martes, 18 de septiembre de 2018

COLUMNA

DH-1-07-18
Tino Gatica
Mujeres incursionando en espacios públicos
Para el reportero de a pie como dice una amiga periodista, en todos los vericuetos de nuestra sociedad se encuentra con algunos temas que se sueltan con la confianza de que nadie se dará cuenta, siendo las combis o los taxis en donde hay tela de dónde cortar, con asuntos quizá triviales o cotidianos pero que para quienes lo están viviendo determinan su destino o su suerte posterior.  En los taxis la plática es más directa debido a que el taxista tiene menos distractores como ocurre en una combi en donde los comentarios se dispersan y no tiene más destinatarios que sea entre el emisor y el receptor o receptores o viceversa. Otros diálogos que uno se puede encontrar es en los consultorios, de hech
o en todo sitio en el que esté presente alguien que desee expresar algo a su interlocutor. Luego de lo anterior, ocurre que en una combi de la ruta Mercado-Amate-Palacio Nuevo, va una chica, posiblemente de secundaria según el uniforme que porta, platicando con el conductor de la micro. Ambos son adolescentes. Se confían muchos asuntos relacionados a su familia respectiva y sale a relucir el asunto de su noviazgo, otra vez lo infiero. Y luego de tantos lances verbales, la joven de secundaria pregunta lo que es pregunta común en noviazgos: “¿Y qué tiene Karen que no tenga yo?”. De esa pregunta el joven conductor de la combi le revira: “¿Son celos o qué?” y de ahí se da un cruce de respuestas con preguntas, matizadas como advirtiendo una pelea del siglo como si fuera que apenas el 15 de septiembre entre  Saúl “El Canelo” Álvarez y el ruso Golovkin, ambos que se dieron una tunda como si fuera su última pelea. El conductor de esa combi, aguantó vara como sucede con otros de sus colegas a quienes he escuchado infinidad de ocasiones en que tiene una disputa verbal con su chava. Y en esa lógica, espero que la joven haya valorado su situación de qué estaba haciendo en esa combi, si es que era una amiga solamente del joven o su novia, pero esa pregunta de ¿qué tiene ella? Es el dilema medular en una situación de noviazgo pues se define la incertidumbre o un posible celo, en donde la chica pensará que así controlará al posible novio, sin embargo, lo que suele ocurrir, digo por los años que tengo con otras vivencias de gente cercana es que el presunto novio o “amigo con derechos” llevará las de ganar. Otra conversación escuchada en otra combi que iba sobre esa misma ruta, para no hacerla de emoción, me permitió advertir un empoderamiento de las mujeres que ya cuentan con más preparación, como una ingeniera, según lo inferí porque iba respondiendo a  un varón, colega quizá, acerca de un levantamiento topográfico, con planos, medidas de algún terreno en donde inquirió que cuánto iba a ganar por su firma. Esta pregunta de esa joven profesionista, me agradó particularmente porque ahora en todas las profesiones que antes estaban reservadas para los hombres, ya incursionan con bastante éxito y probado, las mujeres. Ellas ahora tienen roles más activos que pasivos, discuten, se comprometen y llevan a cabo sus proyectos de vida, asumen papeles de insumisas y eso me agrada. Bueno, ahora incursionan espacios antes impensables o que no son muy bien vistos por algunas damas  de la  veladora perpetua: se meten a los billares, a los bares, se echan sus chelas, piden sus tequilas y ¡ya hablan de fútbol o de box! En serio, no es que me alarme o espante, al contrario, a diferencia de la joven de secundaria que espero su padre, su madre o sus tutores, si es que tiene, puedan orientarla a mejorar su percepción sobre el noviazgo, si es que lo hubiere, pero en el caso de las mujeres empoderadas, celebro que vayan siendo más “osadas” y no pidan permiso para todo. De hecho ya se han visto otras “irrupciones” de mujeres en varios espacios públicos como los recintos educativos, legislativos y las tenemos en los viajes a la luna, no en plan de romanticismo sino en misiones de investigación fuera de la Tierra, sin embargo no se les da mucha profusión como sí ocurre con los varones. Y cuando esté de mi consideración la posibilidad de visibilizarlas, lo hacemos, siendo nuestro comentario la prueba. Vale pues.

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