miércoles, 5 de septiembre de 2018

NOTA CON SUMARIO Y FOTOS

Billetes bellos y
emblemáticos
El flujo monetario, antes intercambio o trueque, es una de las actividades más representativas del ser humano cuando se convirtió en un ser social, pues por medio de dicha acción, se ha hecho de productos que necesita o desea a cambio de su trabajo, de otro producto, o bien, de dine
ro.
Muchas culturas fijaron diferentes métodos de regularización del intercambio, como en el caso de las civilizaciones prehispánicas, donde la moneda de cambio más socorrida fueron los granos de cacao, sin embargo con la llegada de los españoles se acuñaron distintas monedas.
Prueba de ello son los famosos columnarios, un tipo de moneda de plata emitida por el gobierno español (era conocida como la “Moneda de la Nueva España”), o la moneda conocida como “Carlos y Juana” (esta última era llamada “Juana la loca”) o bien, la moneda Macuquina, tosca e irregular, acuñada desde la época de Felipe II hasta mediados del reinado de Felipe V.
Luego de la independencia se utilizó papel moneda que debía tener un sello papal para ser válido, aunque las regiones emitían sus propios billetes generando confusión. En el siglo XIX se estableció una rara institución bancaria llamada El Banco Londres y México que emitía su propio papel moneda y que fue el antecedente de una institución financiera sólida en el país. Finalmente, en 1925 nació el Banco de México, que unificó los billetes de circulación nacional hasta hoy.

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