viernes, 5 de octubre de 2018

ARTÍCULO

Asesinato del
Che Guevara
Apolinar Castrejón Marino
En México, las “marchas” y “manifestaciones” son siempre presididas por la efigie del “Che Guevara”, sin importar cuales sean los reclamos, ni cual sea el sector social que se adueña de las calles.
Pero “El Che” era argentino, fue un guerrillero en la revolución cubana, y fue asesinado el 9 de octubre de 1967 en Bolivia. Entonces ¿Por qué es un ícono de las luchas sociales, y un símbolo de oposición al gobierno?
El problema de crear un héroe tan grande es que se escapa fácilmente de la realidad. En Paraguay, la artista plástica Liliana Porter, montó una obra de juguete a la cual llamó “Simulacro” donde el “El Che” jugaba y bailaba con los niños junto a Mickey y Donald. El rockero argentino “Moris” compuso una canción en que lo asocia con Drácula y King Kong. Y el sitio web “The Che Store” acepta tarjetas de crédito VISA en la compra de  accesorios y vestuario para “…las necesidades revolucionarias” de los interna
utas.
Y entonces los datos históricos se sienten falsos e insignificantes. Veamos. Mario Roque Terán es el nombre del sargento de los “Ranger” bolivianos, quien se encargó de ejecutarlo. Aquel 9 de octubre de 1967, al mediodía se presentó en la celda donde estaba preso, y lo encontró sentado en un banco. Haciendo esfuerzos por controlar su nerviosismo, le ordenó que se levantara. Al Che le costó un poco de trabajo pararse, pues había recibido un balazo en la pierna izquierda, en el combate del día anterior.
Cuando estuvo de pie, a 5 metros de distancia, Terán le disparó una ráfaga de ametralladora que le destrozó las piernas. “El Che” cayó convulsionándose y regando mucha sangre, pues las balas le destrozaron la vena femoral. El verdugo se acercó a 2 metros y le disparó una segunda ráfaga que le perforó el pecho, matándolo definitivamente.
“El Che” afrontó su ejecución con valor y entereza ¿O más bien sabía que no tenía ninguna oportunidad de salir vivo de su aventura guerrillera? El 7 de noviembre de 1966, había llegado de Bolivia, y se instaló en una zona montañosa cerca del río Ñancahuazú, en las estribaciones de la Cordillera de los Andes. A su parecer era un lugar estratégico, donde los “Rangers” y los “Boinas Verdes” no podrían seguirlo.
El ejército del Che, estaba compuesto por 16 cubanos, 26 bolivianos 3 peruanos y 2 argentinos. Tania y Loyola Guzmán eran las únicas mujeres. Y tomaron el nombre de Ejército de Liberación Nacional de Bolivia (ELN). En teoría, tenían bases de apoyo en Argentina, Chile y Perú.
La disciplina que se estableció entre los guerrilleros era muy rigurosa, y en los primeros días desertaron 2 y fueron a entregarse a la primera zona militar que encontraron, donde denunciaron la presencia de sus compañeros. Entonces el gobierno boliviano solicitó la cooperación de Estados Unidos, pero solo para organizar un sistema de inteligencia coordinado con Argentina, Brasil, Chile, Perú y Paraguay.
Pero el 23 de marzo las tropas del ELN asaltaron a una unidad militar y mataron a siete soldados. Ante esta declaración de guerra, el ejército boliviano procedió a establecer un cerco a la zona donde se hallaba el campamento rebelde.
De ahí en adelante, las tropas de “El Che” adoptaron el papel de fugitivos y trataron de salir del cerco militar. Su estrategia fue dividir las tropas, poniendo a Juan Acuña Núñez al mando de la segunda columna. De nada sirvió, pues ambos grupos se perdieron y no volvieron a encontrarse.
En los siguientes enfrentamientos fueron muriendo sus hombres más estimados: Jesús Suárez Gayol, Jorge Vázquez Viaña (Loro), y Eliseo Reyes, que lo acompañaban desde las aventuras en la Sierra Maestra de Cuba.
El 20 de abril sufrieron un duro golpe al ser capturados Régis Debray y Ciro Bustos, porque al ser torturados, terminaron rebelando información importante de la ubicación y condiciones de peligrosidad del ELN. Por otro lado, Mario Monje, secretario general del Partido Comunista de Bolivia, nunca les envió el apoyo que le solicitaron.
El 8 de octubre fueron sorprendidos en la Quebrada del Yuro, donde René Martínez Tamayo, Orlando Pantoja (Olo) y Aniceto Reinaga perdieron la vida y el Che Guevara resultó herido en una pierna. Fue capturado con vida junto con Simeón Cuba (Willy) y de inmediato fueron trasladados a La Higuera. Ante la falta de celdas, fueron recluidos en aulas de la escuela. También trasladaron los cadáveres de los guerrilleros muertos.
Hasta la población de La Higuera llegaron el coronel Joaquín Zenteno Anaya y el agente de la CIA Félix Rodríguez, quienes traían la orden del presidente Barrientos de ejecutar al Che Guevara, simulando que lo habían matado en combate. El helicóptero en que llegaron los militares norteamericanos, y bolivianos de alto rango era pilotado Jaime Niño de Guzmán, de la Fuerza Aérea Boliviana.
El piloto decidió mostrarse amable con el “Che”, aparentando ser neutral a los hechos. Le ofreció tabaco y le encendió su pipa. Che Guevara respondió a la amabilidad, y sacó de su bota una libreta con unos papeles enrollados y se los entregó. Era la proclama revolucionaria dirigida a los pueblos latinoamericanos que decía así:
“Hacemos oír nuestra voz por primera vez. Queremos hacer llegar a todos los ámbitos de este continente el eco de nuestro grito de rebelión. Nos levantamos hoy, agotadas todas las posibilidades de lucha pacífica para mostrar con nuestro ejemplo el camino a seguir. Nos declaramos luchadores antiimperialistas. Victoria o muerte”.
En un gesto realmente cándido, confesó al militar que estaba triste por no haber recibido la ayuda de Cuba ni del Partido Comunista Boliviano, en especial dijo sentirse traicionado por Fidel Castro. También comentó que había recapacitado de no haber iniciado la guerrilla en Perú, y no en Bolivia.
Las historia también muestra la realidad, que Che Guevara admitió en los últimos días: Fue tan malo como guerrillero en el Congo, que lo derrotó un grupo de “Mercenarios”, y vino a traer su “revolución” a Bolivia, donde fue aplastado por un ejército de escasa preparación, porque no recibió el apoyo de las masas campesinas a las que según él venía a liberar.

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