COLUMNA

COSMOS
Héctor CONTRERAS ORGANISTA

LOS POLÍTICOS EN LOS POZOLES DE LOS BARRIOS
Me preguntaron -gracias por la pregunta y por la confianza- que cuándo los políticos comenzaron a invadir con su fea presencia los convivios chilpancingueños de los barrios, en las pozoladas.
Hasta donde recordamos, fueron un grupo de hermosas mujeres de la tercera edad, vecinas del barrio de san Francisco quienes por primera vez quisieron convivir en una pozolada un 4 de octubre en el jardín del barrio con el gobernador don Francisco Ruiz Massieu, para festejarle el día de su san

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Y desde esas fechas para acá, los políticos han visto que es una buena pasarela política y motivo para “darse baños de pueblo” y además les sale gratis, porque lo único que aportan es su fastidiosa presencia pero lograr cultivar lambisco a pasto de quienes a cambio de promesas los adulan, los alaban y se ponen de alfombra para ser pisoteados en su dignidad, y obvio, acompañados por algunos curitas chocolateros.
Al día siguiente del pozole, en todos los periódicos se publican las fotografías del gobernador o del presidente municipal y se les dedican las aduladoras primeras planas, las notas “de ocho columnas”, pero del festejado, en este caso de San Francisco de Asís, no se dice nada ni merece fotografía. Todas las luces, tdos los comentarios son para el gobernador.
Por cierto que ese señor gobernador, algún día que fue invitado a una prestigiada pozolería del barrio de san Mateo dijo que no iba porque “no soy marrano para comer pozole”.
Pese a esa expresión, algunos lo siguieron adulando y hablando maravillas de él. Es decir, los insultos que vienen de allá pacá, no cuentan, no valen, no tienen resonancia. Pero lo que en el pueblo se comenta de ese tipo de conductas, eso sí, “duele” a los políticos: “Mire, señor gobernador, estas gentes están hablando mal de usted”.
Así que gracias a estos elementos descritos, ya jamás se quitará a los políticos la fea costumbre de asistir a los festejos de los barrios donde -Dice Manuel S. Leyva Martínez: “El rico presume con su plata y el pobre con su grito mezcalero”.