanda penal contra este sujeto por difamación, amenazas, falsedad de declaraciones, chantaje, extorsión y lo que se acumule.
Jamás hemos usado, ni usaremos el periodismo para amparar a nadie ni torcer la ley, pero tampoco vamos a tolerar más infamias, ni señalamientos falsos e improbados contra nadie de nuestros colaboradores y equipo. Quién acuse pruebe, las pruebas de la inocencia del maestro Marquines están aquí expuestas y en el tribunal, lo demás es felonía de la que se han aprovechado cobardes y mal intencionados.

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